El 12 de septiembre, en la catedral de la Encarnación de Málaga, el obispo de la diócesis, Jesús Catalá, coronó la imagen de María Santísima del Rocío ante miles de personas entre las que se encontraban el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y otras autoridades además de hermanos de la Cofradía del Rocío y de otras hermandades malagueñas y de otras ciudades andaluzas, como la Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío de Almonte.
La actual imagen, de Pío Mollar Franch, es réplica de la que él mismo hizo y se bendijo en 1931, y fue quemada durante el incendio de iglesias y conventos que saludó en toda España, en mayo de ese año, la llegada de la Segunda República. Así lo recordó monseñor Catalá al hacer al inicio de su homilía una pequeña historia de Real, Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario y María Santísima del Rocío.
El significado de la coronación
También destacó la novedad que supuso entonces una advocación como el Rocío para una hermandad penitencial, que suelen inclinarse por imágenes de la Dolorosa. Recordó asimismo que la concesión de la coronación se pidió en 2006: "Un acontecimiento importante en la vida de la Iglesia necesita tiempo para prepararlo", dijo citando a San Juan Pablo II.
La catequesis mariana de monseñor Catalá empezó recordando a la mujer coronada de doce estrellas del Apocalipsis, una "mujer maravillosa" que es "la Madre del Hijo de Dios, a quien alumbra en el tiempo, para que pueda convivir con los seres humanos y llevar a cabo su misión de salvación universal", y que además defiende al Niño del dragón, derrotándole.
"Toda la grandeza de la Virgen María le viene por este hecho de su maternidad divina", continuó el obispo: "Jesucristo, Sol invicto que nunca se pone y Luz que ilumina el mundo, quiso ser acogido en las purísimas entrañas de la Virgen María".
Monseñor Catalá, tras colocar sobre la imagen malagueña del Rocío la corona de doce estrellas. Foto: Carlos Díaz / El Mundo.
¿Qué significa entonces la coronación de una imagen con esas doce estrellas del Apocalipsis?
"Coronar una imagen de María implica aceptarla como Reina de cielos y tierra, y acogerla en nuestro corazón como Madre y Maestra. Ella es Reina por su divina maternidad. Es Madre del Hijo de Dios y madre nuestra; su realeza deriva de Cristo, Rey del universo, y Ella es Madre del Rey invicto", explicó monseñor Catalá.
Y recordó la etimología de la advocación coronada: "Cristo, su Hijo, Sol radiante, iluminó todo el ser de María y la convirtió en Rocío; es decir, una mujer cristalina, que refleja la luz del sol; una mujer iluminada, que transparenta la gracia divina de la que está llena por dentro; una mujer como una hermosa gota de rocío, que al penetrar los rayos del sol en ella, ponen de manifiesto el candor y la belleza de esta criatura; una mujer de limpia hermosura, inmaculada y sin mancha, que Dios quiso adornar para sí".
Rezar a la Madre, confesar al Hijo
El obispo de Málaga invitó a los fieles a dirigirse a la Virgen en las necesidades y también en las palabras de amor y alabanza: "Ella quiere escucharos, quiere atenderos, quiere oír vuestras peticiones; quiere oír vuestros piropos, vuestras dulces palabras de hijos, ¡decídselas!".
Y para traducir esa devoción en obras monseñor Jesús Catalá recordó a los presentes que "el discípulo de Jesús, el cofrade, el cristiano, no debe tener miedo de ser testigo de Jesucristo, que es Camino, Verdad y Vida para todos los hombres; no solo para los creyentes, puesto que Cristo es Camino, Verdad y Vida para todo ser humano. El cristiano y el cofrade deben estar dispuestos a proclamar a Cristo como Verdad delante de los hombres; a confesar su fe; a iluminar las realidades temporales con la luz del evangelio; a transformar la sociedad con la fuerza del amor y de la esperanza cristiana".