Toda la historia de la Humanidad, desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos, dependía de una palabra. Dios mismo, por así decirlo, «esperaba órdenes». Porque, sin esas «órdenes», la Segunda Persona de la Santísima Trinidad no habría asumido carne humana.
Y esa palabra se dijo: Fiat [Hágase], toda una afirmación al plan de Dios. Por eso la Virgen María es «nuestra madre que dice sí«, como titula Juan Pablo Navarro el último libro de su editorial Maratania. Es el sexto de la colección, tras los consagrados a Miguel Mañara, San Ignacio de Loyola, Santa Clara de Asís, Sor Ángela de la Cruz y el Padre Pío.
Las ilustraciones son obra de la popular dibujante católica Pati.te, y el texto es del propio Navarro, quien nos responde a unas preguntas sobre este librito, tan apto para pedir a los Reyes Magos.
Navarro nos responde a algunas preguntas sobre esta obra y su intención.
-Al tiempo que cuenta la vida de la Virgen, leemos la historia de Jesús y de la Redención. ¿Es una prueba de que Ella lleva a Él?
-¡Claro¡ El diálogo entre Ana y su abuela Catalina, protagonistas del cuento, es lo que pretende, que encontremos a Cristo. La experiencia de escribir este relato me ha confirmado algo en lo que confiaba. Es exactamente así, mientras más profundizas en la vida de la Virgen, más te sumerges en Cristo.
»Es conocida la respuesta que dio San Juan Pablo II de por qué era mariano: «Por motivos cristológicos», afirmó. Mirar a la Virgen te lleva al Señor. La Virgen y la Iglesia tienen la misma función, acercarnos a Cristo. Por eso debemos evitar tener a María como una «tía lejana» y, por el contrario, debemos recibirla como madre. Así nos la regaló Cristo para que pudiéramos amarla como la amó Él: como hijo.
»No me importa contar el final del cuento: Ana, tras conocer la vida de la Virgen acabará arrodillada ante Jesucristo Eucaristía. La madre te lleva al Hijo.
-La Inmaculada Concepción, la maternidad divina, la virginidad perpetua… ¿Están capacitados los niños están capacitados para comprender la vida de la Virgen, tan rodeada de misterios?
-Los evangelios y, por tanto, el cuento nos descubren que María, al igual que nosotros, no siempre entendía, pero ella siempre decía sí y todo lo guardaba y meditaba en su corazón. Esto es una enseñanza válida para los niños y para los adultos. Por otra parte, el misterio es una llamada a escuchar, preguntar y responder. La vida cristiana no deja de ser un camino alimentado por el misterio que nos lleva a la eternidad. La vida de la Virgen es una llamada a la experiencia de confiar y amar a Dios a pesar de que podamos no entender; para ello es necesario ser niños.
-¿Por qué eligió a Pati.te para ilustrar esta obra?
-Ha sido un hallazgo providencial. Me puso sobre su pista mi hija Marielo. En cuanto vi sus dibujos me quedé prendado. Unos dibujos hermosos que reflejan la experiencia cristiana, real y fecunda de su autora y su amor profundo a la Virgen. Creo que Pati manifiesta a una juventud que vive un catolicismo profundo, comprometido y generoso y que me llena de esperanza.
»El padre Orta, conocido por sus programas en Radio María, me dijo que sus ilustraciones tenían unción. ¡Es verdad! Sus imágenes mueven al alma a mirar a María y, como afirmaba antes, a Jesús. Estoy muy agradecido a Pati, sus deliciosas estampas le dan una belleza inusitada a La Virgen María, nuestra madre que dice sí. Es un gran regalo. Todas sus ilustraciones son maravillosas pero la de la portada es mi favorita: resume en una sola imagen -una imagen profundamente delicada- lo que relata el cuento. No me canso de mirarla. Sí, realmente, está llena de unción. ¡Gracias, Pati!
-El libro empieza y termina con el Rosario. ¿Por qué?
-En los cuentos de la Colección Vidas de Santos hay dos cosas que quiero que siempre aparezcan: una es la oración, otra es la conversión del protagonista. El cuento arranca con Ana sola en su casa. No está del todo sola, ese día la acompaña su abuela Catalina. Sin embargo, pronto comprendemos que está sola realmente porque le falta Dios. La abuela la invita a rezar el Rosario y ella se niega porque rezar le aburre.
»La realidad es que no amamos lo que no conocemos. Sin diálogo no hay amistad. Sin oración no hay amistad con Dios. Parafraseando lo que comentaba antes, los misterios del Rosario son una llamada a escuchar, preguntar y responder. Y así, al igual que hacía María, nos invita a guardar y meditar todas estas cosas en nuestro corazón. Ciertamente, el Rosario nos llama a convertir nuestra vida en cristocéntrica. El Rosario es una gran catequesis. Y eso es, precisamente, lo que he intentado conseguir con La Virgen María, nuestra madre que dice sí.