Luis Jensen y Pilar Escudero son un matrimonio chileno que ha participado el Sínodo Extraordinario de los obispos para la Familia y compartió con Aciprensa su “secreto” para superar los problemas de pareja y continuar igual de unidos que el primer día.
Jensen es ginecólogo obstetra, y Escudero profesora de historia, dos habilidades que les han ayudado en su labor de asistencia familiar.
Debido a su larga experiencia en la preparación de novios y el acompañamiento de parejas en crisis, el matrimonio fue invitado al Sínodo de la Familia que se realizó en Roma del 5 al 19 de octubre en el Vaticano con la participación del Papa Francisco.
Jensen y Escudero explican que llevan 34 años casados, tienen cuatro hijos -uno de ellos seminarista-, tres nietos, y pertenecen al Movimiento de Schoenstatt (www.schoenstatt.org/es/) desde hace varias décadas.
“Tenemos un secreto: invitar a María, ella es la reina de nuestro hogar, y cultivamos su presencia en casa de muchas formas. Lo llamamos el santuario-hogar, una pequeña iglesia doméstica, que nos va regalando una atmosfera. Así, Ella se convierte en el punto de referencia de mucho de lo que tratamos de ser y de conquistar, porque tenemos errores y caídas permanentemente”, aseguró Pilar Escudero a ACI Prensa/EWTN Noticias.
Matrimonio consagrada a la Patrona de América
La relación con la Virgen no es casualidad, la pareja se unió en matrimonio un 12 de diciembre, fiesta de la Virgen de Guadalupe, con el objetivo de consagrar su matrimonio a la Patrona de América. Mirando hacia atrás aseguran que la Virgen “nos ha acompañado todos estos años”.
Escudero es asesora de la Vicaría de Pastoral del Arzobispado de Santiago de Chile y miembro del Pontificio Consejo para los Laicos; y Jensen es miembro del Instituto de las Familias de Schoenstatt y del Centro de Bioética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El matrimonio formó parte de los 13 matrimonios auditores del Sínodo, representando a los matrimonios hispanos, y participaron en 2007 en la Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Aparecida, Brasil, a la que asistió el Papa Benedicto XVI.
La pareja insiste en que los problemas matrimoniales no deben interpretarse como un punto final, sino como algo inherente a la pareja, una especie de punto y aparte que permite reinventar la historia una y otra vez con un poco de esfuerzo y la ayuda de Dios.
“No hemos tenido crisis de pareja tremendas. Podemos tener puntos de vista diversos, quizá la paciencia a veces nos falta, pero lo que para algunos es una crisis o una enorme dificultad, nosotros lo hemos afrontado distinto, y eso es un regalo. Pero no es mérito nuestro, sino que ha sido un regalo de Dios”, aseguran.
El principal error que encuentran en las parejas de hoy día, es creer que el matrimonio debe ser perfecto sin esfuerzo.
“Si lo dejamos a la espontaneidad, el amor puede estancarse, no crecer, puede rutinizarse tremendamente, y por ello es necesario el reencantamiento, la reconquista, el tener proyectos juntos, el volver a ser novios, pasar las penas y dificultades juntos. Esto va fortaleciendo el matrimonio, y una buena cota, claro, es también incorporar al ‘tercer socio en el baile’: el Señor y María en nuestra casa. Eso es una ayuda enorme”, señalan.
En este sentido, explicaron que solamente el 5 por ciento de los matrimonios viven “como en los cuentos de hadas, felices para toda la vida”, y subrayan que el matrimonio “es el mejor proyecto de nuestras vidas, pero hay que trabajarlo”.
Desde su experiencia, todas las familias son distintas y por ello reciben infinitos regalos y sufrimientos que deben aprender a distinguir y valorizar. “Llegan muchos matrimonios a casa, con dolores, dificultades, y a veces solamente los podemos escuchar, y esto lo agradecen. Otras veces con nuestra experiencia personal, con la experiencia de Lucho como médico obstetra, en el ámbito de la sexualidad matrimonial es un mundo, los acompañamos en este camino de descubrimiento, de alternativas, o soluciones, y vemos que hay un trabajo muy bonito”, concluyeron.