La Merced, un día de esperanza y alegría para los reclusos y sus familias: «Impresiona ver a un preso cantar a la Virgen, emocionarse…»

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La Virgen de la Merced está presente en las cárceles para acompañar a los presos

La cárcel no es un lugar de júbilo. Privados de libertad los reclusos cumplen condenas por los delitos que cometieron en el pasado. No es un lugar fácil ni sencillo, y por ello es necesaria la misericordia y el amor que la Virgen sabe proporcionar.

Cada 24 de septiembre la pastoral penitenciaria festeja a Nuestra Señora de la Merced. Todos los años, en este día la Virgen de la Merced es protagonista en la vida de los presos y de sus familias, de la prisión, y de la Orden Mercedaria, para evocar que Merced significa misericordia, beneficio regalo, favor gratuito, solidaridad.

“El 24 de septiembre se celebra en todas las cárceles su fiesta, su recuerdo y su memoria. Misericordia es una palabra rica que significa tener un corazón con el pobre, con el necesitado, con el cautivo de hoy”, recuerda el religioso mercedario Florencio Roselló, director del departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española, tal y como recoge la Agencia SIC.

De este modo, añade que “mientras exista un preso, la presencia de María de la Merced será necesaria en las cárceles, y la Iglesia deberá poner al servicio del cautivo su vida y su ser”. Esta es la misión que realizan los religiosos mercedarios al atender a las personas privadas de libertad, y también interesarse por sus familias, y además acompañar procesos de prisión y de libertad.

Entorno a la Virgen de la Merced en este día se organizan actividades, concursos, festivales, para recordar que la misericordia sigue viva, que la esperanza no está perdida y que la libertad está esperando. Pero el acto más culminante del día acontece con la eucaristía. Lo apunta Florencio Roselló: “Impresiona ver a un preso cantar a la Virgen, emocionarse cuando dice ‘Madre óyeme, mi plegaria es un grito en la noche…’ Y allí está ella, María de la Merced, arropando con su manto al hombre y mujer en prisión”.

Fue el 27 de abril de 1939 cuando la Virgen de la Merced fue declarada en España, y en muchas partes del mundo, patrona de las prisiones, es desde entonces cuando presos, familias y trabajadores de la institución penitenciaria celebran su fiesta.

El lugar de la Merced en la Iglesia y en la sociedad

En el siglo XIII se está viviendo una situación social y religiosa convulsa e inestable. Había cristianos que eran hechos cautivos, prisioneros por causa de su fe en tierra musulmana. Un joven barcelonés, Pedro Nolasco, escuchó la voz de Dios y de María que le pedía que fuese a liberar a los hombres y mujeres cautivos que se encontraban privados de libertad. Este mandato le lleva a fundar la Orden de la Merced en el año 1218 en Barcelona. La redención de los cautivos se convierte en misión pastoral de la Iglesia y de la Orden de la Merced, a través de los religiosos mercedarios.

La esclavitud fue abolida en el año 1780. Hasta entonces fueron muchos años de redenciones y libertades donde la Merced empeñó dinero, pero sobre todo empeñó vidas de religiosos mercedarios, que por su consagración religiosa se comprometían a quedarse rehenes por liberar a los cautivos. La última redención de cautivos por los mercedarios tuvo lugar en Argel y Túnez el año 1779.

Así continuó la historia de las redenciones por parte de la Merced hasta el siglo XVIII, fecha de la supresión legal de la esclavitud. Una historia que está regada con la sangre de numerosos mercedarios, en torno a 500 religiosos de la Merced murieron en los inicios de la fundación de la Merced por quedarse de rehenes y no llegar el dinero establecido en el tiempo comprometido. Una sangre que no fue derramada en vano, pues historiadores de la Merced manejan la cifra de 60.000 personas liberadas por medio de redenciones mercedarias.

Abolida la esclavitud, a la Merced se le pide una nueva respuesta, una adaptación a las nuevas formas de cautividad. ¿Qué lugar ocupa la Merced en la Iglesia y en la sociedad? ¿cuál debe de ser el quehacer de los mercedarios en nuestros días?. En la actualidad no hay esclavitud, ni cautividad, pero hay personas necesitadas de libertad.

María, Salud de los Enfermos, ruega por nosotros.

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