La bellísima escultura de terracota de La Virgen con el niño riendo lleva más de 50 años expuesta públicamente a todo aquel que visite el Museo Victoria & Albert de Londres. Cada año pasan por él millones de visitantes que quedan impresionados con esta figura de 49 centímetros de altura y 14,2 kilogramos de peso.
La última novedad es que su autor no sería Antonio Rossellino, tal y como se creía hasta ahora sino Leonardo Da Vinci. La imagen de la Virgen con el pequeño Jesús risueño sería en este caso la única escultura que quedaría del polifacético artista.
La aportación del profesor Caglioti
Esto es lo que afirma uno de los mayores expertos en el Renacimiento, Francisco Caglioti, profesor de Historia en la Universidad Federico II de Nápoles. Durante años, se atribuyó a Rossellino, pero este experto aseguraba que no había una evidencia real para sugerir que la escultura era suya.
Ahora, tras un análisis pormenorizado, Caglioti afirma que la terracota de la Virgen María es obra de Leonardo y que “con total probabilidad” el genio florentino la esculpió cuando todavía era aprendiz en el taller de su maestro, Andrea del Verrochio.
De este modo, se cree que pudo realizar esta obra cuando tenía apenas 19 o 20 años.
Los elementos que probarían la autoría de Leonardo
Caglioti asegura en una entrevista en La Repubblica que se basa a la hora de atribuir la autoría a Leonardo en “la ropa, las manos, el cabello y especialmente las sonrisas y el pequeño Jesús”.
Según explica este profesor, “hay mil detalles que disipan cualquier duda con respecto a la atribución” a Leonardo, como la sonrisa que pintó en personajes de otras obras o su técnica para representar el movimiento de telas.
“En las túnicas de la Virgen y el manto rojo del arcángel en La Anunciación de Leonardo, el movimiento de la tela es el mismo”, asevera el experto italiano.
María, Puerta del Cielo, ruega por nosotros