El domingo 4 de septiembre, la ciudad de Miami, en Florida (EE.UU) fue el escenario de la procesión marítima de la Virgen de la Caridad, a la que asistieron cientos de cubanos residentes en Miami para rendir homenaje a la que es patrona de Cuba desde 1916.
La periodista Laura Gamba recoge los detalles de la procesión y los testimonios de algunos de los participantes en la edición en español del diario El Nuevo Herald, que se edita para el Área metropolitana del Sur de la Florida.
En honor a la Virgen de la Caridad
Cuando finalizó la misa en la Ermita de la Caridad del Cobre el domingo a las 12:00 p.m., las personas salieron del santuario para alcanzar a ver la efigie de la Virgen de la Caridad antes de que zarpara en una procesión marítima en la que bendijo la ciudad de Miami.
La patrona de Cuba salió a la 1:00 p.m. del malecón de la ermita junto con otras tres embarcaciones, pasó por la marina del Ayuntamiento de la Ciudad de Miami para saludar al alcalde y se dirigió al icónico Miami Marine Stadium que fue construido por un arquitecto cubano-estadounidense en 1963. Posteriormente, se acercó a la emblemática Torre de Libertad, por donde pasaron miles de refugiados cubanos entre 1962 y 1974.
“Papá, apúrale, que ahí está la Virgen”, gritó una niña en la iglesia, que se apresuró a salir para grabar con un celular la imagen de la virgen luciendo un vestido dorado con delicados adornos bordados.
“Cachita”, como la llaman cariñosamente los cubanos, estaba protegida con una caja de vidrio en un altar móvil cubierto con rosas rosadas que cargaban con dificultad cuatro hombres bajo el implacable sol de medio día.
“Hoy es un día alegre en el que celebramos nuestras raíces y nuestras tradiciones y recordamos al pueblo que en medio de tantas dificultades, la Virgen cubre bajo su manto”, dijo Juan Rumín Domínguez, el párroco de la ermita.
Todos quisieron engalanar a la Virgen de la Caridad
La devoción a la Virgen de la Caridad no la sienten solo aquellas personas que practican la religión católica. Todos los cubanos profesan un cariño especial por la que llaman “la protectora” de los que están dentro y fuera de la isla.
Desde temprano cientos de personas visitaron la ermita con girasoles y rosas para rendirle tributo a la Virgen de Cuba. Oscar García fue uno de ellos. Dijo que a pesar de que no es un católico recalcitrante, le había prometido a su madre que está enferma en Cuba, que ese día le pediría por la salud de ella con rosas amarillas.
“Tú puedes creer o no en la iglesia católica, pero todos los cubanos creen en la Virgen”, dijo Mercedes Marcos, voluntaria de la ermita.
Devotos de la Virgen de la Caridad asistieron a la procesión
El objetivo según Cristina Brito, pasajera de una de las lanchas es "tratar de que la gente la pueda ver y saludar desde la orilla de Biscayne Boulevard”.
Tomás Regalado, el alcalde de la Ciudad de Miami es devoto de esta advocación mariana. Contó que hay personas que a pesar de ser agnósticas, le rezan con fervor. “Algunos balseros recién llegados piden que los traigan a la ermita antes de ir a la oficina de inmigración para agradecerle a la Virgen".
Una tradición de hace más de 400 años
La historia de “Cachita” se remonta a 1606, cuando tres pescadores que se encontraban en el mar vieron una imagen de madera que flotaba en el agua en la Bahía de Nipe, al noreste de Cuba. Contaron los pescadores que a pesar de la tempestad, la pequeña figura, que tenía la inscripción “Soy la Virgen de la Caridad”, estaba completamente seca. Entonces la pusieron en el Santuario del Cobre, cerca de Santiago de Cuba.
La Virgen fue declarada patrona de Cuba el 10 de mayo de 1916 por el papa Benedicto XV. Según cuenta el padre Rumín, el 8 de septiembre de 1961, cuando se celebraba la fiesta de la Virgen de la Caridad en Miami ante 30,000 exiliados cubanos en una misa presidida por el Arzobispo Coleman F. Carroll, llegó una réplica de la imagen de la virgen desde Cuba en la maleta de un refugiado político.
En 1966, se edificó un santuario dedicado a la Virgen, donde hoy está la Ermita de la Caridad.
“Ella ha sido la salvadora de la fe del pueblo cubano, el punto de unión entre cubanos porque el régimen ateo no le pudo arrancar eso al pueblo”, dijo el párroco.
Imagen de la Patrona de Cuba en el barco que realizó el recorrido