Rezar y ayudar son las dos posibilidades que desde hace unos días facilita el proyecto Rosary helps living y su principal impulsor, el misionero Johannes Unterberger.
Todo comenzó en 2019, cuando el misionero austríaco llegó a Myanmar y se encontró cara a cara con la pobreza. Las familias no podían acceder a lo más elemental como la alimentación básica y algunas de ellas, con miembros enfermos, tenían que elegir entre comprar comida o medicamentos.
Ante esta situación, el franciscano ideó un proyecto que permitiese rezar y ayudar a la vez y encontró la forma de hacerlo en Rosary helps living. Un iniciativa cuyo nombre responde a un sentido literal porque, a través de la venta de rosarios hechos a mano, ayudas a cubrir las necesidades básicas de estas familias y niños. Actualmente, cerca de 50 personas pueden comer y vivir gracias al dinero recaudado por los rosarios que ellos mismos elaboran, cuenta José Calderero en Alfa y Omega.
También tiene un aspecto espiritual, porque rezar a la Virgen María es alimento para el alma. Además, el objetivo de estos rosarios es también que quien rece con ellos, se acuerde de este país, Myanmar, que lleva un año bajo un golpe de Estado militar, y donde la Iglesia está siendo especialmente perseguida.
Además, estos rosarios han sido bendecidos por el Papa Francisco antes de su llegada a Madrid y él mismo compró cerca de 2.000 unidades para repartirlos en sus encuentros y quehaceres.
Con su llegada a la capital española, el objetivo es que los fieles españoles puedan, al igual que el Santo Padre, rezar y ayudar al mismo tiempo. Hay dos tipos de rosarios: unos más grandes, por el que se pide un donativo de cinco euros, y otros más pequeños, tipo pulsera, por tres euros.
Para hacerse con alguno de estos rosarios, quien lo desee puede pasar a por ellos en la redacción de Alfa y Omega, que está situada en la calle de la Pasa, 3, en Madrid. El horario de recogida y de entrega del donativo (en efectivo) de lunes a viernes de 09:00 a 14:00 horas.
Los dos tipos de rosarios que se pueden adquirir en la redacción de Alfa y Omega. Foto: María Pazos Carretero.
