Un fresco en Pellevoisin inmortaliza la peregrinación «Con M de María» que recorrió Francia el pasado verano

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El nuevo fresco en el santuario de Pellevoisin.

Durante el verano de 2020, en el respiro que dejó la pandemia de coronavirus antes de comenzar la segunda ola, se celebró en Francia la peregrinación Con M de María, con dos puntos de salida: desde Lourdes (1858) con destino a Pontmain (1871, Nuestra Señora de la Oración) y desde La Salette (1846) con destino a París, a la Rue du Bac, lugar de la aparición de la Medalla Milagrosa (1830). Una vez llegadas a Pontmain y París, confluían hacia Pellevoisin (1876, Nuestra Señora de la Misericordia),

Cinco lugares de apariciones durante el siglo XIX: una M perfecta sobre Francia, una M de María.

En ambos recorridos, que forman una M perfecta sobre el territorio francés, sendas calesas de caballos portaban de localidad en localidad una imagen de Nuestra Señora de Francia, siendo acompañadas en cada tramo por decenas e incluso cientos de peregrinos, que fueron miles al llegar al término de la peregrinación.

Desde el pasado 10 de enero, esa iniciativa, que aspira a perdurar, ha quedado inmortalizada con un fresco en el santuario de Nuestra Señora de la Misericordia de Pellevoisin. La pintura fue bendecida ese día por el arzobispo de Bourges, Jérôme Daniel Beau.

Una pintura para recordar la presencia de Dios

La idea del fresco partió del rector del padre Laurent Flichy, rector del santuario, y del hermano Jean-Baptiste Garrigou, de la comunidad ortodoxa de San Juan Damasceno. Cuando el 12 de septiembre concluyó la peregrinación (que había arrancado el 2 de junio), ambos pensaron que sería bueno reflejar de alguna forma la llegada de los peregrinos a los pies de la Virgen.

«Cuando el contexto socioeconómico es nefasto e inquietante, no hay que descuidar la presencia de Dios», declararon, según recoge Famille Chrétienne: «Aun si el mundo es caótico, hay que mantenerse aferrados a la Revelación, y por eso renovamos con esta obra nuestro testimonio de fe«.

El fresco, en tonos ocre, amarillo, verde y azul, se encuentra en un patio.

En la parte superior vemos a los ángeles glorificando a Dios.

En el centro, Jesucristo corona a la Santísima Virgen, que tiene rostro infantil «porque ella es renovada continuamente por el Espíritu Santo», afirma el hermano Garrigou. Sobre ambos descienden tres rayos que simbolizan la Santísima Trinidad.

A ambos lados de esa escena, enmarcada en una mandorla típica del arte bizantino, vemos a San Juan y a Santa María Magdalena, quienes contemplan la coronación de Nuestra Señora.

Y a la derecha de Santa María Magdalena está representado el obispo de Bourges consagrando a la Virgen la diócesis, acompañado por tres «pobres del Señor» que son los peregrinos llegando a Pellevoisin.

Las apariciones a Estelle Faguette

En 1875, la Virgen se apareció quince veces a Estelle Faguette (1843-1929), una mujer gravemente enferma que le pedía ser curada porque solo ella podía trabajar para mantener a su familia. Al año siguiente quedó curada, y en 1877 el arzobispo de Bourges autorizó el culto público en la iglesia de Nuestra Señora de Pellevoisin.

En 1900 el Papa León XIII reconoció oficialmente el escapulario del Sagrado Corazón que Nuestra Señora móstró a Estelle, y en 1983 el entonces arzobispo de Bourges, Charles Marie Vignancour, reconoció como milagrosa su curación.

Los mensajes de la Virgen a Estelle se sintetizan en la piedad de la Madre que acude en socorro de sus hijos para allanarles el camino de la salvación eterna: «Yo soy toda misericordiosa y he venido especialmente para la conversión de los pecadores«. Por eso la advocación con la que se la celebra en Pellevoisin es Nuestra Señora de la Misericordia.

María, Salud de los Enfermos, ruega por nosotros.

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