La Virgen María se apareció unas quince veces durante 1876 a Estelle Faguette en Pellevoisin, en la región francesa de Indra. Nacida en una familia extremadamente pobre, Estelle se vio obligada a abandonar la vida religiosa tras una grave caída; se convirtió entonces en empleada doméstica y camarera. En 1875, a los 32 años, enfermó de tuberculosis.
Los médicos la declararon irremediablemente perdida. Estelle escribió entonces una carta a la Virgen para obtener su curación, que hizo depositar ante una estatua de Nuestra Señora de Lourdes. Mientras Estelle agonizaba, la Virgen se le apareció: «No temas, sabes que eres mi hija», y le prometió que su hijo se dejaría tocar y la curaría dentro de cinco días. A cambio, pidió a Estelle que publicara su gloria (en particular mediante un exvoto, del que la Virgen mostró a Estelle una visión precisa).
También dijo estas palabras: «Lo que más me angustia es la falta de respeto a mi Hijo en la Sagrada Comunión«. Estelle se curó, una curación que la Iglesia reconoció oficialmente como milagrosa. En julio, la Virgen María se le apareció de nuevo, instándola a «la calma» y «la valentía», asegurándole su apoyo, y hablándole así de su Hijo: «Su corazón tiene tanto amor por el mío que no puede rechazar mis peticiones. A través de mí, llegará incluso a los corazones más endurecidos».
Finalmente, en septiembre, noviembre y diciembre, María se apareció de nuevo a Estelle, llevando un escapulario con la efigie del Sagrado Corazón («Amo esta devoción»), y dándole otros mensajes («Escojo a los pequeños y a los débiles para mi gloria»; «Dile que […] nada me complacerá más que ver esta librea [el escapulario] en cada uno de mis hijos, y que todos ellos se esforzarán por reparar los ultrajes que mi hijo recibe en el sacramento de su amor»). La Iglesia reconoció la devoción al escapulario del Sagrado Corazón en 1904. La devoción a Nuestra Señora de Pellevoisin fue autorizada y fomentada por la diócesis, pero no reconocida oficialmente por Roma. Estelle murió en 1929, a la edad de 86 años.
Sobre estas apariciones, Christophe Geffroy entrevista en el número 366 de La Nef (febrero de 2024) al padre Laurent Flichy, rector del santuario de Nuestra Señora de la Misericordia de Pellevoisin, y a la historiadora del templo, Sylvie Bernay:
-En 2026 celebraremos el 150 aniversario de las apariciones de Pellevoisin: ¿qué son y cuál es su mensaje?
–Padre Laurent: Las cinco primeras apariciones reflejan las etapas de una «curación completa», del alma y del cuerpo, y las diez siguientes dan orientaciones misioneras muy pertinentes para los bautizados en tiempos de prueba. Me gusta pensar en ellas como una especie de Ejercicios Espirituales, accesibles a todos, para ayudarnos a discernir cómo «vivir como hijos de la luz» en nuestra sociedad postcristiana. Y para ello, cuando falta el apoyo exterior, la Santísima Virgen sugiere recibir el escapulario del Sagrado Corazón para significar la unión con Cristo Salvador.
»Estelle Faguette (1843-1929) fue contemporánea de San Carlos de Foucauld (1858-1916), canonizado en 2022, y de Santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), a quien el Papa Francisco acaba de dedicar una exhortación apostólica titulada C’est la confiance. Los tres vivieron la misma época turbulenta, marcada en particular por la revolución industrial y un laicismo ideológico conquistador, brillantemente representado, entre otros, por Émile Zola. Eran católicos de orígenes sociales muy diferentes: grandes familias aristocráticas, burguesía trabajadora de provincias o modestos obreros. Cada uno de ellos se había visto sacudido por dificultades: un duelo prematuro, la enfermedad, el desempleo, traslados impuestos por la guerra o la desgracia. Y cada uno de ellos transfiguró sus sufrimientos dejándose visitar por el Señor en su Misterio Pascual, con gran inquietud misionera.
-¿Podría hablarnos un poco de Estelle Faguette, la vidente de Pellevoisin, y de su vida?
-Sylvie Bernay: Después de 1876, la de Estelle fue una vida sencilla de ferviente oración y acogida de peregrinos. Supo transformar las numerosas pruebas por las que pasó en una ofrenda de amor a Dios. Siempre fiel a las palabras de bondad de la Virgen, transformó su carácter impetuoso en dulzura evangélica.
