Durante catorce años, el Laboratorio de Restauración de Pintura y Materiales de Madera de los Museos Vaticanos ha tenido un paciente especial. Se trata de una estatua de madera del siglo XV de la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña, conocida como La Moreneta. En el verano de 1963, con motivo de la entronización de Pablo VI, fue donada al Papa por el entonces presidente de Brasil, João Goulart. Fue creada en el país sudamericano en el siglo XVIII y reproducía la imagen de la Virgen en madera de castaño.
A diferencia del original, el ejemplar del Vaticano tiene la piel pálida. Lleva un vestido ricamente decorado que ondea al viento. Originalmente también llevaba collar y pendientes. Sus ojos están delicadamente elaborados en pasta de vidrio. En sus brazos está el Niño Bendiciendo, sosteniendo un globo terráqueo en la mano izquierda. El Papa Montini, gran admirador de las esculturas de madera, lo mandó colocar en la antecámara papal.
Desde 2011, por encargo de Benedicto XVI, la escultura ha acompañado las principales celebraciones papales en la Basílica Vaticana y la Plaza de San Pedro. Para preservar su extraordinaria belleza, esta preciosa pieza, sujeta a frecuentes traslados, ha estado bajo el cuidado de Stefania Colesanti, restauradora principal del Laboratorio de los Museos Vaticanos, durante casi quince años.
«Llevo casi treinta años trabajando con esculturas de madera: es una pasión para mí», explica, sin ocultar un vínculo profesional, emocional y espiritual especial con la Virgen de Montserrat. «Cuando llegó aquí en 2011, presentaba problemas de conservación: además de constantes depósitos de polvo, se le había caído una mano. Por ello, restauramos la estructura de madera y limpiamos la pieza».