Cada 12 de diciembre, millones de peregrinos acuden al santuario de la Virgen de Guadalupe en Ciudad de México. Es uno de los más visitados del mundo por peregrinos que abarcan desde meros interesados o curiosos hasta devotos que acuden para pedir favores y milagros o agradecer la intercesión de la Guadalupana. Todos los años, cientos de personas comunican a la misma basílica o ante los medios de comunicación las gracias y favores de la Virgen de Guadalupe con que afirman haber sido bendecidos. Y este 2024 no ha sido una excepción. Recogemos algunas de las intervenciones y milagros recientes de la Virgen de Guadalupe.
La sanación de una hija sin esperanzas
Carmen Lugo es una de las muchas milagradas. Entrevistada por Telemundo, cuenta que la Virgen de Guadalupe siempre ha formado parte de su vida, pero especialmente desde que se consagró la familia y se obró un milagro. Sucedió tras dar a luz a su hija enferma, cuando prometió a la Virgen de Guadalupe que peregrinaría de rodillas hasta la puerta de su santuario si salvaba a su hija.
«Dios me la dejó. La santísima Virgen me la dejó aquí conmigo. Estoy muy agradecida porque hizo un milagro para mí. Los doctores la hicieron una transfusión de sangre al año y daban pocas esperanzas. Hoy, mi familia está encomendada a la Virgen y gracias a Dios vivimos en paz y armonía. La Virgen de Guadalupe siempre está para nosotros», relató.
Carmen Lugo, devota de la Virgen de Guadalupe y agradecida por su intervención.
La sanación que llevó a un no creyente a la fe
Otro de los agraciados es Salvador Arceo, que hasta hace no mucho se declaraba no creyente. Como detalló a Excelsior, fue un grave problema en las cervicales y un recuerdo de su infancia el que lo llevó a pedir a su esposa Laura, devota y con fe, ir a pedir su recuperación a la basílica de Guadalupe.
«Mi papá, mi mamá, alguna vez llegué de niño a venir para acá con ellos y le dije a ella, ¿sabes qué? Vamos a visitar a la virgen, le voy a pedir que me ayude para echarle ganas y salir de esto», relata.
Laura cuenta que tras comenzar a peregrinar, Salvador asistió a una rápida mejoría corroborada por los médicos, sorprendidos por su pronta recuperación y que ella no duda en achacar -y agradecer- a Dios y a la Virgen. De hecho, fue precisamente a raíz de su recuperación que Arceo comenzó a creer.
«Él no era creyente, yo sí soy muy creyente de la virgen y siempre le pido por nuestra salud y porque cuide a nuestros hijos. La verdad, mucha emoción y con mucho gusto lo he acompañado todos los meses, aquí estamos dándole gracias a la virgen por su muy pronta recuperación», cuenta Laura al ser preguntada. «Siempre he sido muy agradecida con la Virgencita, pero ahora un poco más por esta recuperación de su salud», apunta.
«Curó a mi sobrina, los médicos no daban crédito»
Entre las muchas historias de fe, devoción y gracias también se encuentra Lolita, que a sus 80 años lleva desde que nació viviendo a pocos metros de la iglesia de la Lupita, dedicada a la Virgen de Guadalupe.
En su caso, cuenta a Imagen de Veracruz que cada año acude a la iglesia junto a su amiga de la infancia, Ángela, a dar gracias a la Virgen. Lolita da fe de lo milagrosa que puede ser la Guadalupana, ya sea por experiencia propia o por conocimiento de personas cercanas. Cuenta el caso de su sobrina, enferma y necesitada de al menos dos cirugías para reponerse.
«La Virgen de Guadalupe le hizo el milagro, la sanó, tan rápido que ya no la operaron y los doctores no daban crédito, porque para la ciencia no existen los milagros, pero ni ellos pudieron explicar, con todo y su ciencia, cómo se curó la niña. La curó tan rápidamente que los médicos no daban crédito, dijeron que era imposible que la niña hubiera sanado tan pronto», relató.
La Virgen de Guadalupe, intacta tras una explosión
Especialmente llamativa fue la explosión de una fábrica de pólvora y explosivos en Peñuelas (Irapuato, Guanajuato), cuyo estruendo fue recogido en numerosos medios de comunicación. Aunque lo sucedido hizo cundir el pánico y preocupación entre los habitantes de las localidades cercanas, no se registraron heridos. Sin embargo, la estructura de la fábrica quedó completamente destruida. Por eso llamó la atención de uno de los presentes cerca de la fábrica siniestrada que una imagen de la Virgen de Guadalupe que había en su interior no resultó dañada, quedando completamente limpia e intacta pese al incendio y la explosión. Cadenas como Azteca Jalisco reportaron lo sucedido como «Milagro en Irapuato«.
Resignación, consuelo y una réplica del milagro de Juan Diego
El pasado 9 de diciembre, El Imparcial se hizo eco de una peregrinación de adultos y niños que caminaban al santuario de la Guadalupana para conmemorar su aparición, pedir por gracias y agradecer las ya concedidas. Allí estaba Karla González, que acudió a pedir consuelo tras la muerte de su hijo hace 4 años. Como la Virgen, dijo, «soy madre en duelo, por eso he decidido dedicarle esta danza«.
También participó Rosa Elena Ramírez, de 79 años y superviviente del Covid. Sin embargo, su presencia en la peregrinación era para dar gracias por otro milagro sucedido hace años y que fue toda una réplica del milagro obrado por San Juan Diego. Fue hace años, cuando su hijo por una travesura se lanzó desde el tercer piso de un edificio en Ciudad de México. En ese entonces los doctores le dijeron que era necesario amputarle una pierna y que la rehabilitación sería costosa. Se encomendó y el milagro ocurrió: su hijo de 50 años de edad hoy goza de total salud.
Sin posibilidades de vivir, hoy se llama «Milagros Guadalupe»
Otro de estos milagros recientes de la Virgen de Guadalupe lo recoge el mexicano Viva la noticia, al entrevistar a Carmen Castro y su esposo, padres de Milagros Guadalupe, una pequeña de un año así llamada en agradecimiento a la Virgen por ser «todo un milagro».
La madre cuenta que en la semana 20 de gestación le comunicaron que su hija no tenía posibilidades de sobrevivir tras el nacimiento por una malformación en el encéfalo. Sin esperanza médica, los padres encomendaron el nacimiento de su hija a la Virgen de Guadalupe.
«Nos mandaron a Guadalajara para ver si ella tenía una posibilidad de operación, pero nos mandaron sin esperanza alguna. Ninguno se quiso arriesgar. Nos mandaron de vuelta a Culiacán, con el fin de que pasara lo que Dios quisiera. No había ningún doctor que se atreviera a operarla, pero por arte de magia apareció el Doctor Zazueta, quién fue el que salvo a mí niña y estamos muy agradecidos con él», cuenta la madre.