El viernes después de la Octava del Corpus Christi, es decir el primer viernes pasados ocho días del Jueves del Corpus Christi, se celebra la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Como el Corpus Christi también se establece según la fecha de la Pascua, la fecha exacta cambia cada año, pero se celebra en junio, y la Iglesia le dedica todo el mes.
Es una espiritualidad muy viva que vamos a explicar en diez puntos.
1. El mensaje clave: Cristo nos ama apasionadamente, y le duele el desamor
La clave central de la espiritualidad del Sagrado Corazón es que Dios se ha hecho hombre y con el corazón humano de Jesús ama apasionadamente a cada hombre, y también es vulnerable, y le duele la falta de amor. Por eso, las emociones, los sentimientos, pueden formar parte también de la oración, y pide ser amado. «Mira este corazón que tanto ha amado a la humanidad y a cambio no recibe de ellos más que deshonor y desprecio. Tú, al menos, ámame»: eso dijo la aparición de Jesús a Santa Margarita María hace 350 años, y en eso se resume esta devoción.
2. Hay una base bíblica: Jesús habla de su corazón
En el Evangelio de Mateo, Jesús da unas instrucciones para quien quiera ser su discípulo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. Así es el Corazón de Jesús, manso y humilde, y así es como pide ser amado. Ese corazón es nuestro maestro y fuente de sabiduría.
3. Una fiesta desde 1670, con San Juan Eudes
Aunque desde siempre en la Iglesia ha existido en la Iglesia una devoción al Corazón de Cristo, esta espiritualidad se definió y se propagó en la Iglesia rápidamente a partir del siglo XVII. En 1670 el sacerdote San Juan Eudes celebró la primera fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y escribió mucho sobre esta devoción, reflexionando sobre su humanidad.
4. Las apariciones de Paray-le-Monial en 1673-1675.
Una joven religiosa visitandina, Santa Margarita María de Alacoque, comenzó a recibir las visiones de Jesús en su convento en Paray-le-Monial, Francia, donde hoy hay un santuario muy visitado. Jesús le mostraba su Corazón: tenía una herida, estaba envuelto en una corona de espinas y estaba coronado con una cruz rodeada de llamas. Jesús pedía a Margarita María ser honrado bajo la figura de su corazón de carne, y para ello también pidió que los fieles lo recibieran con frecuencia a través de la Eucaristía.
Se lamentaba Jesús con la frase que se hizo famosa: “Mira este corazón que tanto ha amado a la humanidad y a cambio no recibe de ellos más que deshonor y desprecio. Tú, al menos, ámame”. Jesús pedía a los hombres corresponder a su amor.
5. La simbología del Sagrado Corazón
Aún se usa la misma simbología de las apariciones de hace 350 años: el corazón rojo herido, con una llama de fuego y una cruz en la parte superior, a menudo rodeado por espinas. La herida hace alusión a la lanza que atravesó el costado de Cristo en la cruz, de donde brotó sangre y agua, signos de sacramentos y salvación y de la misma Iglesia.
Las llamas muestran que hay un amor apasionado e inextinguible, aunque puede ser a la vez símbolo del Espíritu Santo y su poder. Por último, las espinas son símbolo de los pecados y maldades de los hombres, que le dañan: es vulnerable y cercano, no es una entidad intelectual inalcanzable.
Jesús pidió a Margarita María que se difundiera esa imagen, que «quería ver expuesta y llevada por mi sobre el corazón, para grabar en el, su amor y llenarlo de los dones de que está repleto, y para destruir en él todos los movimientos desordenados. Que esparciría sus gracias y bendiciones por dondequiera que estuviere expuesta su santa imagen para tributarle honores, y que tal bendición sería como un último esfuerzo de su amor, deseoso de favorecer a los hombres en estos últimos siglos de la Redención amorosa, a fin de apartarlos del imperio de Satanás, al que pretende arruinar, para ponernos en la dulce libertad del imperio de su amor, que quiere restablecer en el corazón de todos los que se decidan a abrazar esta devoción”.
