Fátima va intentando recuperar poco a poco la normalidad tras la pandemia de coronavirus, pero precisamente esta grave pandemia que azota al mundo hace aún más actual el mensaje que la Virgen dejó a los tres pastorcitos hace más de un siglo.
Así lo recordó el obispo Vitorino Soares, auxiliar de Oporto y que ha presidido la peregrinación internacional que se realiza cada día 13 de mes, conmemorando la aparición de la Virgen.
De este modo, ha afirmado desde Fátima que la pandemia ha recordado a la Humanidad que todos «nos necesitamos», destacando el mensaje de «triunfo» del bien dejado en Cova da Iria en 1917 por Nuestra Señora a los tres Pastorcitos.
“Aún bajo la nube de la pandemia, que nos ocultó y nos trajo incertidumbre y preocupación, y aún continúa escondiéndose, el mensaje de Fátima nos recuerda el desafío que la historia y la humanidad tan a menudo olvidan: nos necesitamos mutuamente. Nos necesitamos unos a otros”, afirmó.
En su homilía monseñor Soares recordó las peticiones que hizo la Virgen en Fátima en su tercera aparición, precisamente el 13 de julio del año 1917.
La celebración de la aparición del 13 de julio de 1917 se basa en la narración contada por Lucía, que enumera cuatro elementos principales: la solicitud de Nuestra Señora de regresar, el 13 del mes siguiente; la insistencia en la oración del Rosario; Las solicitudes de Lucía para la curación de algunas personas cercanas; y la promesa de Nuestra Señora de realizar un milagro, en octubre, para que todos crean.
La Virgen dijo entonces: “Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, sobre todo cuando hagáis algún sacrificio: ¡Oh! Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.
Por ello, el obispo se ha preguntado este lunes: “¿Queremos sacrificarnos el uno por el otro? ¿Queremos ser ofrendas el uno para el otro? No se trata de sacrificios de víctimas o chivos expiatorios, sino de hermanos que por amor se ofrecen el uno al otro, en los pequeños gestos de la vida cotidiana”.
El obispo auxiliar de Oporto también destacó la promesa que quedó en Fátima de la victoria definitiva del «corazón de paz, bien, bondad», cuando Nuestra Señora, según el relato de Lucía, les prometió el triunfo de Su Corazón Inmaculado.
«Hoy también decimos: ‘¡Mi Corazón Inmaculado triunfará, mi Corazón Inmaculado triunfará!’. En medio de esta pandemia, en medio de nuestras incertidumbres; en medio de nuestros sufrimientos; en medio de nuestras dificultades laborales y económicas; en medio de nuestras inseguridades y miedos. Usted, Señora de Fátima, continúa diciéndonos: ‘Mi Inmaculado Corazón triunfará’ ”.
De este modo, durante esta peregrinación internacional el obispo prosiguió diciendo: «Todos te necesitamos, Madre, Señora de Fátima, porque todos somos y queremos ser tus hijos, escuchando tus llamadas y respondiendo a tus invitaciones».
“Hoy aquí, en este Santuario, María, nuestra Madre, también quiere ayudar a ser los discípulos de Jesús. Escuchándolo. Encontrándose con Él. Siguiéndole. Poniendo tu mensaje en práctica», concluyó este obispo peregrino.