«Pasan los Campanilleros» y «Victoria Dolorosa»: las «célebres» marchas que cumplen 100 años sonando en honor a María

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Dada su larga duración, su complejidad técnica y la falta de dedicatoria a alguna imagen o hermandad, la marcha Victoria Dolorosa acabó cayendo en el olvido pese a su gran calidad y genial combinación.

Esta Semana Santa 2024, la famosa marcha ‘Pasan los Campanilleros’, dedicada a la Virgen de los Remedios del misterio de las Siete Palabras de Sevilla, cumple cien años. De ello se ha hecho eco el diario ABC.

Se estrenó el Domingo de Ramos de 1924, sin embargo, no fue la única novedad musical de ese año. Aquel 13 de abril sonó por primera una composición que ostenta el récord de ser la más larga de cuantas se escuchan en Sevilla, con nada menos que 189 compases y una duración aproximada de unos diez minutos.

Puedes escuchar aquí «Pasan los Campanilleros».

Esa no es otra que la marcha ‘Victoria Dolorosa’, única obra firmada para la Semana Santa de José Font de Anta, hermano de Manuel, el autor de ‘Amarguras‘ o ‘Soleá, dame la mano‘; hijo de Font Fernández de la Herranz, quien compuso ‘La Sagrada Lanzada‘; y nieto de Font Marimont, que firmó ‘Quinta Angustia‘. Una familia que revolucionó la música procesional a finales del siglo XIX y principios del XX.

Olvidada pese a su calidad

Firmada en Madrid el 7 de marzo de 1924, la instrumentación de la marcha la llevó a cabo su padre, Manuel Font Fernández, director de la Banda Municipal, que fue la formación musical que montó e interpretó por vez primera la obra. Sin embargo, el título original de la composición no era ese, sino ‘Resignación’, un poema sinfónico que la Municipal siguió tocando durante unos cuantos años.

No obstante, dada su larga duración, su complejidad técnica y la falta de dedicatoria a alguna imagen o hermandad, acabó cayendo en el olvido pese a su gran calidad y a la genial combinación que la partitura hace entre su rigor y profundidad y una dulzura melancólica que la vuelve atemporal.

Puedes escuchar aquí «Victoria Dolorosa».

En 1987, la banda del Regimiento de Soria 9 la incluyó en un trabajo discográfico sobre la familia Font. No fue hasta el año siguiente cuando, poco antes de morir, José Font la retituló para dedicársela a la titular mariana de la hermandad de las Cigarreras.

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