Muchos fieles que acudan al Santuario de Fátima los días 12 y 13 de mayo como parte de la Peregrinación Internacional en el aniversario de las apariciones se encontrarán con la desagradable sorpresa de no poder comulgar.
Solo podrán hacerlo quienes no tengan objeción a hacerlo en la mano, dado que las autoridades del lugar ha dispuesto taxativamente que «sólo es posible recibir la Sagrada Comunión en la mano«. Así figura en las normas dictadas para la peregrinación. Se da la circunstancia de que es la única imposición estrictamente litúrgica para los actos, pues todas las demás se refieren a la utilización de mascarilla, limitación de aforo y regulación de los movimientos de los fieles.
Las normas vigentes, al permitir la comunión en la mano, establecen sin ningún género de dudas que la comunión en la boca es un derecho del fiel que se acerca a comulgar y no está sometido a restricción alguna. La vigente instrucción Redemptionis Sacramentum de 25 de marzo de 2004 establece que “todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca” (n. 92), y remite a la Institutio Generalis del Misal Romano, que establece que “el que comulga… recibe el Sacramento en la boca, o donde haya sido concedido, en la mano, según su deseo” (n. 161).
Sin embargo, numerosos obispos y sacerdotes en todo el mundo están negando la comunión a quienes se acercan a recibirla en la boca, o forzando la conciencia de quienes, no deseando hacerlo en la mano, optan por hacerlo así para no verse privados del sacramento durante el año largo ya que dura la pandemia.
La polémica al respecto nació con la propia difusión del virus y las primeras medidas contra él. Las disposiciones diocesanas o parroquiales contra la comunión en la boca provienen de las primeras semanas de la pandemia, antes de que hubiese ningún estudio científico que justificase que el riesgo de transmisión es mayor de una forma o de otra. Tampoco lo ha habido después, y sí sin embargo varios pronunciamientos médicos denunciando la prohibición por carecer de racionalidad.
Así, 21 médicos católicos austriacos pidieron en junio pasado el final de la prohibición, recomendando incluso la comunión de rodillas para aumentar la distancia entre el sacerdote y los fieles: “Desde un punto de vista higiénico, no comprendemos por qué en Austria está prohibida la comunión en la boca“. En el mismo sentido, el presidente de los médicos católicos italianos, Filippo Maria Boscia, afirmó que «es más segura la comunión en la lengua que la comunión en la mano».
El Santuario de Fátima no es el primer gran centro de peregrinación mariano que priva del sacramento a católicos que acudan a recibirlo amparados por las normas de la Iglesia. La basílica de Nuestra Señora de Guadalupe hizo lo propio incluso con un gesto gráfico de invitación a irse a quien no quiera recibir la Comunión en la mano (ver vídeo abajo, minuto 2:34).
El cardenal Antonio Marto, obispo de Leiria-Fátima, es uno de los obispos más inclinados a modificar la fe y la liturgia de la Iglesia en aplicación de protocolos sanitarios. El 14 de abril de 2020 no dudó en declararse partidario de la confesión por videoconferencia, a pesar de que la Iglesia exige la presencia física del penitente para la validez de la absolución (así lo fijó el Papa Clemente VIII en 1602).
Ahora, con la imposición de la comunión en la mano, el acceso al Cuerpo de Cristo queda vetado a una parte de los fieles en un lugar como Fátima, vinculado -pues la promesa se le hizo a Sor Lucia, aunque en Pontevedra- a la promesa de las gracias necesarias para la salvación a quien comulgase en cinco primeros sábados de mes seguidos.
Para leer más sobre esta cuestión:
Conciencias forzadas e irreverencia hacia el Sacramento, ¿«nueva normalidad» al dar la Comunión?
Sinceramente la discusión de comulgar en la boca o en la mano no tiene ningún sentido, hace muchísimo daño y es una perdida de tiempo. Lo importante son las disposiciones del alma, respetar la libertad de las personas y obedecer a la Iglesia. Me entristece la falta de humildad en este tema y el que se cuestione a la Iglesia ¿Es necesario discutir y discutir y discutir por esto? Por favor un poco de humildad. ¿Se es mejor por comulgar en la boca o en la mano? ¿Se es más santo? La persona que ha escrito este artículo no se da cuenta del daño que hace.
Es un abuso clerical que está haciendo mucho daño a la Fe.
Quien cree en la transubstanciacion, no puede creer que el cuerpo de Cristo actúe como agente transmisor de una infección
«El Núcleo de la Caridad» es un libro que ha surgido de la preocupación y del dolor que me supone el observar como las partículas de la Sagrada Forma (en donde se encuentra Jesucristo realmente presente y al completo en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad) son maltratadas por parte de muchos cristianos, tanto por parte de aquellos que han recibido el sacramento del Orden como por parte del resto de miembros del Pueblo de Dios.
Desde hace varias décadas vivimos una situación en la cual aquellos que tocan con sus dedos y/o reciben la Santa Comunión en la palma de la mano, muestran una casi nula preocupación en revisar dichos dedos y palma de la mano en búsqueda de las más ínfimas partículas de la Sagrada Forma para su consumo diligente, antes de tocar cualquier otro objeto. En la época actual, en la cual estamos inmersos en una pandemia (azote) mundial, el maltrato a las partículas de la Sagrada Forma no ha hecho más que empeorar.
Con este libro pretendo contribuir a la reflexión personal de los bautizados, para que mejoren (si fuera el caso) el trato que hasta ahora le hayan podido dispensar a la Eucaristía.
César Augusto Castro Almeida
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