Cada 8 de diciembre cientos de miles de fieles acuden al santuario mariano de Lo Vásquez, ubicado a 87 kilómetros de Santiago, la capital de Chile, para venerar una imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Esta advocación mariana es muy querida en América Latina, pero en Chile se moviliza una auténtica multitud.
Los orígenes de la peregrinación se remontan a la primera mitad del siglo XIX, pero el actual Templo donde se venera la imagen de la Inmaculada se inauguró en 1913. Contiguo al templo se levantó en 1969 el Pontificio Seminario Mayor San Rafael, de la diócesis de Valparaíso.
Hasta 87 kilómetros andando
Los peregrinos acostumbran a llegar al santuario caminando una distancia de varios kilómetros, incluso algunos recorren a pie los 87 kilómetros desde Santiago iniciando la marcha el día anterior, desafiando las altas temperaturas que en esta época del año pueden superar los 30 grados. Estos peregrinos participaron posteriormente en una de las 40 misas que se celebraron en el santuario.
Este año había dudas respecto de la afluencia de peregrinos debido a los escándalos de abusos que han dañado la imagen de la Iglesia Católica chilena. Sin embargo, aunque efectivamente disminuyó, la afluencia fue impresionante: se estima que llegaron unos 800 mil peregrinos al santuario (en 2017 fue de alrededor de un millón de personas).
Una buena noticia en una Iglesia en plena crisis en Chile
Consultado al respecto, el obispo de Valparaíso, Pedro Ossandón, afirmó: “Creo que una de las grandes cosas que estamos aprendiendo de esta crisis que nos afecta, no solo a nosotros, sino a toda la sociedad, es que tenemos que salir adelante. Los feligreses saben que si alguno de nosotros cometemos errores podemos pedir perdón y renovar esta fe, ser servidores de la verdad, justicia y de la paz”.
Para dimensionar el fervor que genera esta fiesta mariana en Chile, se puede comparar con la convocatoria que tuvo la protesta de los “chalecos amarillos” en Francia el mismo día, que logró una convocatoria de 125 mil personas y acapara la atención de todo el mundo. Un segundo dato: en París, los chalecos amarillos convocaron 10 mil personas, el mismo número de asistentes a la misa de la Fiesta de la Inmaculada en el santuario del Cerro San Cristóbal, en Santiago de Chile, y que fue sólo una de las muchas con que se celebró la Fiesta de la Inmaculada en esta ciudad.
De hecho, casi el 5% de la población chilena peregrinó en esta fiesta de la Virgen, un dato impresionante en un momento de gran dificultad para la Iglesia en Chile.