El pasado lunes 8 de septiembre se celebró el Día de Asturias y la fiesta de la Virgen de Covadonga, su patrona.
El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quiso recordar otra efemérides especial: se cumplen 25 años desde que por primera vez un Papa subía al escarpado santuario mariano, 25 años desde la visita de Juan Pablo II, enamorado de la Virgen y también enamorado de la belleza de Dios en la naturaleza, tan patente en ese lugar.
"La primera impresión de este singular peregrino en Covadonga fue conmoverse ante la creación tan prestosa que rodea este querido lugar", explicó el arzobispo Sanz.
"Era conocida su sensibilidad por la montaña, pero aquí quedó prendado de la belleza natural que nos circunda. Lo mismo me sucede a mí, cuando subo a Covadonga con jóvenes, caminando por los bosques hasta llegar a la Santa Cueva o cuando me adentro en los Picos de Europa. Asturias es un lugar realmente especial".
Y añadió: "Como decía el gran poeta Rilke, aquí parece que todo conspira para nuestro bien. Esto llenó la mirada de Juan Pablo II y puso alegría en su corazón cuando se zambulló en estos mismos valles y subió luego hasta los Lagos".
Después recordó que "el Papa Juan Pablo II no habló en Asturias sólo de la hermosa tierra, sino de la criatura más importante y a veces más vulnerable como es el ser humano".
Por eso, afirma el arzobispo de Oviedo, "Covadonga tiene esta doble enseñanza, la de regalarnos una belleza tan llena de luz y hermosura, y la de mostranos que los valles angostos y las rocas impenetrables del paisaje de penuria pueden tener una puerta de salida".
"María representa todo esto en este santo lugar: el horizonte y la acogida. ¿Quién no necesita de esto en su vida? Así lo hemos vivido los cristianos durante siglos subiendo a Covadonga, conmoviéndonos ante el testimonio de fe y confianza con tantos hermanos y hermanas nuestros han sido bendecidos precisamente aquí en este lugar".
El arzobispo recordó alguans enseñanzas sociales de Juan Pablo II, anunció que la diócesis dejará casas rectorales sin uso a Cáritas para que alojen familias necesitadas y después señaló algunas enseñanzas de Juan Pablo II sobre Covadonga.
Palabras de Juan Pablo II sobre Covadonga
»¡Cuántas generaciones de hijos e hijas de esta tierra han rezado ante la imagen de la Madre y han experimentado su protección! ¡Cuántos enfermos han subido hasta este santuario para dar gracias a Dios por los favores recibidos mediante la intercesión de la Santina! La Virgen de Covadonga es como un imán que atrae misteriosamente las miradas y los corazones de tantos emigrantes salidos de esta tierra y esparcidos hoy por lugares lejanos. La Virgen María, podemos decir, no es sólo la “que ha creído” sino la Madre de los creyentes, la Estrella de la evangelización que se ha irradiado en estas tierras y desde aquí, con sus hijos, misioneros y misioneras, ha llegado al mundo entero.
»Covadonga es además una de las primeras piedras de la Europa cuyas raíces cristianas ahondan en su historia y en su cultura. El reino cristiano nacido en estas montañas, puso en movimiento una manera de vivir y de expresar la existencia bajo la inspiración del Evangelio.
»Por ello, en el contexto de mi peregrinación jacobea a las raíces de la Europa cristiana, pongo confiadamente a los pies de la Santina de Covadonga el proyecto de una Europa sin fronteras, que no renuncie a las raíces cristianas que la hicieron surgir. ¡Que no renuncie al auténtico humanismo del Evangelio de Cristo!.
Con este trasfondo, el arzobispo de Asturias pidió "al Señor y a la Santina" "que no se dilapide el valor de la unidad plural de una historia como España que tiene siglos de fecunda convivencia y fraterna complementariedad. Que en el respeto de los valores propios se sepan armonizar los valores comunes que nos hacen grandes y solidarios. La unidad de un pueblo que lleva siglos conviviendo no es dictadura ni uniformidad, sino un bien moral que vale la pena cuidar, defender y seguir construyendo juntos".
Y concluyó: "Quiero presentarte y poner ante tu pies, Virgen de Covadonga, a todos tus hijos de Asturias, las gentes del campo y los hombres del mar,los mineros con su duro e inclemente trabajo, los niños y los ancianos, los enfermos y todos los que sufren en el cuerpo y en el alma,las familias, y sobre todo, los jóvenes, promesa del futuro, que buscan la razón y el sentido de su vivir.Alcanza para todos de Dios, con tu poderosa mediación maternal, la gracia del perdón y de la reconciliación que Cristo tu Hijo nos ha merecido para vivir en paz con Dios y con los hermanos. Amén. A todos vosotros, amigos y hermanos feliz día de Covadonga en esta Asturias tan querida. Que nuestra Santina nos acompañe y que siempre nos bendiga".