Se trata de una niña de 6 años, sorda de nacimiento, que inexplicablemente recuperó la audición el pasado 11 de mayo. La pequeña se encontraba junto con su familia en Lourdes en el ámbito de una peregrinación organizada por la sección lombarda de Unitalsi (Unión Nacional Italiana para el Transporte de Enfermos [Ammalati] a Lourdes y Santuarios Internacionales), que llevaba a la localidad de las apariciones a 225 peregrinos provenientes de las parroquias del suroeste de Milán.
Según informa Unitalsi, La niña llegó a Lourdes con su madre, su hermano pequeño y la abuela. Viven en Liguria y se sumaron a la peregrinación en el último momento.
"Ya no los necesito"
La historia de la pequeña fue muy dura desde que vio la luz. Nació prematura, con sólo 26 semanas, el día de Navidad de 2009: se la esperaba para abril y pesó 800 gramos. Pasó tres meses en el hospital infantil Gaslini de Génova. Para salvarle la vida tuvieron que administrarle medicamentos que le provocaron algunas hemorragias cerebrales que comprometieron sus canales auditivos. Los exámenes posteriores determinaron que padecía una sordera profunda en ambos oídos, por lo que tiene que llevar audífonos. Puede leer los labios y expresarse un poco gracias a clases especiales de logopedia.
El hecho extraordinario sucedió el miércoles 11, y lo cuenta el mismo Giuseppe Secondi, presidente de la subsección de Milán-Suroeste de Unitalsi y director de la peregrinación:
"Son las ocho y media de la tarde y estamos jugando con la niña, cuando le digo que no puedo seguir jugando con ella porque tengo una cosa que hacer. Entonces la niña se vuelve hacia su madre y la veo quitarse los audífonos, sin los cuales está condenada a la sordera. Cuando su madre le dice que se los vuelva a poner, responde: «Oigo bien, ya no me hacen falta»".
Después de este hecho, la niña fue llevada a la Oficina de Constataciones Médicas de Lourdes, que, según su procedimiento, pidió toda la documentación antecedente y propuso nuevos exámenes audiométricos.
Iban a dar gracias a la Virgen
La familia tomó la decisión de ir en peregrinación a Lourdes en el último momento, aprovechando que coincidía con el Año de la Misericordia para “dar las gracias a la Virgen María por haber protegido a nuestra niña, que estuvimos a punto de perder y que al final se salvó, y también para pedir su apoyo y así tener la fuerza de hacer frente, mi hija, yo, todos nosotros, a un estilo de vida tan exigente”, confiesa la madre, según recoge Aleteia.
Era su primera estancia en Lourdes y la vivieron “con gran emoción y fervor” ya desde los preparativos, según explican sus allegados.
“Cuando escuché a mi hija decir: ‘Oigo bien, ya no necesito mis dispositivos’, mi corazón comenzó a latir muy fuerte… En realidad tenía aspecto de estar oyendo mejor. Los niños no mienten y mi hija no se los habría quitado sin motivo”, continúa la madre.
Ese día, la noticia se extendió de inmediato entre los peregrinos. “Lo celebramos y seguimos celebrándolo”, asegura el director de la peregrinación: “No sabría dar un nombre a lo que ha sucedido. Sólo sé que es un acontecimiento hermoso en el que hay que profundizar”.
Milagros en niños pequeños
Todos los años tienen lugar numerosas curaciones inexplicables en Lourdes, pero sólo 69 han sido consideradas hasta el momento como milagrosas. De ellas, seis sucedieron a niños de 15 años o menos, de los cuales sólo dos serían menores que esta niña, si finalmente lo acaecido fuese considerado milagroso.
El 6 de julio de 1858, pocos días antes de la última aparición de la Santísima Virgen a Santa Bernadette Soubirous, el pequeño Justin Bouhort, nacido en Lourdes, se recuperó milagrosamente de una tuberculosis y grave hipotrepsia (desnutrición) postinfecciosa que le había producido un retraso en el desarrollo motor.
Justin Bouhort.
Justin tenía 2 años, y el milagro fue reconocido por el obispo de Tarbes, Bertrand-Sévère Mascarou-Laurence, el 18 de enero de 1862.
Del mismo modo, el 31 de agosto de 1938, Francis Pascal, natural de Beaucaire (Francia), se curó de una ceguera y parálisis de los miembros inferiores.
Francis Pascal.
Francis tenía 3 años y 10 meses, y el milagro fue reconocido por el obispo de Aix-en-Provence, Charles de Provenchères, el 31 de mayo de 1949.
De todas formas, como señala el sacerdote Giovanni Frigerio, de Unitalsi, más allá de los milagros está una certeza que tiene lugar siempre en Lourdes: "Llegan muchas personas que han sufrido mucho en el cuerpo y en el espíritu, y regresan regeneradas para volver al camino de la vida llenos de esperanza y de gracia".