En vísperas de la Navidad, que transcurre en Montevideo bajo el calor del verano austral, se ha registrado un fenómeno rápidamente difundido a través de las redes sociales: las lágrimas que aparecieron en la imagen de la Virgen de la parroquia de María de Nazaret Reina de la Paz, sita en el 2659 del largo Bulevar Batlle y Ordóñez, una de las grandes avenidas de la capital uruguaya.
Según informa el diario local El País, el sacerdote al cargo de la parroquia, Sebastián Pinazzo, ha confirmado el hecho, que trascendió por la difusión a través de diversos grupos en Whatsapp de algunas imágenes tomadas por los fieles con sus móviles. Sin embargo, no se han realizado todavía análisis sobre muestras del líquido. Pizzardo no quiso darle trascendencia al episodio y remitió a un juicio ulterior de la Iglesia en caso de que los hechos se repitan y puedan ser investigados.
La escultura, de 1,80 metros de alto, hecha con resina y fibra de vidrio y vestida de blanco y azul, está ubicada en el llamado Jardín de la Virgen de la parroquia, y llegó a Montevideo hace cuatro meses tras ser fabricada por unos artesanos de Rímini (Italia) sobre el modelo que se venera en Medjugorje (Bosnia). Fue entronizada el 17 de agosto pasado por el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, en un acto que congregó a cientos de fieles entusiasmados con ella.
Monseñor Sturla y los fieles de la parroquia aplauden la entronización de la imagen, el pasado mes de agosto.
Varios fieles han visto esas lágrimas en las últimas fechas. “Yo he visto llorar a la madre de Dios desde el 4 de diciembre de este 2014″, relata a Efe Ana María, una feligresa habitual de la parroquia, quien no dijo nada "por prudencia" hasta que otras personas corroboraron haber visto también las lágrimas. Actualmente, según otra feligresa, se ve "como un reguero de lágrima, pero no se ve líquido”.
Un precedente en el país
El 8 de diciembre de 2000 (festividad de la Inmaculada Concepción) tuvo lugar un fenómeno similar en la pequeña ciudad uruguaya de Rosario, a unos cien kilómetros al noroeste de Montevideo. Allí, una única lágrima partió del ojo de Nuestra Señora del Rosario del Colla y quedó colgando de su mentón. El obispo de Mercedes, Carlos Collazzi, nombró una comisión de investigación de la que formaron parte sacerdotes y laicos, que no llegó ni a confirmar ni a descartar la sobrenaturalidad de lo sucedido. En febrero de 2003 una riada arrasó la ermita donde se hallaba la imagen, que apareció tiempo después a dos kilómetros de su ubicación original y muy deteriorada.
Este precedente se ha citado ahora tras lo sucedido en Montevideo, en un país como Uruguay, el que registra un mayor número de ateos y agnósticos de América Latina (38%), y un menor número de católicos (el 41%), pero donde la fe se conserva mucho más allá de lo que dicen las encuestas y plasma su Constitución, de siempre la más laicista del continente.