Los obispos y «el pueblo cristiano» piden al Papa que consagre Rusia y Ucrania al corazón de María

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Un hombre ucraniano rezando a la Virgen.

«Pedimos humildemente a Su Santidad que realice el acto de consagración al Inmaculado corazón de María de Rusia y Ucrania«: es la súplica que los obispos católicos de rito latino en Ucrania han dirigido al Papa Francisco con motivo de los últimos acontecimientos en el conflicto que desde el 24 de febrero asola el este de Europa.

En la carta, que puede consultarse aquí, los obispos católicos de Ucrania justifican  su petición definiéndose como «portavoces de la incesante y sentida oración que nos llega de todo el pueblo cristiano» para llevar a cabo la consagración «en estas horas de dolor inconmensurable y terrible prueba».

“Que la Madre de Dios, Reina de la Paz, acoja nuestra oración: ¡Regina pacis, ora pro nobis!”, añaden.

La solicitud se produjo poco después de la movilización de las tropas rusas para rodear la capital de Ucrania y el sitio de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de la exrepública soviética.

A lo largo de la última semana, cerca de 450.000 residentes en Ucrania se han refugiado tras las fronteras de Polonia, siendo el 1 de marzo uno de los días de mayor afluencia: casi 100.000 personas cruzaron la frontera del país vecino, según información de la guardia fronteriza polaca.

«Protejamos nuestros corazones del odio»

Alrededor del 1% de la población ucraniana son católicos de rito latino. Gran parte de ellos pertenecen a la Iglesia greco-católica, la más grande de las 23 Iglesias católicas orientales en comunión con Roma. Los católicos griegos representan alrededor del 9% de la población de 44 millones de Ucrania, que es predominantemente cristiana ortodoxa.

La oración a la Virgen está siendo una constante desde que se recrudeció el conflicto el pasado 24 de febrero con la invasión rusa de Ucrania. El mismo día, la conferencia episcopal ucraniana pidió a los católicos de rito latino del país que dirigiesen sus oraciones a María:

“Ahora es el momento de unirnos en oración: en nuestras familias, con nuestros vecinos, en nuestras comunidades de oración y en cada parroquia. Animamos a los sacerdotes a partir de hoy, después de cada Santa Misa, además de cantar la súplica, a rezar el Acto de Consagración de Ucrania al Inmaculado Corazón de la Madre de Dios”, escribieron los obispos.

Rezamos juntos el rosario y otras oraciones por la paz, por los gobernantes de nuestro estado, por nuestro ejército y todos los que defienden nuestra patria, por los heridos y los muertos, así como el recuerdo de los que iniciaron la guerra.  Protejamos nuestros corazones del odio y la ira contra nuestros enemigos. Cristo nos da una instrucción clara de que debemos orar por ellos y bendecirlos”, concluyeron.

Los obispos de Ucrania también han propuesto una oración actualizada de consagración al Inmaculado Corazón de María, para que se rece al final de cada Misa y en privado:

Amada Reina y Madre Nuestra, Reina del Santo Rosario, Auxilio de los cristianos, Salvación del género humano, Virgen victoriosa, aquí nos postramos humildemente ante Ti, para que lleves nuestras sinceras oraciones a Dios Todopoderoso en la Trinidad.

Venimos con la plena confianza de que suplicamos misericordia y protección para nuestra Patria en este tiempo dramático de guerra.

Madre de Misericordia, te lo pedimos no por nuestros méritos, con los que no contamos, sino en vista de la bondad infinita de Tu Corazón y de la Sangre salvadora de Cristo, Tu Hijo.

Que llegue a ti el sufrimiento y los gritos de auxilio de tantas personas. Ten piedad de los heridos y víctimas de los bombardeos, de los huérfanos y de las viudas, de todos aquellos que se vieron obligados a abandonar sus hogares y buscar refugio en lugares más seguros.

Ruega misericordia por los que dieron su vida defendiendo al prójimo y a nuestra Patria.

¡Oh Madre Inmaculada!, ruega a Dios la gracia de la conversión, y te pedimos especialmente la conversión de Rusia y de todos aquellos que están cegados por el odio o la sed de poder.

¡Ruega por nosotros, especialmente por aquellas gracias que pueden cambiar los corazones humanos en un instante, y que prepararán y traerán una paz tan codiciada! Sobre todo, danos el don de la paz espiritual para que el Reino de Dios crezca en paz y armonía.

Reina de la Paz, ruega para nosotros la gracia de la verdadera reconciliación con Dios y entre nosotros, para que podamos darnos una mano de ayuda y apoyo.

Trono de la sabiduría, inspira a todos los gobernantes a tomar decisiones sabias y fortalece los esfuerzos de quienes contribuyen al final de la guerra y la paz.

Reina de los Apóstoles, ruega para nuestros pastores el don de la fe y el celo firmes en la administración de los Sacramentos, para que en este tiempo estemos todos unidos en la mesa eucarística y en la oración celosa.

Sana a los enfermos, fortalece a todo el personal médico y voluntario que atiende a los enfermos y heridos, pide para ellos fuerza espiritual y física.

Sé sanadora para los enfermos, fortalecedora para los moribundos y ánimo para sus seres queridos.

Así como la Iglesia y toda la humanidad fueron consagradas al Corazón de Tu Divino Hijo, y en Él esperamos convertirnos en fuente inagotable de victoria y salvación para todos, así nos consagramos para siempre a Ti y a Tu Inmaculado Corazón, nuestra Madre y Reina.

Para que tu amor y tu cuidado aseguren la victoria del Reino de Dios, y que nuestra Ucrania y todas las naciones reconciliadas entre sí y con Dios, te bendigan y te glorifiquen.

¡Amén!

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