El cardenal arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela, se encuentra estos días de visita en Medjugorje. Es la primera vez que acude, con 88 años. El viaje, que concluirá este sábado con su regreso a Madrid, se vio marcado por la celebración de la misa que presidió la mañana del pasado miércoles, celebrada en latín junto al enviado del Papa Francisco, el visitador apostólico Mons. Aldo Cavalli, según informa el Centro Medjugorje.
También presidió la misa del 12 de septiembre en el salón Juan Pablo II, festividad del Santísimo nombre de María, en esta ocasión ante los peregrinos de habla española y quienes viven allí.
El jueves, el programa del cardenal emérito estuvo marcado por su visita a la Comunidad Cenáculo, donde escuchó emocionado el testimonio de dos jóvenes, uno de ellos español.
«La gracia y el perdón se palpan de la mañana a la noche»
Tras mencionar ante los asistentes algunas anécdotas de su relación con el Papa Francisco y Argentina, habló de su peregrinación, la primera que realiza a Medjugorje, asegurando que se trata de «un lugar donde la experiencia de la gracia, el perdón y la misericordia se palpa de la mañana hasta la noche, en el rezo del Rosario y de manera muy singular en el sacramento de la penitencia y luego en la celebración del sacramento de la Eucaristía».
«He estado en los lugares de las apariciones, me he dejado guiar por el testimonio de los videntes para entender que pasa aquí, que ha pasado y lo que debe ser un lugar de encuentro con la Virgen, donde a finales del siglo XX y a comienzo del siglo XXI se muestra en la Iglesia, como su Madre», mencionó.
Si hay una persona que le dice `sí´ a Dios, es ella
Dirigiéndose a los fieles hispanohablantes, les animó a continuar venerando a la Virgen que ellos veneran desde hace siglos bajo distintos títulos. «La Virgen de Guadalupe es uno de los títulos más universales de los más hispanoamericanos. Hay también otras vírgenes, la Patrona de Argentina, Nuestra Señora de Lujan y todas las grandes advocaciones, también las comunes de la iglesia, por ejemplo, la Virgen del Carmen», detalló.
Rouco Varela en Medjugorje, con los peregrinos.
En la misa, celebrada a las 11 horas, saludó especialmente a los concelebrantes y a los cientos de peregrinos españoles e hispanoamericanos, a quienes explicó el significado de la fiesta del dulce nombre de María, «nombre que significa paz, luz».
«Si hay un ser humano que le dice a Dios ‘Sí’, incondicionalmente, es Ella. Ella nos ayuda a comprendernos a nosotros mismos, y nos dice a nosotros mismos ‘eres amado por Dios’, infinitamente. Que si te has apartado de Él que vuelvas a Él. El camino está abierto, el camino te lo muestra Él. El camino es Él», agregó.
Antes de concluir, premió a quienes acuden a «honrar, venerar y amar» a la Virgen en la misa de dicha festividad, explicando que de entre las muchas formas de llamar a alguien, «la última y más entrañable manera es cuando es la expresión del amor que tienes al que llamas por su nombre».
Por eso, concluyó, «llamarle a María, ‘María’ en Medjugorje es decirle que sabes su nombre, decirle que se le ama, que se le quiere amar, que se le intenta amar, para que Ella nos enseñe a amar a su hijo«.
No es la primera vez que una autoridad eclesiástica visita la aldea bosnia de las apariciones. Ya lo hizo hace poco más de dos años, durante el Festival de Jóvenes de 2022, el Cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española.