Fiesta de Nuestra Señora del Rosario: el legado de Madre Luisa Sosa y su amor profundo por el rezo diario

0
97
"¡Cuánto amor sintió la Madre Luisa por su Madre del Cielo! La invocaba constantemente, dejándonos como legado el rezo diario de las tres partes del Santo Rosario".
La Iglesia celebra este martes siete la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y todo el mes de octubre el mes del Rosario, una tradición católica que invita a los fieles a rezar esta oración en honor a la Virgen María y a meditar sobre los misterios de la vida de Cristo.

Precisamente, una gran devota de este día y de esta oración, fue la Madre Luisa Sosa. Nacida en Nerva (Huelva, España) en el año 1918. En 1939 Jesús Nazareno le pidió: «Has de fundar», y comenzó en su pueblo a atender a los enfermos y los más necesitados, teniendo como lema «A la fe, por la caridad» y viendo en todos ellos la imagen bendita de Jesús Nazareno con el peso de la cruz.

Así llegó al año 1950, en el que tuvo una visión de Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, con la Santísima Trinidad, que le pidió: «¡Ancianas!» Fundó entonces la Obra de Jesús Nazareno de Nerva, acogiendo a ancianas con el fin de «dar un poco de consuelo a las almas atribuladas, para que éstas, agradecidas, vuelvan sus ojos a Dios, lo amen y se conviertan», y prepararlas para que mueran en paz, reconciliadas con el Señor.

Celia Hierro Fontenla, postuladora de la Causa de beatificación de la Sierva de Dios Luisa Sosa, con motivo de la memoria de la festividad de Nuestra Señora del Rosario, acaba de aportar más datos sobre la devoción al Rosario de la Madre Luisa.

«La devoción de la Madre Luisa a la Santísima Virgen era tan grande, que rezaba diariamente las tres partes del Rosario (Misterios Gozosos, Gloriosos y Dolorosos), pero no solo durante el mes de octubre, sino siempre. Así consta en los Estatutos de la Congregación de la Obra de Jesús Nazareno fundada por ella».

«Especialmente me ha llamado la atención cómo mi tía Luisa, podía sacar el tiempo para rezar tres rosarios cada día. Además, sé que me dedicaba uno de ellos a mí y a mi familia».

«He de reconocer que, de joven, el rosario me parecía muy aburrido y monótono. Y un día le pregunté a mi tía Luisa cómo rezaba el rosario, y me contestó que meditaba en el misterio que le tocaba, o bien la propia oración que iba rezando. Y me regaló una Virgen Niña para que, al mirarla, aumentase mi devoción a la Santísima Virgen. ¡Cuántas gracias me ha concedido mi tía a través de sus constantes oraciones! Nunca se lo podré agradecer suficientemente».

«¡Cuánto amor sintió la Madre Luisa por su Madre del Cielo! La invocaba constantemente, dejándonos como legado el rezo diario de las tres partes del Santo Rosario. Fue fiel a esta práctica hasta el final de sus días y, si por motivos de enfermedad no podía rezarlo, llegaba a decirnos que se lo grabáramos y así lo rezaba», concluye.

Quiero recibir Cari Filii News gratuitamente

Quiero suscribirme

Dejar comentario

Please enter your comment!
Please enter your name here