Las apariciones de Litmanova, aprobadas pero poco conocidas, cumplen 20 años con fieles peregrinos

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Litmanova es un pueblo de montaña en el norte de Eslovaquia, de población católica de rito griego. Sus habitantes pertenecen a la etnia ruteno-rusina y su lengua es el rusino, un idioma eslavo que cuenta con medio millón de hablantes en Europa Oriental.

En 1990 el pueblo contaba con algo más de 600 habitantes, casi todos católicos rutenos, y una parroquia dedicada al arcángel San Miguel.

Fue entonces, el 5 de agosto, cuando se apareció la Virgen a tres niños: Ivetka Korcakova (de once años), Katka Ceselkova (de doce años) y Mitko Ceselkovi (de 9 años), mientras jugaban en el Monte Zvir, a kilómetro y medio del pueblo.

Los niños oyeron ruidos en el bosque, cada vez más fuertes y se asustaron. Corrieron a un almacén de heno y empezaron a orar. Entonces una luz apareció en la estancia y los niños pensaron que venía del sol en la ventana. La luz se movió dentro de la estancia y se les apareció la Virgen. Los niños, aturdidos, salieron huyendo. Esa fue la primera vez.


Katka e Ivetka en 1991

Ivetka la oía; Katka la veía
Durante 5 años la Virgen se apareció varias veces al año a las niñas mayores, Ivetka y Katka. Ivetka oía en sus pensamientos la voz interna, espiritual de la Virgen, sus mensajes. Katka desde abril de 1991 podía ver a la Virgen, pero no oírla.

Las apariciones tenían lugar en la habitación del granero de heno de 2,9 x 4 metros. A menudo la Virgen llegaba “como una niebla” y se sentaba en un estrecho banco de madera junto a la pared. Hoy en ese lugar se ha construido un santuario de madera, y en el lugar donde solía estar la Virgen se mantiene un icono de la Virgen con el Niño.

La gente que se enteró de las apariciones empezó a acudir en multitudes pese a lo remoto del lugar. Veían que las chicas quedaban en éxtasis, sin prestar atención a su alrededor ni aunque les tocasen o hiciesen gestos cerca. Seguían su “visión” con una sonrisa suave.

Peregrinos y una fuente
Hasta el 24 de febrero de 1991, la Virgen se les apareció varias veces al mes, sobre todo en domingos y fiestas importantes. Desde el 3 de marzo de 1991 se les aparecía solo en los domingos tras el primer viernes del mes. Además, la Virgen bendijo un pozo a 100 metros del lugar y recomendó beber de esa fuente.

Hay que tener en cuenta que un año después de la primera aparición, ya el 4 de agosto de 1991, más de un millón de personas habían peregrinado al escarpado lugar, una cifra enorme en un país de 6 millones de habitantes. El Muro de Berlín había caído en 1989 y había ansia por conocer a Dios y a la Virgen.


Peregrinos en el siglo XXI, a la izquierda; a la derecha, el último día de las apariciones, en agosto de 1995

La investigación de la Iglesia
La jerarquía católica de rito bizantino empezó ese verano a investigar oficialmente los hechos y asistir pastoralmente a las personas que llegaban a Litmanova.

Un miembro de la comisión investigadora era desde 1991 el padre Marian Potas, provincial de la Orden Monástica de Basilio el Grande, importante en las diócesis católicas orientales. En 1993 Potas explicó lo que le convencía de Litmanova.

“La comisión de nuestro obispo registra todo tipo de hallazgos. Tenemos el caso de una señora que estaba impedida desde hacía 14 años, con medio cuerpo paralizado y que no podía caminar. Unas mujeres la trajeron a la montaña, bebió del arroyo, oró y bajó caminando por su pie. Enseguida se puso a trabajar. Un chico tenía leucemia, y hoy es soldado, el doctor del ejército confirmó que estaba sano. Hay varios casos de esos, aunque los médicos aceptan las recuperaciones misteriosas con dificultad”, explicaba el religioso hace 22 años.

