Hay varias fiestas importantes de la Virgen en agosto que a veces quedan eclipsadas porque el 15 de agosto se celebra la fiesta de la Asunción de la Virgen.
No hay duda de que la Asunción es importante: es el asombroso privilegio de María, que sube al Cielo en cuerpo y alma. No hay reliquias corporales de la Virgen (nadie dice tener un hueso de la Virgen, por ejemplo, ni entre los católicos, ni entre los cristianos orientales, coptos, siríacos o greco-ortodoxos). Su cuerpo dejó esta tierra y entró en el Cielo.
El 15 de agosto es fiesta de precepto. A los católicos se les pide ir a misa ese día y en muchos pueblos de España e Hispanoamérica es también fiesta grande y popular, porque es la patrona de muchos sitios (la diócesis de México, la ciudad de Arequipa-Perú, la ciudad de Asunción-Paraguay, la ciudad de Guatemala, el departamento de Oruro en Bolivia, etc…)
Pero hay otras fiestas de la Virgen en agosto. Ya que coincide con las vacaciones de verano en España, vale la pena tenerlo en cuenta para poder aprovechar y celebrar con Nuestra Madre.
2 de agosto: Nuestra Señora de los Ángeles
Es una fiesta que en Occidente nace en el siglo XIII. Francisco de Asís adquirió la pequeña iglesia de la Portiúncula cerca de Asís y la rededicó en 1211 a la Virgen de los Ángeles porque se decía que oían voces angelicales. En 1216 Francisco recibió la indulgencia de la Portiúncula del Papa Honorio como regalo por la dedicación de la capilla. En el siglo XVI aquella capilla se consagró como Basílica de Santa María de los Ángeles y en 1921 el Papa Benedicto XV concedió el privilegio de la indulgencia a todos los visitantes durante un año. Años después, una legislación concedió la indulgencia a todos los fieles el 2 de agosto de cada año (o el domingo siguiente) con el permiso del obispo local.
Los franciscanos llevaron por el mundo la devoción a la Virgen de los Ángeles. La ciudad de Los Ángeles en California se llama así por ella y la misión con su nombre. También Puebla de los Ángeles en México.
La Virgen de los Ángeles es la patrona oficial de Costa Rica y es día festivo es el país. En España, la Virgen de los Ángeles es patrona de la ciudad y diócesis de Getafe (con su santuario del Cerro de los Ángeles).
(Lea aquí 3 famosas cuentan las curaciones que recibieron de la Virgen de los Ángeles).
5 de agosto: Nuestra Señora de las Nieves
Este día se conmemora la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, también conocida como Nuestra Señora de las Nieves. El primer edificio se levantó y consagró en el monte Esquilino en el siglo IV por encargo del Papa Liberio.
San Sixto III la dedicó a la Virgen a raíz del Concilio de Éfeso y la proclamación del dogma de María Madre de Dios. En 1568 Pío V decretó que pasase a ser una fiesta de la Iglesia universal, y no sólo en la ciudad de Roma.
Se considera que Santa María la Mayor es la catedral mariana más importante de la Iglesia de rito latino y allí se guarda el antiguo icono de María Salus Populi Romani (“Salvación o Salud del Pueblo Romano”), ante el que reza el Papa Francisco antes y después de cada uno de sus viajes al extranjero.
¿Qué tiene que ver todo esto con la nieve? Precisamente, que la nieve no es algo que se vea en agosto en el Mediterráneo. ¡Muchos en los calores de agosto querrían que la Virgen les diera el frescor de la nieve!
Dice la leyenda que la Virgen, un 4 de agosto del siglo IV, dijo al Papa Liberio y a un matrimonio que deseaba un templo en el lugar del monte Esquilino que vieran cubierto de nieve por la mañana. A la mañana siguiente, el Papa fue en procesión con clero y laicos y, para asombro de todos, efectivamente encontró un lugar cubierto de nueve pese al calor de agosto de Roma. Allí edificaron el templo.
13 de agosto: Nuestra Señora Refugio de los Pecadores
Esta fiesta se remonta a la época de San Germán de Constantinopla en el siglo VIII y se centra en uno de los títulos más antiguos de María, citado por San Ireneo de Lyon ya en el siglo II: María como Nueva Eva. La primera Eva pecó y fracasó, pero María ni pecó ni fracasó. María es la Nueva Eva vencedora que pisa la cabeza de la serpiente y consuela a la vieja Eva y todos sus hijos, pecadores que buscan el refugio de una Madre que consuela y anima. María es una intercesora especial e intercede por los pecadores que acuden a ella.
15 de agosto: La Asunción de la Virgen María
Ya en el siglo V, la Iglesia de Jerusalén celebraba el 15 de agosto una fiesta que llegó a llamarse en Oriente «el día en que Santa María expiró«… aunque, insistamos, no necesariamente murió. Recordamos que la Iglesia Católica deja libertad a cada creyente para creer si María llegó a morir o no, pero el dogma enseña que, habiendo muerto, o incluso sin morir, su cuerpo pasó al Cielo (y su alma, es decir, toda su persona).
En Oriente se habla también de «la Dormición de la Virgen»: ella quedó dormida, rodeada de los apóstoles reunidos para despedirse, y sin llegar a morir, Dios hizo desaparecer su cuerpo de la tierra y lo llevó al Cielo, sin dejar reliquias corporales. Según la tradición, esto habría pasado cuando ella tenía 72 años, según algunos en Éfeso (donde vivía con San Juan), según otros, en Jerusalén (donde habría ido para reunirse con los apóstoles).
La fiesta oriental llegó a la Iglesia de Occidente en el siglo VII con el nombre de Asunción de la Virgen al Cielo. Llevaba más de 1200 años celebrándose en Roma y Occidente cuando en 1950 el Papa Pío XII quiso formalizarlo como uno de los dogmas marianos de la Iglesia.
22 de agosto: Reinado de María
Es una fiesta moderna: el Papa Pío XII decretó e instituyó la fiesta de la Realeza de María el 11 de octubre de 1954, en su encíclica Ad Caeli Reginam (“A la Reina del Cielo”). Originalmente, la fiesta se celebraba el 31 de mayo y fue reasignada al 22 de agosto en el Calendario Romano revisado de 1969.
“María, como madre del divino Cristo, como asociada suya en la redención, en la lucha contra los enemigos y en la victoria final sobre ellos, participa, aunque de modo limitado y análogo, en su dignidad real. En efecto, de su unión con Cristo obtiene una eminencia radiante que trasciende la de cualquier otra criatura; de su unión con Cristo recibe el derecho real de disponer de los tesoros del Reino del divino Redentor; de su unión con Cristo deriva finalmente la inagotable eficacia de su intercesión maternal ante el Hijo y ante su Padre”, escribió el Papa Pío XII.
Verano es una temporada adecuada para pasar tiempo con la Virgen María, en reflexión privada o en oración formal, para fortalecer nuestra relación con ella y verla como una forma de descansar en Dios y en nuestra Madre, apoyándonos en su regazo.
