Una niña resucitada: ya en DVD y Netflix el documentadísimo milagro de la Virgen de San Juan 

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Una familia de feriantes marcada por una tragedia... y un milagro de la Virgen, hace 4 siglos
Una familia de feriantes marcada por una tragedia... y un milagro de la Virgen, hace 4 siglos

Sucedió en 1623, en México. Una familia española itinerante, de artistas de circo, sufrió una tragedia: en un accidente durante un ejercicio con cuchillos, murió su hija, una niña. Pero rezaron ante una imagen de la Virgen del lugar donde estaban, una imagen pequeña y humilde y sin mayor valor, y la niña resucitó.

¿Un rumor, una leyenda? No: la Iglesia lo investigó con detalle 40 años después, levantando acta, entrevistando a los testigos de los hechos, y tenemos sus declaraciones.

Así, Francisca de Mendoza, una de las testigos entrevistadas en el proceso eclesial, explica que la madre de la niña milagrada le dijo, entre lágrimas, que “esperaba en Dios que mucha gente había de venir en romería a visitar la imagen”.

Parece que la profecía de la agradecida madre se cumplió, porque hoy la imagen de la Virgen de San Juan de Lagos, pequeñita, de apenas 33 centímetros, es la segunda más visitada en México, después de Guadalupe.

Esta imagen de la Virgen de San Juan, en su catedral, en el estado de Jalisco, recibe unos 8 millones de peregrinos al año, de los que 2 millones acuden el 2 de febrero, fiesta de La Candelaria. Juan Pablo II acudió allí en 1990.

Ahora, en una película

Ahora más gente conocerá la historia a través de la película Virgen de San Juan, Cuatro Siglos de Milagros, estrenada en formato Blu-Ray y DVD el 2 de febrero (para quienes puedan comprarla en formato físico en EEUU y México) y, para el resto del mundo, a través de la plataforma Netflix (aquí).

La película, producida por Francisco Javier Pérez y dirigida por Noé González, combina la trama del milagro familiar del siglo XVII con otra trama de ficción que sucede en el siglo XXI, cuando una familia mexicana contemporánea se entera de que su hija pequeña tiene una enfermedad terminal.

Francisco Javier Pérez, el productor, declaró a Aciprensa que su objetivo “siempre ha sido llegar a los corazones de los fieles, y de las personas que tienen la fe un poco baja, y que esto sirva como testimonio para que su fe crezca”.

La película se filmó en las localizaciones de Pátzcuaro, Michoacán, Jalisco, Tultepec, Tulyehualco, San Juan de los Lagos, Lagos de Moreno, Jalostotitlán y en las zonas rurales donde los peregrinos actuales viajan a pie para venerar la imagen.

En meses anteriores, el producto explicó en Bi Noticias que, “al obispo, don Jorge Alberto Cavazos, le presentamos el proyecto hace 2 años, le interesó muchísimo, le pasamos el guion, nos dio algunas correcciones que él quería que se hicieran… a través de él, pues, trabajamos con la diócesis, nos prestaron las locaciones, nos apoyaron bastante”.

Los abundantes testimonios históricos

La fuente más antigua es la “Crónica miscelánea de la santa provincia de Xalisco”, que el cronista franciscano español Antonio Tello empezó a escribir en 1637. Tello recogía historias orales y las escribía. Murió en 1653 y es considerado el primer historiador de Jalisco.  

Antonio Tello escribió su texto entre 15 y 30 años después de los hechos. Para averiguar el origen de “una imagen milagrosa llamada la Virgen de San Juan” dice que habló con el cura responsable del lugar, Diego de Camarena, “el cual me dijo y certificó que a una india llamada María Magdalena, que murió por los años pasados de 1643, la cual tenía más de 110 años de edad, le dio noticia de que el P. Fray Antonio de Segovia le dio al dicho pueblo dicha imagen, un religioso de San Francisco que fue apóstol de esas naciones”.

Esa india «llamada María Magdalena comunicaba y hablaba con la Virgen Santísima y la veía en diferentes partes de la iglesia, porque tenía por devoción el barrerla cada día. Sucedió, pues, que en el año de 1630, pasando por allí un hombre que venía a la ciudad de Guadalajara de San Luis de Potosí, con su mujer e hijas, antes de llegar a San Juan se le murió una de ellas».

«Llegado con ella al dicho pueblo, se fue derecho a la iglesia, rogando a los indios que fuesen a llamar al cura para que enterrase a la difunta. Condoliéndose la india María Magdalena de las lástimas que hacía la madre de la difunta, le dijo que se encomendara a aquella imagen de la Virgen, porque siempre la veía en diferentes partes, y algunas veces le hablaba».

«La afligida mujer, afectuosamente, con mucha fe y devoción, pidió a la Virgen Santísima la vida de su hija, y poniéndola delante, resucitó y se levantó abrazándose a la imagen, y pidiendo a su madre que no la sacase de allí».

