El domingo 22 de septiembre se reunieron decenas de miles personas en la explanada del santuario mariano de Fátima (el servicio de prensa del santuario habló de 180.000 personas) para participar en la IX Romería con Bendición de los Cascos, a la que acuden motociclistas de toda Europa, y también técnicos policiales y de bomberos que usan ese instrumento de protección. Potentes motocicletas se acumulaban en los aparcamientos cercanos al santuario.
El Patriarca de Lisboa, Rui Valério, aprovechó el encuentro multitudinario para animar a los motociclistas a contagiar al mundo una “dimensión espiritual y humanista para el desarrollo de las tareas de la vida diaria” y ser “caminantes que van al encuentro del Señor, irradiando por los senderos la luz luminosa de la esperanza”.
También pidió reconocer que quien de verdad mueve al hombre no son las cilindradas potentes, sino «el Señor de la Vida».
En el contexto de los incendios que estos días han golpeado a Portugal, el arzobispo de Lisboa pidió orar por los que luchan contra el fuego. A pesar de la “intensidad destructiva de las llamas del fuego, en nuestros corazones arde un fuego aún más fuerte, el del amor”, afirmó. Y pidió especialmente rezar por «aquellos cuyas vidas se perdieron en los incendios y en su lucha contra ellos».
La peregrinación nació hace ya 9 años y la impulsa la Associação da Bênção dos Capacetes (ABC, Asociación de Bendición de CAscos). Además de reunir gente para el rezo, también impulsa dos colectas solidarias:
– una financia una silla adaptada para un motociclista que quedó tetrapléjico en accidente y tiene 23 años;
– la otra colecta buscaba ayudar a los bomberos con donaciones de materiales médicos: solución salina, ungüentos para quemaduras, compresas, apósitos, antiinflamatorios, paracetamol y productos de higiene personal.
El rector del Santuario de Fátima, el padre Carlos Cabecinhas, agradeció los gestos de caridad concreta en el contexto de incendios y del esfuerzo de los bomberos.
La celebración central fue una misa a las 11 de la mañana. Bajo el lema ‘Somos moldeados y guiados por lo que amamos’, la peregrinación comenzó con un desfile de motoristas que portaban la estatua de Nuestra Señora de Fátima junto a la Basílica de la Santísima Trinidad. En esta misa fue cuando recibieron la bendición de cascos.
Al gran encuentro acudieron también motoristas de España, de Badajoz, así como grupos llegados de las islas portuguesas de Madeira y Azores.
La seguridad en el viaje de los motoristas llevó a la organización (la ABC) a pedir a todos «la máxima precaución y sentido de responsabilidad, evitando excesos» en el viaje.
“Este es un momento de encuentro muy especial. Año tras año siempre hay un gran número de motociclistas de todo el país. (…) Son personas creyentes, que creen y que van a Fátima con el objetivo de pedir protección a la Madre de Dios”, dijo el responsable de la Oficina de Prensa del Santuario de Fátima, destacando las diferentes procedencias de los participantes.
En los últimos tres años, los accidentes de moto se han cobrado 313 vidas y 1.848 heridos graves en Portugal, según datos de la Autoridad Nacional de Seguridad Vial (ANSR). Ya este año, entre enero y mayo, se produjeron 47 muertes como consecuencia de accidentes en moto, según el último informe de la ANSR.