El actor Gad Elmaleh, judío, coproduce «Bernadette de Lourdes» impactado por lo que vio allí: tiene su propia historia con la Virgen

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Gad Elamleh, en Roma, tras visitar al Papa Francisco en noviembre junto a todo el equipo de «Bernadette de Lourdes».

Gad Elmaleh es un actor y humorista marroquí, con nacionalidad francesa, quien además de por el éxito de sus películas (La felicidad nunca viene sola, Un engaño de lujo) conoció el protagonismo en el papel couché por su relación de cuatro años con la hija de Carolina de Mónaco, Carlota Casiraghi, con quien tuvo un hijo en 2013, bautizado al año siguiente.

En agosto pasado, como recogió Cari Filii News, visitó Lourdes por primera vez y se confesó impactado: “Como muchas personas que creen que saben, y que no saben nada, yo creí que sabía. Pero luego vienes aquí y esto es todo… salvo aquello que te habías podido imaginar. A mí lo que me ha impactado y transformado verdaderamente son los jóvenes que entregan su tiempo y su corazón por los enfermos”.

El impacto llegó tan lejos que decidió co-producir el espectáculo musical Bernadette de Lourdes, que tras cuatro meses de éxito en la localidad de las apariciones ha empezado su gira internacional.

“Es la primera vez que produzco un espectáculo en el que no participo, ni bajo los focos ni en el escenario”, explica a L’1visible, “pero cuando se presentó la posibilidad de formar parte de esta aventura, me fue imposible rehusar”.

Gran pureza

Y eso, ¿por qué? “La historia me ha impresionado enormemente, en esta historia hay algo de gran pureza. No es un cuento, sino una fábula moderna sobre la palabra dada, la verdad, la fe… Te impresiona sea cual sea tu religión”, añade Gad: “Yo soy de religión judía, pero siempre estoy a la escucha de otras confesiones e intento conversar lo más que puedo sobre este tema, para aprender cada vez más”.

De la historia de Bernadette de Lourdes confiesa que le impactó el hecho de que la santa fuese acusada ante los tribunales y señalada y criticada por numerosas personas, en una forma similar, dice, a como hoy se hace en las redes sociales. También “los símbolos que están representados en el espectáculo, sobre todo la Santísima Virgen y la fascinación y curiosidad que suscitaba”.

El encuentro inesperado… y el reencuentro

Elmaleh desvela que él tiene su propia historia con la Virgen, que sucedió durante un viaje: “Mi hermana, mi madre y yo nos quedamos en el coche mientras mi padre se bajaba para dar un paseo y descansar un poco. Como tardaba un poco, salimos también a andar un poco y dimos con una iglesia. Mi hermana y yo nos miramos, pensando: ‘No debemos hacerlo…’ Porque los marroquíes estamos acostumbrados a vivir con los cristianos, pero por razones oscuras los judíos les decían a sus hijos ‘¡No entres en las iglesias, no tienes derecho a hacerlo!’, y los musulmanes a los suyos ‘¡No entres en las iglesias, es pecado!’… Evidentemente, empujamos la puerta, que, como en una película se puso a chirriar, y nos dimos de bruces con una imagen enorme de la Virgen, que nos miraba directamente a los ojos. No fue una visión, era solamente una estatua, ¡pero nos quedamos petrificados! Por miedo a que nuestros padres nos pillaran, y por la superstición y las maldiciones, nos echamos a llorar y corrimos a escondernos en el coche. ¡Fue nuestro secreto durante toda la infancia!”

Años más tarde, le contó esta historia al productor de Bernadette de Lourdes, Roberto Ciurleo, quien le hizo muchas preguntas sobre la imagen para identificarla: “Intrigado, hice mis averiguaciones, llamé a amigos del lugar… ¡y supe que la iglesia cuya puerta había empujado es la de Nuestra Señora de Lourdes en Casablanca! Que cada cual crea lo que quiera, pero yo sé lo que quiero creer…”

Interior de la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes en Casablanca.

Luego alguien le regaló una medalla de la Virgen bendecida por un hermano de la Comunidad del Cordero, que conserva porque le da “suerte”.

Los «cathos» y el cardenal Sarah

Sobre Lourdes, Gad insiste en que ir allí le hizo replantearse muchos prejuicios sobre los “cathos”, nombre en ocasiones peyorativo con el que algunos se refieren a los católicos, sobre todo cuando son jóvenes y defienden públicamente su fe: “Los jóvenes católicos que vi en Lourdes ayudar a los enfermos en el santuario, dedicar su tiempo a escucharles, a echar una mano a los discapacitados, no encajan en ninguno de los clichés sobre los cathos que se ve en los chistes. Los chicos que he visto son iguales que cualquier otro joven de Francia, pero además tienen la conciencia de tender la mano. ¡Si es consecuencia de un sentimiento religioso, tanto mejor!”

Gad Elmaleh añade que es falsa la imagen de los católicos como apocados, cursis o cortos de mente: “Al contrario. No hay más que escuchar al cardenal Robert Sarah, o mirar los vídeos de sacerdotes extraordinariamente simpáticos e interesantes. Hay muchos sacerdotes que son extremadamente inteligentes y muy divertidos”.

Elmaleh concluye recordando el breve encuentro con Francisco en Roma, cuando los intérpretes de Bernadette de Lourdes cantaron a capela el tema central de la obra, y hace un vaticinio: “Creo que el cardenal Sarah será el próximo Papa. Quizá me estoy anticipando un poco, pero… ¡estoy dispuesto a apostar!”

María, Salud de los Enfermos, ruega por nosotros.

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