Un mes de peregrinación de las reliquias de Santa Margarita Mª por España: devoción en 44 ciudades

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Durante un mes, hasta el 20 de noviembre, una urna con las reliquias de Santa Margarita María de Alacoque (1647-1690), la religiosa y vidente divulgadora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, ha recorrido España.

Estas reliquias normalmente son veneradas en el santuario del Sagrado Corazón de Paray Le Monay (Francia), donde la santa (de la congregación de las visitandinas o salesas) recibió sus visiones de Jesús y el Sagrado Corazón.

La urna empezó su periplo por España el 20 de octubre y visitó Pamplona, Burlada, San Sebastián, Vitoria, Bilbao, Santander, Oviedo, León, Lugo, Vigo, Salamanca, Ciudad Rodrigo, Ávila, Mancera de Abajo, Cantalapiedra, Segovia, Valladolid, Burgos, Logroño, Cabretrons, Mollerusa, Barcelona, Argentona, Tarragona, Amposta, Villareal, Alicante, Onil, Jijona, Crevillente, Elche, Orihuela, Callosa del Segura, Murcia, Alcantarilla, Granada, Aguadulce, Córdoba, Sevilla, Mérida, Badajoz, Oropesa de Toledo, Madrid y Getafe.

(Itinerario aquí en PDF )

Esta peregrinación busca preparar a los fieles para el Jubileo por el Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón, un jubileo que empieza a celebrarse el próximo 2 de diciembre y se extenderá hasta el 24 de noviembre de 2019.

Las reliquias consisten en dos clavículas, una costilla y un trozo de cerebro de la santa.

A su paso por la catedral de Granada, el deán Juan Gutiérrez, habló de la santa como «una persona que ha amado a Jesucristo, que ha sido tocada por la divinidad, ha sentido, ha vivido, el amor de Dios, que nos trae el mensaje de que Jesucristo el Salvador y que quiere ser reconocido, que quiere ser amado, que quiere comunicar su amor a toda la gente«.

La historia de Santa Margarita María

Nació en Verosveres, Francia, en julio de 1674 e ingresó al Convento de la Visitación de Paray-le-Monial en junio de 1671. Allí recibió varias revelaciones de Cristo. En una de ellas, ocurrida en la octava de la fiesta del Corpus Christi de 1675, Jesús le dijo: «He aquí el Corazón que tanto amó a los hombres, que nada guardó, hasta agotarse y consumirse para testimoniarles su amor».

Esa frase, que contrasta el amor inmenso de Cristo con la frialdad y falta de interés de los hombres, es una de las claves fundacionales de la devoción al Sagrado Corazón. La religiosa se convirtió en gran promotora de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

El 30 de mayo de 1919 el rey Alfonso XIII consagró España al Sagrado Corazón ante el recién construido monumento dedicado a esta devoción en el Cerro de los Ángeles de Getafe.

El monarca español daba así cumplimiento a la promesa hecha por Cristo al beato Bernardo Hoyos en el siglo XVIII: «Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes».

Hablaba con Dios… y esperaba su respuesta

A su paso por el convento de las salesas de Sevilla, el padre Antonio Alcayde, de los Padres Blancos, explicó: «Santa Margarita hablaba con Dios, pero lo más emportante era que en ese hablar ella con Dios, ella siempre esperaba una respuesta de Dios. Y siempre estaba atenta a lo que Dios quería, siempre atenta a hacer en su vida la autoridad de Dios. Lo suyo era dejar a Dios que hable».

«La primera revelación, la primera aparición del Sagrado Corazón a Santa Margarita María, es un encuentro de corazones. Jesucristo le muestra su corazón rodeado de una corona de espinas, lleno de llamas. Y al mismo tiempo, ella mete ese corazón dentro de su corazón».

Desde esta primera revelación y hasta su muerte, Santa Margarita María sufriría todos los primeros viernes de mes una reproducción de la Llaga del Costado de Cristo.

«La segunda palabra que nos dice Él: Santa Margarita María en la santidad. ¿Y qué es la santidad? Santo solamente es Dios, y los demás Santos se hacen Santos por la participación en la vía de Dios. Y en la medida que uno va creciendo en la medida de Dios, en esa medida va santificándose».

Recordó también que la religiosa contó con el apoyo de dos jesuitas, san Claudio de la Colombiere y el escritor Jean Croisset.

El sacerdote explicó además algunos símbolos del relicario.

«Las reliquias que tenemos aquí de Santa Margarita María tienen encima una rosa de oro, que fue un regalo del Papa, hoy San Juan Pablo II. Las reliquias son dos vértebras y un trozo de su cerebro. Y esto es significativo, porque como he dicho antes, Santa Margarita María es maestra de oración, y la oración requiere muchos silencios. Y la oración requiere mucha presencia de Dios, y la oración requiere muchas veces soledad. Esto es lo que hacía Santa Margarita María en el convento, rezar, buscar momentos de silencio y, sobre todo, tener muchos momentos de oración ante el Señor en la Eucaristía. Y las monjas muchas veces dudaban, ¿estará bien? Santa Margarita María hacía simplemente lo que Dios quería que hiciese: hacer de su vida la voluntad de Dios».

12 cosas que quizá no sabías sobre la vida de esta santa, en TektonTV

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