El texto añade que la familia llevó temporalmente la imagen a Guadalajara para comprarle ropajes en agradecimiento.

Así, los hechos centrales de la historia están atestiguados por escrito entre 15 y 30 años después de suceder:

– la imagen en el pueblo de San Juan de Lagos
– la india que la cuidaba
– la niña muerta (sin detallar como murió), que resucita ante la imagen
– la familia eran artistas circenses, en camino; había un padre, una madre y al menos dos hijas
– había un cura en el lugar de los hechos

La investigación bajo juramento de 1668

Otra fuente es la de la investigación eclesial oficial de 1668, unos 50 años tras los hechos, en la que se declaraba bajo juramento solemne.

El sacerdote Juan de Contreras Fuerte declaró que él conoció a la india anciana y ella le contó la historia.

«Pasando por este pueblo, como camino real para Guadalajara un volantín que ganaba su vida aventurando la suya y la de los suyos, dando gusto con su peligro, él estuvo allí 4 o 5 días, en cuya compañía estaba su mujer y dos hijas, a quienes enseñaba a voltear y hacer pruebas sobre puntas de dagas y espadas. Estándose adiestrando para ejercitarse en Guadalajara en su oficio, resbaló una de las hijas, al parecer la menor, y cayendo sobre la punta de la daga se mató».

«Amortajada la muchacha la pusieron en la capilla para enterrarla. Juntáronse muchos indios e indias para el entierro. Viendo tan sentidos a sus padres por el fracaso, una india ya anciana, que se llamaba Anna Lucía -y testifica dicho Juan de Contreras Fuerte que la vio y conoció el año de 1634 [es decir, 14 años después del milagro], que entonces sería de 80 años, y de ella supo el caso, les dijo que se consolasen, que la Cihuapilli -que quiere decir la Señora- le daría vida a la niña, señal de que tenía experiencia de su poder, y que ya otra vez en este género lo había demostrado».

«Y se entró en la sacristía y de entre las imágenes allí desechadas sacó esta bendita imagen que hoy es tan milagrosa. Y se la puso a la difunta sobre los pechos, con toda fe y resolución. Y a poco rato vieron todos los presentes el fin de todo, bullirse y moverse la niña. Cortáronle a toda prisa las ligaduras de la mortaja y despojáronla de ella, y la que estaba difunta, al punto se levantó buena y sana, con prodigio raro”.

Juan de Contreras explica que la india añadió que la imagen a veces no estaba donde la dejaba. También explica que la familia milagrada fue a Guadalajara a buscar traje para la imagen, pero unos benefactores misteriosos (quizá ángeles) le consiguieron esas ropas. Juan de Contreras detalla que esto sucedió en el año de 1623.

Muchos otros testimonios jurados

Los detalles de la versión de Juan de Contreras los repiten otros testimonios (no pocos) que bajo juramento religioso contaron lo que sabían.

El capitán Luis López Ramírez, que fue allí teniente de alcalde mayor, declaró la misma historia, que le habían contado muchas veces muchas personas.

El pintor Francisco Flores declaró que a él se lo contó un indio llamado Andrés, y que la mujer de este indio fue la que pidió a la afligida familia poner una vela a esa Virgen, y que rezaron ante su imagen “desde casi medio día hasta las cuatro de la tarde, presente el cuerpo de la niña amortajada, y que aquella hora lo resucitó la Virgen”. Este Andrés sería, pues, el sacristán del pueblo y esposo de la india devota.

El testigo Francisco Gutiérrez Rubio declaró que su esposa, Francisca de Mendoza [también presente en la declaración] conoció a la familia milagrada: “un hombre con su mujer y dos hijas niñas, que traían una cabra que bailaba, y también ellos hacían otras suertes; dijo la mujer de este jugador de manos a Francisca de Mendoza cómo la Virgen de San Juan había resucitado a una de aquellas niñas, señalando la que era, que sería de seis o siete años”.

Después la mujer enseñó a Francisca la imagen apolillada, que llevaban a arreglar a Guadalajara; volvería a ver la imagen ya bien vestida a la vuelta, y más tarde en la parroquia de San Juan. Además, la madre de la niña milagrada dijo a Francisca de Mendoza, entre muchas lágrimas, que “esperaba en Dios que mucha gente había de venir en romería a visitar la imagen”.

Testigos que conocieron a la familia

Otro testigo, Francisco de Orosco y Agüero, declaró que conoció en Zacatecas al volantín y que le refirió “todo el milagro de la Virgen y resurrección de la niña y aderezo de la milagrosa imagen, según ya se ha contado”.

También testificó Inés de Mendoza, “española acomodada”, quien dijo que había conocido al volantín, su mujer y sus dos hijas “ha mas de cincuenta años” y que de ellas supo el milagro de la resurrección de la pequeña.

Así, «una nube de testigos» dejaron huella por escrito. Ahora, toda esa historia cobra vida gracias a la magia del cine.

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