El Santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila, en La Codosera (Badajoz), será oficialmente reconocido el 15 de septiembre como santuario diocesano de la Iglesia.
La proclamación de Chandavila como santuario diocesano tendrá lugar durante una Eucaristía de acción de gracias por el ‘Nihil obstat’ que se ha otorgado recientemente al santuario por parte del Dicasterio para la Doctrina de la Fe a través de una carta firmada por el prefecto y el Papa Francisco.
La intención del arzobispo de Mérida-Badajoz, el franciscano José Rodríguez Carballo, es que con el tiempo llegue a ser declarado también santuario internacional.
Carballo tiene suficientes contactos internacionales y en la Curia para impulsarlo. Fue secretario de Vida Consagrada en el Vaticano diez años con el Papa Francisco (de 2013 a 2023) y antes fue 10 años superior de los franciscanos a nivel mundial (de 2003 a 2013).
Para el arzobispo Carballo, el mensaje de Chandavila «se puede sintetizar en tres palabras: paz, perdón y oración».
Entrevistado en la radio, en Mediodía COPE, explicó: «Quisiéramos culminar con la declaración de Chandavila como santuario internacional, pues allí acuden muchos peregrinos, especialmente de Portugal. Naturalmente, esto llevará un poco de tiempo y requiere la aprobación de la Santa Sede y, previamente, de la Conferencia Episcopal Española».
Por ahora, el reciente reconocimiento vaticano del santuario es un paso clave. «Es muy importante que el Vaticano haya dado el visto bueno al culto, las peregrinaciones y la experiencia espiritual que se vive en Chandavila. Aunque no se reconocen las apariciones como tal, se afirma que en Chandavila se palpa la obra del Espíritu Santo. Y yo diría más: allí también se siente la presencia de la Virgen María, lo cual se evidencia en los muchos frutos que se dan en los peregrinos que acuden allí».
El Santuario de Chandavila se origina por las apariciones marianas que habrían ocurrido hace 79 años, cuando dos niñas, Marcelina Barroso Expósito y Afra Brígido Blanco, afirmaron haber visto a la Virgen María bajo la advocación de ‘Virgen Dolorosa’. «Sintió en ese momento el abrazo y el beso de la Virgen. Es una imagen preciosa de lo que hace una madre”, dice el arzobispo.
La primera aparición habría sido el 27 de mayo de 1945. Dos años después, en mayo de 1947, comenzó a construirse una pequeña capilla donde se encuentra el tronco del castaño donde se manifestó la Virgen, y una iglesia de mayores proporciones, presidida por una imagen de Nuestra Señora de los Dolores.
En 2020 la Santa Sede le concedió Año Santo Jubilar al Santuario, por el 75 aniversario de las apariciones de la Virgen María en ese lugar. Anualmente, el 27 de mayo tiene lugar una peregrinación religiosa con personas procedentes de España y de Portugal.
Doctrina de la Fe no «certifica» la aparición, sí los frutos
Hace pocos días el Dicasterio de Doctrina de la Fe dio su visto bueno a la devoción que se vive y fomenta en la Chandavila. El Prefecto, Víctor Manuel Fernández, valoraba que para la vidente que vio «a la Virgen de los Dolores, con manto negro cuajado de estrellas, sobre un castaño», «la experiencia profunda de esta muchacha, más que la visión, fue haber sentido el abrazo y el beso que la Virgen le dio en la frente».
El cardenal Fernández valora que «esta seguridad de la cercanía afectuosa de la Virgen es quizás el más bello mensaje», una «presencia de la Virgen que infunde consuelo, estímulo, confianza. Cuando la Virgen pide a Marcelina caminar de rodillas por un tramo de erizos de castaño secos, espinos y piedras cortantes, no lo hace para provocarle un sufrimiento. Al contrario, le pide confianza ante ese desafío: `No temas, nada te sucederá´».
El cardenal subraya que el llamado de la Virgen a la confianza en ella concedió a la niña «pobre y sufrida una esperanza y una experiencia de sentirse dignificada. Ese sencillo manto hecho de cañas y hierbas con el cual la Virgen protegió las rodillas de la muchacha, ¿no es una hermosa expresión de la ternura de María?».
Videntes de vida discreta, sin estridencias
Doctrina de la Fe considera probado que las videntes llevaron «una vida discreta y sin estridencias», dedicándose «a obras de caridad, especialmente atendiendo personas enfermas, ancianas o huérfanos». El documento de Doctrina de la Fe habla de «supuestas visiones» pero asegura que «no hay nada que se pueda objetar a esta hermosa devoción» y considera que hay «una acción del Espíritu Santo» en los peregrinos, «tanto de España como de Portugal, en las conversiones, curaciones y otros signos preciosos en este lugar». Todo eso llevó al dicasterio a dar el «nihil obstat» al arzobispado para proclamar que el lugar sea un santuario diocesano.
Las nuevas Normas del Dicasterio de Doctrina de la Fe para «fenómenos sobrenaturales», difundidas el 17 de mayo, puntualizan que con este nihil obstat «aunque no se exprese ninguna certeza sobre la autenticidad sobrenatural del fenómeno, se reconocen muchos signos de una acción del Espíritu Santo», por lo que «se anima al obispo diocesano a apreciar el valor pastoral y también a promover la difusión de esta propuesta espiritual, incluso a través de posibles peregrinaciones a un lugar sagrado». A los fieles se les autoriza a dar «de manera prudente su adhesión».