Preparando el centenario de Fátima, Joseph Pronechen, colaborador del National Catholic Register, ha seleccionado algunos hechos poco conocidos sobre las apariciones y los videntes, entre los que destaca la intervención providencial de Sor Lucía dos Santos salvando la vida de dos pequeños en una playa.
Fue a principios de los años treinta, cuando era todavía religiosa de Santa Dorotea en las casas que la congregación tenía en Tui y Pontevedra. Hasta 1941 no ingresó en el Carmelo de Coimbra, donde murió en 2005. En aquella época su salud era débil, y el médico le ordenó pasar un mes en el mar para recuperarse. Como otras hermanas coincidían en esa necesidad, la Madre Provincial alquiló una casa para la comunidad.
Una mañana de mar inusualmente bravío, algunas mujeres estaban recogiendo algas que las olas arrastraban hasta la arena, donde jugaban un par de niños.
Sor Lucia había trepado por las rocas batidas por las olas y se encontraba recogiendo moluscos cuando oyó unos alaridos y llamadas de angustia de las mujeres. Un golpe de mar había arrastrado a los pequeños y se los llevaba hacia dentro. La vidente de Fátima no lo dudó y se tiró al agua.
“Conseguí agarrar a uno de los niños y sacarlo”, escribió después: “Al principio no veía a la otra, pero pronto la descubrí junto en el agua junto a unas roca donde, por fortuna, se había quedado atrapada. Tiré de ella con la ayuda de Nuestra Señora, a quien acudí, y logré salvar esas dos vidas. Se vivieron unos momentos agónicos mientras los niños vomitaban el agua que habían tragado”.
“Las pobres mujeres no sabían cómo darme las gracias. ‘Tienen que agradecérselo a la Virgen, que estaba aquí, y no a mí”, les decía yo para invitarlas a la devoción a Nuestra Señora. Y, de hecho, creo que fue ella quien me ayudó, porque aunque sé nadar perfectamente, la angustia había conseguido paralizarme”.