Daniel Muñoz, el joven de Sevilla que recorre «a pie y sin dinero» los santuarios marianos de España

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El joven sevillano espera tardar un año en recorrer los santuarios marianos de España.dm

Por Juan Cadarso- Daniel Muñoz tiene 25 años, es de Sevilla, es catequista en su parroquia, profesor, quiere casarse, es el tercero de cuatro hermanos… y cuando iba a comenzar a estudiar una segunda carrera descubrió que tenía que embarcarse en una peregrinación muy singular.

Con su pequeña mochila y unas grandes ganas por evangelizar recorrerá durante un año todos los santuarios marianos de EspañaReligiónEnLibertad lo intercepta en la carretera y habla con él sobre esta curiosa misión que le ha trasmitido la Virgen.

-¿Qué te llevó a emprender este camino?

-Fue una llamada del Señor. Estaba rezando un día delante del Sagrario, me quería confesar y el sacerdote tardaba mucho. Mientras esperaba, yo seguía rezando, y me empezó a hervir el pecho, como un ardor bastante fuerte. Un fuego muy grande dentro del pecho, me mataba un pensamiento que era: tienes que peregrinar por toda España.

-¿Y por qué por lugares marianos? ¿qué importancia tiene la Virgen en tu vida?

-Soy muy mariano desde chico, estudié en un cole de los salesianos. En 2015, estuve visitando a la Virgen de Lourdes y allí sentí un gran abrazo de Ella. Justo cuando tuve la llamada del Señor, lo puse en oración, y me acogí a mi madre, a nuestra Santa Madre, le dije: ‘oye, ayúdame a hacer esto que el Señor me ha pedido, que tu hijo me ha pedido’. Y fue Ella la que, en oración, me dijo: ‘sígueme a Mí, que siguiéndome a Mí, encontrarás a mi hijo’.

-¿Y cuáles son las rutas? ¿has hecho algún mapa de por dónde vas a ir?

-Tengo una ruta… aunque, es verdad, siempre digo que estoy un poco a lo que el Espíritu Santo quiera, que lo mismo me iré por otro lado. Mañana, por ejemplo, voy a Palma del Río, luego a Almodóvar del Río, y lo siguiente es Córdoba, y, llegaré, por fin, a mi primera ciudad. Iré a Córdoba, a Málaga, luego a Granada, bajaré a Almería, a Murcia, a Alicante y Valencia, me meteré para la zona de Albacete, Toledo, Madrid, y luego dirección a Castellón y Cataluña. Luego iré al norte y bajaré por Castilla y León, buscando el paso otra vez por Extremadura. Terminaré en Sevilla, aproximadamente dentro de un año.

-¿Y dónde sueles dormir, cómo haces?

-Esta es la parte más chula del plan, es la Providencia del Señor, confío plenamente en Él. La  llamada fue hace un año, y ha sido todo un tiempo de discernimiento, en el que cada día he rezado mucho, había que preparar el corazón sobre todo.

»La Providencia hace que cada día me esté poniendo ofertas maravillosas, me acogen las familias en sus casas, o, si no me pueden acoger, me preparan una habitación. Los párrocos de cada sitio, y las familias están involucrándose.

»Hoy todavía no tengo donde dormir, confío plenamente en la Providencia. Por la tarde me voy a reunir con el párroco de aquí, que me quiere conocer en la misa de ocho. Estos días de atrás he estado durmiendo en hostales, que me habían reservado. Pero, como mi vocación es al matrimonio quiero que sean las familias las que me puedan acompañar cada día.

Daniel recorre las carreteras camino de los santuarios marianos.
Daniel recorre las carreteras camino de los santuarios marianos.

-¿Y siempre vas caminando?

-Bueno, a ver, el inicio es caminando, pero no de forma estricta, lo que la Providencia quiera. Hoy, por ejemplo, por la mañana, tenía un trecho de 12 kilómetros por carretera, y justo apareció un hombre que me dijo que me acercaba. No se trata de cabezonería, si alguien se ofrece, yo encantado.

»El Señor tiene un plazo para cada persona que vea esto, muchos deciden ayudarme dándome un vaso de agua, o de comer, o dándome de dormir, o acompañándome a lo que sea. Ahí el Señor está hablando a cada uno de ellos. Si una persona me acerca en coche, Dios también le habla un poquito más al corazón.

