«Un cristiano necesita de estas dos mujeres madres y vírgenes: María y la Iglesia», dice Francisco

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El Papa Francisco se encontró en la tarde del sábado 28 de junio ante la réplica de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes, en el Vaticano, con un grupo de jóvenes, a quienes dio algunas pautas para su discernimiento de su vocación espiritual, y les aseguró que sin la Virgen María y sin la Iglesia un cristiano está huérfano.

El Santo Padre indicó a los jóvenes que la vocación se busca como un niño, sostenidos de la mano de nuestra madre, la Virgen María.

“Para hacer el ‘test’ de una vocación cristiana correcta, hace falta preguntarse: ‘¿Cómo está mi relación con estas dos Madres que tengo?’, con la Madre Iglesia y con la madre María”.

“Esto no es un pensamiento de piedad, no, es una teología pura. Esto es teología. Cómo va mi relación con la Iglesia, con mi madre Iglesia, con la Santa Madre Iglesia jerárquica? ¿Y cómo está mi relación con la Virgen, que es mi Madre?”, cuestionó.

Francisco confesó que “cuando un cristiano me dice que no ama a la Virgen, que no le sale el buscar a la Virgen, a rezarle, me entristece”.

“Recuerdo una vez, hace casi 40 años, cuando estaba en Bélgica en un convenio, y había un matrimonio de catequistas, los dos profesores universitarios, con hijos, una hermosa familia, hablaban de Jesucristo muy bien. Llegados a cierto punto, les dije: ‘¿Y la devoción a la Virgen?’”.

A esto, recordó, ellos contestaron que “nosotros ya hemos superado esta etapa. Conocemos tanto a Jesucristo que no necesitamos a la Virgen”.

“Y lo que me vino a la mente y al corazón fue: Pero… ¡Pobres huérfanos!”, dijo Francisco.

El Santo Padre subrayó que “un cristiano sin la Virgen está huérfano. También un cristiano sin Iglesia es un huérfano. Un cristiano necesita de estas dos mujeres, dos mujeres madres, dos mujeres vírgenes: La Iglesia y la Madre de Dios”.



La Virgen María, remarcó, “nos acompaña siempre”, así como acompañó a su Hijo en su camino vocacional, “que fue tan duro, tan doloroso”.

El Papa también analizó la cultura actual, que sume a muchos jóvenes a vivir en la provisionalidad. “Esto sí, pero solo por un tiempo, y para otro tiempo… ¿Te casas? Sí, sí, pero hasta que el amor dure, después cada uno de vuelta a su casa otra vez…”, lamentó.

“El sentido del definitivo para nosotros es importante, porque estamos viviendo una cultura de lo provisional… Me explicaba un Obispo que un trabajador joven le dijo: ‘Yo quisiera ser sacerdote, pero solo por diez años’. Es así, lo provisional. Tenemos miedo del definitivo”.

El Santo Padre señaló que “para elegir una vocación, cualquiera, también la vocación ‘de estado’, el matrimonio, la vida consagrada, el sacerdocio, de debe elegir con una prospectiva de lo definitivo. Y a esto se opone la cultura de lo provisional. Es una parte de la cultura que a nosotros nos toca vivir en estos días, pero tenemos que vivirla y ganarla”.

“Bueno, también sobre este aspecto del definitivo, ¡creo que el que más tiene seguro su camino definitivo es el Papa! Porque el Papa… ¿Dónde terminará el Papa? Allá, en aquella tumba ¿no?”.

Al finalizar, Francisco invitó a los jóvenes a cantar la ‘Salve Regina’. “¿La saben cantar? ¿Cantamos la Salve Regina a la Virgen unidos? ¡Vamos!”.

Luego el Santo Padre dio la bendición a los jóvenes y a sus familias y les pidió, como acostumbra, que rezaran por él.

“No dejen nunca a la Madre de Dios y no caminen solos. Les deseo un buen camino de discernimiento. Para cada uno de nosotros, el Señor quiso una vocación, ese lugar donde Él quiere que nosotros pasemos nuestra vida. Pero hace falta buscarlo, encontrarlo, y después, continuar, caminar hacia delante… Muchas gracias y ¡buen camino!”, concluyó.

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