Se considera que el protestantismo nace (y divide a la cristiandad) cuando Lutero, monje agustino, proclama las 95 tesis de Wittemberg en 1517. El tema central de estas tesis eran las indulgencias papales, y no mencionaban para nada a la Virgen María.
Se considera también que el luteranismo se consolida con una doctrina propia, sistemática con la “Confesión de Augsburgo” en 1530, elaborada por Lutero y su discípulo Melanchton. Lo único que dice esta Confesión sobre la Virgen María es que Jesús nació de “la bienaventurada Virgen María” y que en su seno Jesús asumió la humanidad… afirmaciones perfectamente católicas.
Así, el primer luteranismo, el de Lutero, no negaba ni la virginidad perpetua de María (antes, durante y después del parto), ni su presencia segura en el Cielo, ni el deber de venerarla y alabarla, ni su carácter único y especialísimo, ni su maternidad sobre todos los hombres ni su Inmaculada Concepción (el haber sido preservada por Dios del pecado original desde su misma concepción).
PuenteCatolico.com (y su versión en inglés, CatholicBridge.com) muestran con citas que Lutero y el primer luteranismo no profesaban las doctrinas antimarianas que el protestantismo iría adoptando después. Las repasamos a continuación.
En su sermón del 15 agosto de 1522 (es decir, cuando llevaba ya 5 años de agria confrontación con Roma) fue la última vez que Martin Lutero predicó en la fiesta de la Asunción y dijo:
Y en sermones de años posteriors insistiría en la devoción mariana obligada para el cristiano:
(Ella es) la mujer más encumbrada y la joya más noble de la cristiandad después de Cristo…ella es la nobleza, sabiduría y santidad personificadas. Nunca podremos honrarla lo suficiente. Aún cuando ese honor y alabanza debe serle dado en un modo que no falte a Cristo ni a las Escrituras. (Sermón, Navidad 1531)
Ninguna mujer es como tú. Tú eres más que Eva o Sara, bendita sobre toda nobleza, sabiduría y santidad. (Sermón, Fiesta de la Visitación, 1537)
Cada uno tendría que honrar a María tal como ella misma lo expresó en el Magnificat. Ella alabó a Dios por sus obras. ¿Cómo podremos entonces nosotros alabarla? El verdadero homenaje de María es en honor de Dios, la alabanza de la Gracia de Dios…María nada es por su propio mérito, sino por el mérito de Cristo…María no desea que vayamos a ella sino a través de ella hacia Dios. (Explicación del Magnificat, 1521)
Lutero exalta a la Bienaventurada Virgen dándole la posición de «Madre Espiritual» para los cristianos:
Es consuelo y sobreabundante bondad de Dios que el hombre pueda exultar en semejante tesoro: María es su verdadera Madre… (Sermón, Navidad, 1522)
María es la Madre de Jesús y Madre de todos nosotros aunque Cristo solamente fue quien reposó en su regazo…Si Él es nuestro, debieramos estar en su lugar; ya que donde Él está debemos estar también nosotros y todo lo que Él tiene debe ser nuestro, y su madre es también nuestra madre. (Sermón, Navidad, 1529).
Martin Lutero creía en la Inmaculada Concepción de María, las siguientes son palabras de Lutero:
En BiblicalCatholic.com Dave Armstrong (un metodista y evangélico que se hizo católico en 1990, con 32 años, leyendo al cardenal John H. Newman) muestra con citas que Lutero también aceptaba lo que la Iglesia siempre enseñó: que María fue Virgen no sólo antes del parto (cosa que aceptan hoy casi todos los protestantes conservadores) sino también durante el parto y después del parto (doctrina católica que niegan hoy la inmensa mayoría de protestantes conservadores).
Así, Lutero escribe:
Cristo, nuestro Salvador, fue el fruto real y natural del vientre virginal de María…Esto sin la cooperación de un hombre y ella permaneció virgen después.
{Luther´s Works, eds. Jaroslav Pelikan (vols. 1-30) & Helmut T. Lehmann (vols. 31-55), St. Louis: Concordia Pub. House (vols. 1-30); Philadelphia: Fortress Press (vols. 31-55), 1955, v.22:23 / Sermons on John, chaps. 1-4 (1539) }
Cristo…fue el único Hijo de María, y la Virgen María no tuvo otros hijos aparte de Él… Me inclino a aceptar a quienes declaran que los «hermanos» realmente significan «primos» aquí ya que el escritor sagrado y los judíos en general siempre llamaban hermanos a los primos.
{Pelikan, ibid., v.22:214-15 / Sermons on John, chaps. 1-4 (1539) }
Una nueva mentira acerca de mí está circulando. De acuerdo a ella se supone que yo he predicado y escrito que María, la Madre de Dios, no fue virgen antes o después del nacimiento de Cristo…
{Pelikan, ibid.,v.45:199 / That Jesus Christ was Born a Jew (1523) }
El editor de este estudio, el teólogo luterano Jaroslav Pelikan agrega:
Lutero . . . ni siquiera consideró la posibilidad de que María pudiera tener otros hijos además de Jesús. Esto es consistente con la aceptación durante toda su vida de la idea de la virginidad perpetua de María {Pelikan, ibid.,v.22:214-5}
Y hay más citas de Lutero en ese sentido:
«…ella es llena de gracia, proclamada por ser enteramente sin pecado…la gracia de Dios la llena con todo lo bueno y hace de ella libre de todo mal…Dios es con ella, significando que todo lo que ella hizo o no hizo es divino y acción de Dios en ella. Más aún, Dios la guardó y protegió de todo lo que pudiera ser dañino para ella»
Ref: Luther´s Works, American edition, vol. 43, p. 40, ed. H. Lehmann, Fortress, 1968
«. . .ella con justicia es llamada no solo madre del hombre, sino tambié la Madre de Dios…es cierto que María es la Madre del real y verdadero Dios»
Ref: Sermon on John 14. 16: Luther´s Works (St. Louis, ed. Jaroslav, Pelican, Concordia. vol. 24. p. 107)
«Cristo, nuestro Salvador fue el real y natural fruto del vientre virginal de María…esto sin la cooperación de un hombre y ella permaneció virgen después.»
(Ref: On the Gospel of St. John: Luther´s Works, vol. 22. p. 23, ed. Jaroslav Pelican, Concordia, 1957)
«La humanidad ha resumido toda su gloria en una sola frase: la Madre Dios. Nadie puede decir algo más grande de ella aunque hablara tantas lenguas como hojas hay en los árboles».(Del «Commentary on the Magnificat».)
Esta devoción de Lutero por la Virgen María la señalan los especialistas en el autor alemán.
En su Explicación del Magnificat en 1521, Lutero comienza y termina con una invocación a María con lo que Wright se siente interpelado por lo que llama «sorprendente», señala Armstrong (leyendo David F. Wright, Chosen by God: Mary in Evangelical Perspective, London: Marshall Pickering, 1989, p. 178, citado de Faith & Reason, Spring 1994, p. 6.)
Hoy hay evangélicos y protestantes que se preguntan qué sentido tiene negar –como signo de identidad protestante- doctrinas sobre María que el mismo Lutero aceptaba y algunos luteranos redescubren la figura de María. “María es la Madre de Jesús y Madre de todos nosotros”, decía Lutero en su sermón de Navidad de 1529.