-Y cuéntame el origen del nombre de tu peregrinación: ‘evanfelizando a pie’…

-Estaba de camino a una misa y se me vino a la mente. Tiene el ‘Evangelio’, por un lado, porque el Evangelio es, al final, el norte, es la brújula, el Evangelio es la Palabra de Dios, es lo que le da sustento y verdad a todo. Y luego está el ‘feliz’. El cristiano está llamado a dar testimonios de la felicidad a todas las personas, sean mejores o peores, pero desde la felicidad. ¿Y qué buscamos? ¿qué buscan los católicos en esta vida? ¿a qué estamos peregrinando? Pues estamos en camino de la santidad.

-¿Y cómo evangelizas? ¿la gente se acerca y tú les cuentas?

-Eso también es muy bonito, es parte de la Providencia, que son los pequeños los detalles. La Providencia me pone a gente, me dan conversación, se ponen a hablar conmigo, y yo les cuento lo que hago. Ayer me paré en la sombra de un sitio, el hombre de enfrente salió, me preguntó, le conté que era catequista… las distancias cortas son la mejor forma de compartir la fe.

»Por suerte la gente me está siguiendo mucho, está teniendo mucha repercusión a nivel de redes sociales. Por un lado, hago un pequeño comentario de la Palabra de Dios y subo vídeos y contesto a todos los mensajes que me escriben por privado.

-¿Cómo reaccionó tu familia, y tus amigos, cuándo les dijiste que te ibas?

-Mis amigos… todos encantados, les pareció maravilloso, yo le llamo a esto ‘bendita locura’. Tengo un director espiritual y se lo comenté, y siempre he tenido su apoyo desde el principio. Mis hermanos, todos fantásticos, y, cuando se lo dije a mis padres, me notaron tanta paz, de saber que verdaderamente confiaba en el Señor, que esa paz se la podía transmitir a ellos.

– ¿Cuéntanos un poco tu vida de fe? ¿eres de familia católica?

-Nosotros somos una familia católica, siempre he sentido que la vida del Señor estaba ahí. Tuve mi época como adolescente, como cualquiera, pero luego sentí que el Señor había vuelto a mi vida, que era su oveja descarriada, que Él me había recuperado. Dios me ha ido ayudando como catequista con muchos jóvenes, voy a misa diaria, visito a la gente para hablar de la Palabra de Dios…

-¿Y tu obispo qué te ha dicho?

-Me quedaba mes y medio para irme y pude acercarme a verlo y me recibió, se lo comenté y fue precioso. Me atendió en su despacho, le pareció fantástico, me bendijo y fue maravilloso.

-¿Y tienes alguna rutina de oración durante las jornadas?

-Tengo, por un lado, la Liturgia de las Horas, y, luego, una oración más personal que el Señor me puso en el camino, que es para darle gracias por todo, que lo que consigues es gloria suya, una oración muy íntima. Y, por supuesto, muchos rosarios a lo largo del día, que cuando los voy rezando el camino se hace más liviano.

-¿Y qué llevas en la mochila?

-Llevo muy poquitas cosas: un par de camisetas, un pantalón de repuesto, bolsa de aseo, unos cuantos medicamentos, una toalla y un par de chubasqueros, un cortaviento y un polar. Llevo muy poquitas cosas pero aún así pesa mucho la mochila, me pesa 6 kilos y medio. No sé qué quitar para que me pese menos.

-¿Tienes algún santuario mariano que te haga especial ilusión?

Covadonga me haría mucha ilusión, y Guadalupe, también.

-¿Y cómo esperas que te ayude esta peregrinación?

-No voy con expectativas, pero sí te puedo decir que antes de salir, durante todo este año de tanta oración, de cuidar los pequeños detalles… he notado que el Señor quería que fuera todavía más humilde. Estoy conociendo tanta realidad y tantas cosas buenas y maravillosas que me está haciendo ser mejor persona cada día.  Todo lo que me va a ocurrir me va hacer muchísimo bien.

»¿Por qué un chaval de 25 años ha parado todo y se ha ido a andar? Por amor a Él, ojalá sea eso lo que todo el mundo aprenda y acerque a muchas personas al Señor, ese es mi único objetivo. Sé que hay mucha gente rezando por mí, te prometo que noto cómo hay muchas oraciones por mí, no sé cómo explicártelo, pero se nota, de verdad.

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