Doctrina de la Fe permite el culto público a la devoción mariana de Litmanová, en Eslovaquia

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Las apariciones comenzaron el 5 de agosto de 1990.
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha enviado recientemente una carta al arzobispo de Prešov para los católicos de rito bizantino con el «nulla ostat» de las apariciones marianas que habrían tenido lugar entre 1990 y 1995 en las cercanías del pequeño pueblo de Litmanová (Eslovaquia).

Considerando la solicitud del obispo, quien cita las innumerables «confesiones sinceras y profundas» y las conversiones, y aprecia «los muchos frutos espirituales obtenidos por los peregrinos que no dejan de frecuentar el lugar» a pesar de que el supuesto fenómeno concluyó hace treinta años, el Dicasterio ha analizado los mensajes relacionados.

Estos contienen «preciosas invitaciones a la conversión»: «Dejad que Jesús os libere… Y no permitáis que vuestro Enemigo limite vuestra libertad, por la que Jesús derramó tanta sangre». La Virgen María se presenta como «feliz» e invita a encontrar el verdadero camino de la felicidad en el reconocimiento de ser amados incondicionalmente: «Os amo tal como sois… Quiero que seáis felices, pero este mundo no os hará felices».

Katka e Ivetka en 1991

Varios mensajes animan a las personas mostrando que el camino del Evangelio no es complicado: «Él os quiere cada vez más sencillos». Encontrar la alegría y la paz en el Señor nos hace capaces de dar testimonio y difundir la paz.

En la carta, el cardenal Fernández reconoce que un número limitado de mensajes presenta pasajes con «algunas ambigüedades y aspectos poco claros», pero teniendo en cuenta lo ya afirmado por la Comisión Doctrinal sobre el caso en un informe de 2011, se considera que se deben a la interpretación interior de las supuestas videntes.

De hecho, estos pocos mensajes no se presentan como locuciones, sino como experiencias interiores: quienes las viven intentan traducirlas en palabras que, sin embargo, resultan inevitablemente imprecisas. Por esta razón, se invita al obispo a publicar una recopilación «que excluya aquellas pocas afirmaciones que pueden llevar a confusión y perturbar la fe de los sencillos».

El Dicasterio reitera que el nihil obstat no implica el reconocimiento de la autenticidad sobrenatural de las supuestas apariciones, pero «permite, sin embargo, aprobar el culto público y comunicar a los fieles que, si lo desean, pueden acercarse sin riesgo a esta propuesta espiritual».

Las apariciones comenzaron el 5 de agosto de 1990 a tres kilómetros de Litmanová, un pequeño pueblo de tradición católica bizantina en las montañas del norte de Eslovaquia, y envolvieron a tres niños: Ivetka Korcáková, de 11 años, Katka Ceselkovâ, de 12, y Mitko Ceselka, de 9.

En 1990, el pueblo de Litmanová contaba con algo más de 600 habitantes, casi todos católicos rutenos, y una parroquia dedicada al arcángel San Miguel.

Fue el 5 de agosto cuando se apareció la Virgen a tres niños: Ivetka Korcakova (de once años), Katka Ceselkova (de doce años) y Mitko Ceselkovi (de 9 años), mientras jugaban en el Monte Zvir, a kilómetro y medio del pueblo.

Los niños oyeron ruidos en el bosque, cada vez más fuertes y se asustaron. Corrieron a un almacén de heno y empezaron a orar. Entonces una luz apareció en la estancia y los niños pensaron que venía del sol en la ventana. La luz se movió dentro de la estancia y se les apareció la Virgen. Los niños, aturdidos, salieron huyendo. Esa fue la primera vez.

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