No creo que esas chicas sean un fraude. Muchos se han convertido en Litmanova ya. Significa que la Virgen escogió esta montaña y eso es un hecho; eso creo”, concluía en 1993.

Los ropajes y los mensajes
La Virgen aparecía vestida principalmente de túnica blanca con manto azul y faja azul, pero a veces lucía vestidos dorados, en púrpura, y negro. Aparecía con un rosario en la mano y una corona de oro.

Pedía rezar los tres misterios del rosario cada día y ayunar dos días a la semana. Según Ivetka, María le dijo que el rosario tenía un gran poderque no podía ser dominado “por los malos espíritus.”

La Virgen animaba también al uso de sacramentales y medallas: ““yo aconsejo a mis queridos hijos que lleven cosas consagradas con ellos en estos tiempos porque el diablo tiene un poder grande ahora.“

La Virgen proponía que se le rezase el Rosario dedicado a María como “Inmaculada Pureza”, un nombre que, aseguraba, tenía poder de protección.

Con los vecinos yugoslavos matándose en una cruel guerra fratricida, la Virgen pedía orar por la paz, la conversión de los pecadores y regañaba a los eslovacos por alejarse de Dios a medida que el país se enriquecía (aunque el país vecino, la República Checa, era y es mucho menos religioso y mucho más rico que la rural Eslovaquia).


Las dos videntes en agosto de 1995, día del último mensaje

El último mensaje: "Permaneceré en esta montaña"
En agosto de 1995, ante cien mil peregrinos, Ivetka transmitió el último mensaje de la Virgen: “Mis queridos hijos, la revelación aquí será la última, os amo y os doy gracias por todo lo que habéis hecho por mí aquí. Mis queridos niños: quería que sucediera esto, levantaros de vuestro sueño de vacío, que entendierais que necesitáis convertiros. Por favor, por favor. Permaneceré en esta montaña. Empezar a pensar en mis mensajes. Quedad en mi corazón esta vez. Necesitáis estar más vigilantes y ser más simples, manteneos como niños, completamente libres por Dios. Pensad en mis palabras. Os amo y os espero en el Cielo”.

Oyendo estas palabras, los asistentes lloraban.

Las apariciones finalizaron en agosto de 1995, hace 20 años, pero las peregrinaciones al lugar continúan los primeros domingos de mes tras un primer viernes. Miles de personas acuden y celebran la misa especialmente cada primer domingo de agosto, con largas filas para confesarse, en una atmósfera calma y pacífica que tiene mucho que ver con el lugar, que invita al silencio natural.

Las videntes se casaron
Ivetka dejó el pueblo en 2003, ocho años después de acabadas las visiones, y se casó en 2007. Katka también se casó y tiene dos hijos. Un documental en 2008 las entrevistó y filmó para intentar entender la vida cotidiana de dos chicas, ya mujeres jóvenes, que han visto a la Virgen durante 5 años. El documental recibió premios nacionales. (Está explicado en www.ivetka.net y se puede ver entero en la web de la TV checa aquí)


Ivetka con su marido vuelve al lugar de las apariciones en 2007 para presentar su matrimonio a la Virgen

Mientras tanto, se fueron acumulando los testimonios de sanación física y espiritual de peregrinos allí, a veces relacionados con el agua de la fuente.

La comisión investigadora nombrada por el obispo Jan Hirka no encontró errores. El domingo 8 de agosto de 2004 entre los peregrinos estaba el obispo de la eparquía bizantina de Presov Jan Babjak, quien leyó un decreto declarando que el Monte Zvir es un lugar de oración y que contaría con un santuario dedicado a la Inmaculada Concepción de la Virgen.


Katka e Ivetka en el santuario de Litmanová en agosto de 2010, cuando se celebraban dos décadas de la primera visión

A partir de 2006 se construyó la capilla y los edificios anexos para peregrinos, que se acabaron en 2008. En septiembre de ese año el arzobispo Babjak declaraba oficialmente que se trataba de un lugar de peregrinación bajo la administración de la eparquía grecocatólica. 

Trailer con subtítulos en inglés del documental "Ivetka en la montaña" de 2008

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