El nombre “Mary” fue el más usado para niñas en Estados Unidos casi cada año, desde 1900 hasta 1961, e incluso antes, según los registros de censos y la Seguridad Social norteamericana.
Pero a partir de 1962, con la televisión extendida como la gran fuente de entretenimiento y la cultura del estrellato (el star system) que animaba a muchos a poner nombres de famosos del momento, el nombre “Mary” perdió popularidad muy rápido. Desde 1968 nunca ha estado entre los cinco primeros.
Patrice Fagnant-MacArthur, autor de “The Catholic Book of Baby Names” está convencido de que la clave televisiva es la esencial: “la gente empezó a ver nombres que les gustaban en TV. Y además creció el deseo de unicidad, de que los niños tuvieran nombres distintos a los de su entorno”.
Hoy las niñas que nacen en Estados Unidos se llaman Emma, Olivia, Sophia, Ava, Isabella, Mia, Charlotte… Mary queda relegado a un puesto número 146.
Por otra parte, la búsqueda de la diferencia puede volver a poner de moda “Mary” en el país. Emma era un nombre muy común, que en los años 70 pasó a ser el número 400 de la lista… y hoy es de nuevo el preferido. Aún así hay 4 millones de Marys en EEUU… pero son señoras mayores.
España: país de Marías
En cuanto a España, sigue siendo “tierra de María”: 6,4 millones de españolas se llaman así, más de una cuarta parte, aunque eso es sólo si se incluye a todas las “María de…”.
El segundo nombre femenino más común es “Carmen” (que en realidad es una derivación de María del Carmen aunque no se registre como tal), que ostentan 1,2 millones de españolas.
Le siguen Ana, Isabel, Dolores (que es otra advocación mariana, en realidad, con 535.000 españolas), Pilar (otra advocación mariana, con 447.000), Josefa, Teresa…
En 2014 María fue uno de los 3 nombres preferidos para niñas nacidas en Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Valencia, Extremadura y Murcia, por lo que no parece que vaya a bajar su popularidad.
En cuanto a los hombres, el nombre español más común va ligado al de María para siempre, y es el de José: casi 2,9 millones de españoles lo tienen, de forma simple o compuesta.