«Devoción sin límites. Un viaje a Andalucía, conocida como la tierra de María Santísima«: así titula L’Osservatore Romano un reportaje de Ana Medina publicado a principios de diciembre, donde se recuerda que «en el sur de España la fe sigue resplandeciendo incluso en tiempos de fuerte secularización». Y esto es así en buena medida gracias a la actividad de las hermandades, los santuarios y las peregrinaciones, «fundamentales para difundir y arraigar el amor a María en esta tierra».
Álvaro Román, director de la cátedra de mariología en la Facultad de San Isidoro en Sevilla, destaca algunas advocaciones en particular que tienen su origen en Andalucía: la Divina Pastora, que nace en Sevilla en 1703; la Virgen de la Cabeza en Andújar (Jaén); el Rocío, en Almonte (Huelva); y la Esperanza Macarena, en Sevilla. «A diferencia de otros lugares del mundo católico», señala el sacerdote, «aquí la devoción hace que la fe siga siendo fuerte, viva y promueve numerosos proyectos sociales y evangelizadores».
«Es una expresión de la mediación de María», añade: «Los fieles no solo creen que la Virgen les acompaña, sino que lo experimentan«, y pone como ejemplo la abundancia de exvotos como agradecimiento a las imágenes más veneradas.
La Esperanza Macarena
La Esperanza Macarena de Sevilla, cuya devoción nace en el siglo XVI en el Colegio de San Basilio, inflama todo el barrio de la capital hispalense, que termina denominándose como ella. En la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX se produciría una «explosión devocional» a esta imagen, que «la une indisolublemente a la ciudad«, acrecentada con la coronación popular, primero, y la coronación canónica, después, en 1964.
La devoción a la Macarena forma ya parte de la cultura andaluza y se ha extendido fuera de España, principalmente en América. El actual hermano mayor de la Hermandad, José Antonio Fernández, explica a Ana Medina, autora del reportaje, que son actualmente 16.500 hermanos y cientos de miles de devotos en todo el mundo. Esto ha convertido su templo, explica «en un centro universal de peregrinación mariana«. A ello contribuye, sin duda, la celebridad mundial de su procesión en la madrugá del Jueves al Viernes Santo. La Hermandad de la Macarena mantiene 25 programas asistenciales y ha destinado a obras de caridad 2,75 millones de euros en los últimos seis años, lo que da idea de la magnitud de su presencia social.
La Virgen del Rocío
Los orígenes de la Virgen del Rocío, en Almonte (Huelva), se remontan a finales del siglo XIII, cuando el Rey Alfonso X el Sabio, ordenó construir un eremitorio donde se colocó una Virgen que tomó al principio el nombre del lugar: Santa María de las Rocinas.
El presidente de la Hermandad Madre del Rocío, Santiago Padilla, confirma el alcance universal adquirido por esta devoción desde entonces: «Es el canal por el cual muchas personas encuentran a Cristo, viven su fe y trabajan para los hermanos en las parroquias y en las comunidades de origen». El culto permanente nació en el siglo XVI mediante el establecimiento de una capellanía. En 1919 fue coronada canónicamente. Y Juan Pablo II la visitó durante su viaje apostólico a España en 1993.
Tiene más de 120 hermandades filiales, cuya presencia en la Romería del Rocío la convierte en una de las manifestaciones de religiosidad popular más importantes del mundo, que reúne a más de un millón de personas en Pentecostés en torno a la Blanca Paloma.
Padilla recuerda uno de los milagros atribuidos a la Virgen del Rocío, la curación de una enfermedad de la única hija del pedagogo Manuel Siurot Rodríguez (1872-1940), cuyo proceso de beatificación se abrió recientemente.
La Virgen de la Cabeza
La imagen de la Virgen de la Cabeza de Andújar (Jaén) fue descubierta en 1227 en Sierra Morena por un pastor, Juan de Rivas. Para custodiarla se erigió un eremitorio, que se convirtió con el paso del tiempo en centro de devoción de toda la región.
Como explica Lola Ocaña, responsable de medios de la diócesis, allí nació también la romería más antigua de España, que menciona Miguel de Cervantes en Los trabajos de Persiles y Sigismunda. El último fin de semana de abril, se ven escenas «que tocan el corazón», como personas que recorren los últimos tramos del camino descalzas o de rodillas para pedir un favor a la Virgen o agradecerlo.
«Son tres formas de venerar a la Virgen», concluye Ana Medina el reportaje de L’Osservatore Romano: «Tres ejemplos de que, desde el punto de vista sociológico y cultural y de la espiritualidad, Andalucía no se puede entender sin la devoción a María y todavía hoy sigue siendo fiel al modelo de la Madre en la fe».