Michael Kennedy, obispo de Armidale (Nueva Gales del Sur, Australia), es un asiduo de Medjugorje, y recientemente describió así su experiencia, según recoge La Luce di Maria: “Tengo la sensación de algo grandioso y muy serio. Cada vez que vengo, experimento algo más y mejor. Tengo la certeza absoluta de que la Virgen está presente aquí, como estuvo en Lourdes. La paz que uno encuentra aquí es difícil hallarla en cualquier otro lugar sobre la tierra”.
Monseñor Kennedy, de 50 años, quiso acudir a esta localidad europea desde Australia cuando oyó hablar de ello y quiso vivir personalmente su “mensaje de paz en el lugar donde se originó”. ¿Cómo vivir ese mensaje? “A través de nuestro ejemplo deben ver hasta qué punto se ha apoderado de nosotros el mensaje de la paz. Y llegados a ese punto, cuando se vea el cambio que se opera en nosotros, ya no habrá ni siquiera necesidad de hablar”.
Preguntado por un posicionamiento tan claro a la espera de una decisión final de la Santa Sede, monseñor Kennedy afirma: “No tengo ninguna duda. Si no creyese, no habría expuesto así mi postura. Aunque la Iglesia todavía no ha reconocido oficialmente estas apariciones, para mí son iguales a las de Lourdes y Fátima”.