»Estelle demostró gran valentía en la misión que María le había confiado. Al final de su vida, se la conocía cariñosamente como «la buena Estelle«. Su vida fue una ascensión luminosa y pacífica, el mejor testimonio del camino seguro que la Santísima Virgen le mostró.
-¿Cuál es la postura oficial de la Iglesia sobre estas apariciones? ¿Podría resumir brevemente cómo ha evolucionado esta postura a lo largo del tiempo?
-Sylvie Bernay: El santuario de Pellevoisin ha pasado por varias etapas que dan crédito a la autenticidad y al carácter sobrenatural de los acontecimientos de 1876. En 1877 se autorizaron las peregrinaciones. Las dos primeras investigaciones canónicas de 1877 y 1878 fueron favorables. Recogieron testimonios de primera mano sobre la naturaleza de la curación de Estelle y la autenticidad de sus éxtasis. El mensaje de la Santísima Virgen se difundió por todo el mundo y muchas personas recibieron el escapulario del Sagrado Corazón, reconocido por León XIII en 1900.
»La curación de Estelle, que moría de tuberculosis cuando se le apareció la Virgen, fue reconocida como milagrosa en 1983. Todas estas etapas han dado a Pellevoisin una garantía de autenticidad, confirmada por las numerosas gracias recibidas a lo largo de casi 150 años. Ahora nos encontramos en la etapa final. A petición del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, con el fin de abrir la causa de Estelle, monseñor Jérôme Daniel Beau, arzobispo de Bourges, ha creado una comisión multidisciplinar que ha estado trabajando durante todo el año 2023 para examinar, según las normas exigidas, la validez del mensaje, la fiabilidad de la vidente y los frutos espirituales de Pellevoisin. Monseñor Beau deberá presentar en breve a Roma las conclusiones de la comisión, con vistas a reconocer el carácter sobrenatural de las apariciones.
-¿Cómo situar estas apariciones en el contexto de las cinco apariciones marianas en Francia en el siglo XIX?
–Padre Laurent: Tras la transformación causada por la Revolución Francesa, María dio testimonio de la solicitud de Dios por los fieles en la hora de la necesidad: en 1830, la medalla milagrosa de la rue du Bac fue un signo de protección maternal en un momento de agitación social y de epidemia de cólera; en 1846, las lágrimas de la Virgen en La Salette llamaron a la conversión evangélica; en 1858, la fuente de Lourdes es un signo de esperanza, sobre todo para los enfermos y los pecadores; en 1871, una visión silenciosa en el cielo de Pontmain invita a los feligreses y a las familias a rezar; en 1876, con la curación de Estelle en Pellevoisin, María abre a los cristianos un camino de vida interior en un mundo agitado.
-¿Qué tiene de especial la peregrinación a Pellevoisin? ¿Qué tipo de fieles vienen aquí a implorar a la Virgen?
-Padre Laurent: La carta de Estelle, su exvoto y el escapulario sugieren aquí tres enfoques: una carta compasiva de súplica, un testimonio de gratitud y acción de gracias, y un compromiso de conformarse al Corazón de Cristo. María indica los frutos característicos: confianza-tranquilidad-valentía.
-Se ha anunciado un expediente de beatificación: ¿en qué punto se encuentra? ¿Cuáles son los rasgos dominantes de la santidad de Estelle Faguette?
-Padre Laurent: La causa de Estelle será escuchada después del reconocimiento de las apariciones. Ella fue testigo de la sonrisa buena y luminosa de la Madre de la Misericordia, y nos invita a seguir también su «camino» para fortalecer nuestra vida interior. Así, confortados por la presencia maternal de la Virgen María y el ardor del Corazón de Jesús, los bautizados encuentran luz y fuerza para vivir bien en un mundo preocupado, agitado y a veces violento, con pocos apoyos externos.
»La Virgen María fue muy exigente con Estelle sobre la «calma», se podría decir la paz interior. Estelle mostró una gran confianza en su súplica, fervor en su acción de gracias y valentía en su misión. Durante la última aparición, la Madre de la Misericordia invitó a Estelle a repetir ciertas frases, entre ellas estas:
»»No temas, sabes muy bien que eres mi hija».
»»He venido especialmente para la conversión de los pecadores».
»»Los tesoros de mi Hijo están abiertos, que recen».
»»Es aquí donde me sentiré honrada».
»»Te recomiendo calma, no solo para ti, sino también para la Iglesia y para Francia».
»»Te he elegido, elijo a los pequeños y a los débiles para mi gloria».
»»Estaré, de manera invisible, cerca de ti».
Traducción de Verbum Caro.