Queridos lectores:
¿Qué guardaba la Santísima Virgen en su memoria de cuanto vivió con su Hijo? En el Evangelio de la fiesta de su Inmaculado Corazón, que se celebra en el mes de junio, se nos lee el pasaje del Niño Dios perdido y hallado en el Templo, que concluye recordándonos que «su madre conservaba todo esto en su corazón» (Lc 2, 51).
Los exégetas siempre han interpretado esa expresión como una confesión de San Lucas de cuál era una de sus fuentes. Pero tal vez quiera sugerirnos también que los recuerdos de María como madre estaban hechos al mismo tiempo de dolor y de alegría, como los que acababa de experimentar: «Todo esto», es decir, la angustia de la desaparición infantil y el júbilo del reencuentro. Como sucedería durante toda la vida de Jesús, de quien supo desde el principio Quién era, pero también cuánto había de sufrir para expiar nuestros pecados.
¿No será igual con nosotros? ¿Qué memoria guardará Nuestra Señora cuando nos invoque en su pensamiento? (Y sabemos que eso ocurre a cada minuto desde que nacemos hasta que morimos.) ¿De cuántos de sus dolores somos responsables, y cuántas alegrías no le habremos dado al ver que seguíamos las gracias de conversión que pide una y otra vez para nosotros?
«Todo esto» está también en su corazón, es decir, en su memoria de madre. Denos ella la fortaleza y la perseverancia que la vacíen por compensación, en cuanto esté en nuestra mano, de todo sufrimiento.
Procesión de la Inmaculada en Siracusa (Sicilia, Italia).