Este lunes, como cada 27 de junio, se celebró la fiesta de la Virgen del Perpetuo Socorro, probablemente el icono de estilo oriental más difundido y venerado en Occidente. Pero este año es distinto: se cumplen 150 años desde que en 1866 los redentoristas empezaron a volcarse en difundir esta devoción por todo el mundo.
Por este aniversario, el Papa a través de la Penitenciaría Apostólica concede indulgencia plenaria en el año jubilar de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (del 27 de junio de 2016 al mismo día de 2017), La comunicación de la Penitenciaría Apostólica indica que, con las condiciones acostumbradas (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice), la indulgencia plenaria podrán ganarla en la iglesia de San Alfonso de Roma y en todas las iglesias de la Congregación del Santísimo Redentor, “los fieles que, verdaderamente arrepentidos y movidos por la caridad, visiten como peregrinos la sagrada imagen y allí participen en los ritos jubilares debidamente determinados, o que al menos dediquen un espacio de tiempo conveniente a piadosas reflexiones que terminarán con la oración dominical, el símbolo de la fe y la invocación a la Bienaventurada Virgen María”.
Respecto de los fieles devotos impedidos por la ancianidad, la enfermedad u otra causa grave, la Penitenciaría señala que “podrán igualmente conseguir la indulgencia plenaria si, arrepentidos de todos los pecados y con la intención de cumplir cuanto antes les sea posible las tres acostumbradas condiciones, ante una pequeña imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, se unen espiritualmente a las celebraciones o peregrinaciones jubilares, ofreciendo a la misericordia divina por media de María sus oraciones, dolores y los sufrimientos de su propia vida”.
Un icono especial en Roma
El icono original está en el altar mayor de la iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. El icono de la Virgen, pintado sobre madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a María con el Niño Jesús. Se considera que pertenece a la escuela cretense de iconos, del siglo XIII a XV.
El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura Pasión mientras él agarra fuertemente con las dos manos a su Madre, quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte.
María, vestida como una dama bizantina, sostiene al Niño y mira al espectador, quizá interpelándole, mientras exhibe al pequeño. En ese sentido, es una variante de los iconos de la tradición oriental de María Odiguitria ("la que muestra el camino", es decir, muestra a Jesús).
El Niño no mira al espectador, sino a los dos arcángeles -Miguel y Gabriel- que sostienen los instrumentos de su tortura: lanza, esponja, clavos… El Niño se agarra a la mano de su madre, al parecer asustado (contorsión de piernas, sandalia desprendida…).
Pero los instrumentos no aparecen solo como signo de dolor: el hecho de que los ángeles los lleven en manos con velos muestra que se exhiben también como trofeos, signos de enemigos derrotados.
Este icono ha sido difundido por todo el mundo por la Orden de los redentoristas desde mediados del siglo XIX. El Papa Pío IX dijo, en la audiencia al Superior General de los Redentoristas el 11 de diciembre de 1865: "Den a conocerla a todo el mundo".
San Juan Pablo II, en su autobiografía "Don y misterio", habla de su adolescencia en la parroquia de su pueblo de Wadowice: "Recuerdo, en la iglesia parroquial, una capilla lateral dedicada a la Madre del Perpetuo Socorro a la cual por la mañana, antes del comienzo de las clases, acudían los estudiantes del instituto. También, al acabar las clases, en las horas de la tarde, iban muchos estudiantes para rezar a la Virgen".
Aunque es una advocación mariana muy popular, sólo hay un país que tenga a la Virgen del Perpetuo Socorro por patrona, y es Haití, en agradecimiento a una epidemia de viruela que detuvo en 1883, y por proclamación oficial de la Iglesia desde 1993.
Las letras del icono son griegas. Las iniciales al lado de la corona de la Madre la identifican como la “Madre de Dios”. Las iniciales al lado del Niño “ICXC” significan “Jesucristo”. Las letras griegas en la aureola del Niño: owu significan “El que es”, mientras las tres estrellas sobre la cabeza y los hombros de María indican su virginidad antes del parto, en el parto y después del parto.