La Virgen custodia ahora la entrada del emblemático County Hall de Londres gracias a un escultor español

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Todo el que entra en el County Hall ve las dos tallas de la Virgen realizadas por Jesús Arévalo

El County Hall es uno de los monumentos más emblemáticos de Londres. Antigua sede del Ayuntamiento de Londres está situado a orillas del Tamesis frente al Palacio de Westminster y al lado de la gran noria de la capital británica.

Pues bien todo aquel que visite este lugar de atracciones y negocios se llevará la gran sorpresa de encontrar a sus puertas dos esculturas de la Virgen María talladas en troncos de cedro del Líbano. Se trata de una Virgen Dolorosa y de una Madre de los no nacidos.

Estas vírgenes son obras realizadas además por el escultor español Jesús Arévalo, autor igualmente de la Virgen del Abrazo del Parque de Valdebebas y del Cristo de la capilla del Arzobispado de Madrid.

El County Hall es uno de los edificios más emblemáticos de Londres

Arévalo afirma con total rotundidad que “la Virgen está en el County Hall porque Ella ha querido”. El escultor explica a Alfa y Omega que las tallas son un encargo personal del dueño del County Hall, el japonés Mac Okamoto, que “tiene auténtica pasión por la figura de la Virgen”.

De este modo, el escultor madrileño señala que Okamoto pidió a Wecollect, una galería y asesoría de nivel internacional, una imagen de la Virgen de un autor contemporáneo, y así llegó a sus manos la Madre de los no nacidos. “Se entusiasmó cuando la vio y entonces me pidió una imagen de María a los pies de la Cruz”, afirma.

El empresario japonés quedó tan impresionado con las tallas de la Virgen María que decidió que su sitio fuera la entrada principal del County Hall, a la vista de todo el que entrase en este histórico edificio de Londres.

Imagen de la Virgen expuesta en Londres. Foto: Jesús Arevalo

“Me gusta que no hayan acabado en un museo sino que estén vivas y la gente pueda detenerse y sentirse interpelada, e incluso rezar delante de ellas. Y que cuando las vean su interior entre en diálogo con ellas, como sucede con los iconos orientales”, confiesa Arévalo.

Así, añade el escultor, “la obra va haciendo su trabajo y Dios va catequizando. De hecho, una imagen religiosa es una catequesis que permanece en el tiempo. No sabes quién la va a ver o cuándo. Hay personas que ante ella, algo les toca en el corazón”.

Arévalo está convencido de que en el County Hall, las esculturas “cumplirán su misión, a lo mejor alguien se sentirá visitado por nuestra Madre al contemplarlas”.

Por otro lado,  el escultor relata cómo trabajó en la imagen de la Virgen Dolorosa en el contexto de la pandemia, y cómo de alguna manera el rostro de la Virgen “recoge el sufrimiento en tantas personas que han visto desaparecer la vida de hermanos, hijos, padres”. Detrás de esta escultura “se hallan experiencias y hechos de personas con nombre y apellidos, que existen y dejan finalmente impreso su testimonio en la obra en un período concreto”.

Además, Jesús Arévalo tiene en mente tiene una nueva inspiración: una Piedad, con la Virgen y Cristo, renuevo del tronco de Jesé, emergiendo de un mismo tronco. “Ella ha vivido en primera persona la pasión y muerte de su hijo. Dios no deja solo a nadie. Pueden esperar en su misericordia y consuelo los otros Cristos acrisolados en la pandemia, los álter Cristus de todas las pandemias y de todos los tiempos”.

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