6. La importancia de Santa Margarita María de Alacoque?
Santa Margarita María experimentó la primera visión con 25 años. Tuvo visiones durante 2 años, todos los primeros viernes de mes. El jesuita San Claudio de la Colombière fue su director espiritual y acompañante. Al final de su vida, Santa Margarita pudo ver cómo la devoción al Sagrado Corazón se extendía rápidamente, incluso entre los que al principio fueron sus más grandes detractores.
En la revelación de junio de 1675 Jesús añadió: «Lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado. Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute».
7. Las promesas del Sagrado Corazón, recopiladas
En las visiones del Sagrado Corazón que tuvo Santa Margarita María de Alacoque, Jesús hizo unas promesas a todos los devotos de su Sagrado Corazón, pero también unas condiciones para que se produjeran.
Estas son las promesas:
Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
Pondré paz en sus familias.
Les consolaré en sus penas.
Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte.
Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia.
Las almas tibias se volverán fervorosas.
Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección.
Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más empedernidos.
Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de El.
Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo.
8. Las condiciones para obtener las gracias del Sagrado Corazón
Jesús estableció tres condiciones:
– Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.
– Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
– Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
9. Bernardo de Hoyos y la Gran Promesa en España
Bernardo de Hoyos es un joven jesuita que murió con 24 años y recibió unos mensajes del Sagrado Corazón en 1733 cuando tenía 21 años y estudiaba teología en Valladolid.
Estaba leyendo y copiando un libro sobre esta devoción, De cultu Sacratissimi Cordis Iesu’, del padre Gallifet. «Sentí en mi espíritu un extraordinario movimiento fuerte, suave y nada arrebatado ni impetuoso, con el cual me fui luego al punto delante del Señor sacramentado a ofrecerme a su Corazón para cooperar cuanto pudiese a lo menos con oraciones a la extensión de su culto, recuerda. “No pude echar de mí este pensamiento hasta que, adorando la mañana siguiente al Señor en la Hostia consagrada, me dijo clara y distintamente que quería por mi medio extender el culto de su Corazón Sacrosanto, para comunicar a muchos sus dones por su Corazón adorado y reverenciado».
Unos días después, el 14 de mayo de 1733 en Valladolid a Bernardo de Hoyos se le apareció Jesús, que le mostró su Corazón. Además, le instó a introducir su corazón en el suyo, y le dijo lo que hoy llamamos la Gran Promesa: “Reinaré en España, y con más veneración que en otras partes”. Él escribió todo esto antes de morir, y amigos suyos, y jesuitas, difundieron esta devoción por todo el mundo hispano.
10. La conexión con el Inmaculado Corazón de María
Ligada a la devoción del Sagrado Corazón de Jesús está la devoción al Inmaculado Corazón de María. Ya San Juan Eudes en el siglo XVII alababa a María, «que llevaste en tu seno al Creador del mundo, pero mucho más lo eres porque lo llevaste primero en tu Corazón». Esta devoción fue muy difundida el el siglo XIX por San Antonio María Claret (fundador de los claretianos y Religiosas de María Inmaculada) y por otras congregaciones como la del Inmaculado Corazón de María. La mística y beata portuguesa Alejandrina de Balazar (1904-1955), entre 1936 y 1941, tuvo revelaciones privadas de Cristo en las que pedía la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María.
En 1917, durante las apariciones de la Virgen María en Fátima a los tres pastorcitos, Ella pidió la consagración del mundo a su Inmaculado Corazón, la difusión de esta devoción y el rezo del Santo Rosario. El Papa Pío XII realizó una consagración el 31 de octubre de 1942 que fue transmitida por Radio Vaticana, y que luego fue renovada en Roma el 8 de diciembre de aquel año. También San Juan Pablo II consagró el mundo al Inmaculado Corazón el 25 de marzo de 1984, meses después del atentado del 13 de mayo en la plaza de San Pedro. En una de las apariciones de Fátima, María aseguró que al final su Inmaculado Corazón triunfará.
