Toni Blanco es un empresario jubilado de 72 años, cubano en San Diego, que hace rosarios a mano y los regala. Lo ha hecho toda la vida y ha repartido miles de rosarios. A menudo reza mientras los prepara. Si le ayudan su esposa, Rosa, y su bisnieto, puede hacer uno en 40 minutos. A veces tarda más, si se distrae siguiendo el boxeo o el béisbol, un deporte que practican sus nietos y bisnietos.
Tony ha puesto en marcha una web en inglés, Praymyrosary.com, animando a rezar el rosario, al estilo de Fátima (con la oración «oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, sálvanos de los fuegos del infierno…»). Y regala los rosarios, a menudo, con un folletito de instrucciones.
Haciendo rosarios desde los 8 años, en Cuba
Aprendió a hacer rosarios cuando tenía 8 años y estudiaba con los Hermanos Maristas en Cuba. Le gustaba la escuela y le gustaban los Hermanos, era amigo del director. En el descanso de la hora de comer, Toni veía que el director hacía rosarios a mano. Como el niño se mostraba interesado, el religioso le enseñó como hacerlos. Y ya nunca paró.
Llegó la Revolución. «Como muchos cubanos, mi padre veía a Fidel Castro como un salvador de la opresión y la injusticia en la isla. Empecé a hacer rosarios con semillas de un arbusto local, y se los enviaba por docenas a los guerrilleros de Fidel en las montañas. Por desgracia, resultó que Fidel terminó siendo un dictador peor que Batista y hundió nuestra hermosa isla en un infierno comunista«, escribe en su web.
El jovencito Tony Blanco enviaba rosarios a los guerrilleros de las montañas…
luego comprobaría que establecían una dictadura antirreligiosa
Las autoridades castristas rápidamente deportaron o encarcelaron a los maristas «y por las calles de la ciudad hacían burla de nuestro amado patrón de la escuela, el beato Marcelino Champagnat«. Toni colaboró con una incipiente resistencia pero pronto la familia tuvo que huir.
Emigrado en EEUU a los 16 años
«Yo tenía 16 años, había vivido una vida protegida y maravillosa, no me había faltado nada y de un día para otro me encontré en Chicago, hogar de gánsteres, según el folclore cubano, frío, extraño. Me sentía solo, con miedo, traicionado. Todo lo que tenía conmigo eran mis rosarios. Pasé muchas noches haciendo rosarios, cuando conseguía los componentes».
Encontró después un empleo y una novia, Rosa, hoy su esposa: tuvieron dos hijas, dos nietas, dos nietos, un bisnieto… Siente que Dios le ha bendecido y nunca ha dejado de hacer rosarios.
Rosarios para todos: en el médico, el avión…
Los regala a desconocidos que pasan por su parroquia de Corpus Christi (San Diego, California). También los da en restaurantes, sala de espera del médico, aviones… Dice que en pocos casos le rechazan el rosario, quizá uno de cada 500. Casi siempre es un protestante quien dice que no lo acepta.
Le cuentan historias acerca del efecto de esos rosarios. Explica que una mujer con cáncer y sin esperanza de recuperación rezó uno de estos rosarios cada día, durante tres meses, y el médico constató, asombrado, que el cáncer había desaparecido.
Cuenta también que un día, en un avión, estaba preparando un rosario, con sus cuentas, y la azafata le preguntó qué hacía. Él lo explicó y le regaló un rosario. Cuando él ya se iba del avión, la azafata, llorando, le explicó que su madre había muerto recientemente y ella había colocado su rosario de toda la vida en su féretro. Abrazó a Toni diciendo: «esto es un mensaje del Señor».
En la Sociedad del Santo Rosario
Toni es miembro de la Sociedad del Santo Rosario de su parroquia, con grupos que rezan el rosario por las casas. Los otros socios están encantados con su apostolado. Gina Lupian, una de las asistentes, explica al Times of San Diego:
«Leí el otro día que el demonio odia el rosario porque repites el nombre de Jesús y el de María más de 50 veces. Creo en su poder protector. Verás rosarios colgando en los retrovisores. Es una oración que calma».
Toni Blanco está convencido de que «el rosario es el arma de nuestros tiempos. Si todo el mundo rezara el rosario, no habría guerra, ni problemas en el mundo, porque el rosario se encarga de todo eso. Creo que rezando el rosario ayudas al mundo, a la gente, a ti mismo, y te acercas al Señor». «El rosario ha sido mi GPS hacia el Señor», añade.
«Estar con el Señor, mediante nuestra Señora»
Él conoce lo que mucha gente comenta del rosario en esta época acelerada. «En este nuevo mundo que vivimos muchos lo ven tedioso, que requiere mucho tiempo, etc… No entienden que rezar el Rosario es estar con el Señor mediante nuestra Señora».
Su hija Iris cuenta una escena que ha visto con su padre: «Estamos en la tienda de verduras y le da un rosario a alguien y se ponen a llorar y dicen ‘este es el mejor regalo que me han dado’«. Otras veces vienen personas explicando que todo ha mejorado. «Cuando las cosas se ponen difóciles, van automáticamente a los rosarios de mi papá, y por alguna razón, las cosas se suavizan».
Ha hecho llegar rosarios al Papa Francisco y le gustaría encontrarse en persona con él para que bendiga alguno. Mientras tanto, Toni seguirá haciendo rosarios «mientras mis manos lo permitan».