Muere a los 91 años el arquitecto de Torreciudad, Heliodoro Dols Morell: «Me gustó hacer algo para la Madre de Dios»

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El arquitecto de Torreciudad, Heliodoro Dols.

Heliodoro Dols Morell, destacado arquitecto valenciano desde mediados del siglo XX y conocido por su emblemático santuario mariano de Torreciudad, ha fallecido este miércoles 28 de mayo a los 91 años de edad.

Tal y como informó el mismo santuario, el arquitecto formado en Madrid formó parte de la célebre CX promoción de la Escuela de Arquitectura de Madrid, titulados en el año 1959, entre otros, Fernando Higueras, Curro Inza, Miguel de Oriol, Eduardo Mangada, Luis Peña Ganchegui y Manolo Jorge.

Entre sus variados reconocimientos, destacó su condecoración con el Premio Nacional de Arquitectura en 1965, por el diseño de una fuente en la plaza monumental de Pedraza.

Aquel año ya llevaba dos inmerso casi por completo en su proyecto más colosal, el santuario de Torreciudad, que edificaría entre 1963 y 1975, residiendo en Zaragoza desde la última fase de su construcción.

El arquitecto valoró especialmente los cinco años que vivió a pie de obra en el santuario, considerándolos “una extraordinaria experiencia tanto en el plano profesional como en el humano”.

Me gustó hacer algo para la Madre de Dios e intenté poner mi cariño en el estudio de los ensamblajes de aquellas piedras y ladrillos”, recordó el arquitecto al agradecer la labor de sus colaboradores en el santuario. “Gracias al empeño, esmero y cariño que pusieron en su construcción se hizo realidad. Este fue el motivo por el que san Josemaría, el fundador del Opus Dei, nos dijera cuando lo vio terminado: con material humilde, de la tierra, habéis hecho material divino”.

Preguntado por el origen de su vocación profesional, Dols se remontó a los seis años, cuando salía de su casa en Valencia con su padre y observaba la casa que construían enfrente.

“Yo le preguntaba a mi padre y él me fue explicando lo que era un arquitecto y todo lo relacionado con él, como salían las casas, las ciudades, las calles, había que hacer planos, etc. Y me entusiasmó tanto que le contesté: “Cuando sea mayor seré arquitecto”. Desde entonces ya no tuve ninguna duda”, mencionó.

Un arquitecto de la coherencia: «Hacer lo que se necesita, pero bello»

La calidad de la arquitectura de Torreciudad ha sido sancionada por arquitectos como César Ortiz-Echagüe, Antonio Lamela, Francesc Mitjans, Regino Borobio Ojeda y Fernando Chueca Goitia, entre otros. Se trata de un proyecto basado en la tradición y la arquitectura popular de Aragón; un proyecto complejo y orgánico cuya identidad se consigue a través del recurso a los materiales cerámicos típicos de la región, buscando, en la escala del paisaje, emular los pueblos del entorno.

De este modo, el arquitecto puso en práctica una “coherencia” arquitectónica que en otra ocasión trasladó a la relación que se da entre función y estética: “Ninguna de las dos puede condicionar a la otra. También la coherencia reside en el lugar donde se construye, porque tiene que tener en cuenta el entorno, el ambiente, los edificios de alrededor… No importa que sea original, lo esencial es que no quiera destacar y buscar la originalidad por ella misma”. Se perfiló así un marcado estilo y arquitectura al que se refería como “realizar lo que se quiere o se necesita (funcionalidad) tratando de que no sea feo sino bello (estética).

Coherencia y búsqueda de la belleza fueron dos de las grandes aportaciones de Torreciudad, plasmadas también en el acuerdo entre una arquitectura de innegable filiación moderna y una ambientación de corte más tradicional.

Torreciudad puede ser la obra más importante de su trayectoria pero no la única: a Dols Morell se debe el Colegio Mayor Peñalba –verdadera escultura de ladrillo–, la rehabilitación de la basílica de Santa Engracia y las viviendas y plaza de San Bruno en Zaragoza; el edificio para ERZ en Jaca –hoy sede de la comarca de la Jacetania–, el edificio de Juzgados en Boltaña y el convento de Carmelitas Descalzas en Huesca.

Una amplia y fructífera carrera arquitectónica que le llevó a ser distinguido en 2014 por la Institución Fernando el Católico en reconocimiento a su trayectoria.

La calidad de su arquitectura se hace más patente con el paso del tiempo. Precisamente este año Javier Domingo de Miguel ha publicado un libro titulado Heliodoro Dols. Tradición, autenticidad, modernidad en el que expone de manera amena y exhaustiva toda su trayectoria profesional.

En este vídeo se puede ver la gran obra del arquitecto de Torreciudad, Heliodoro Dols: 

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