«Los sacerdotes en Occidente han dejado de confesar, en Medjugorje los jóvenes descubren una espiritualidad…»

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Monseñor Hoser, enviado especial del Papa a la parroquia de Medjugorje, lleva tres años ya en esta localidad bosnia.

Henryk Hoser, enviado especial de la Santa Sede a Medjugorje, lleva ya tres años en esta aldea bosnia donde ha investigado sobre la situación de este santuario que recibe cada año a dos millones de personas y en el que actualmente es el responsable último como visitador apostólico.

En todo este tiempo ha podido ir conociendo la realidad de Medjugorje, sobre todo en el aspecto pastoral, pues es éste y no la veracidad de las apariciones el cometido por el que fue enviado por Roma.

Su juicio ahora es muy relevante y por ello sus opiniones muy tenidas en cuenta sobre un lugar que cada año es más importante para el catolicismo. Y sobre la realidad de Medjugorje, sus retos, los videntes o el contenido de las supuestas apariciones reflexiona en una entrevista con Alina Petrowa Wasilewicz para el medio polaco Stacja 7, traducidas al español por InfoMedjugorje, de la que extraemos algunas de las preguntas y respuestas ofrecidas por el arzobispo Hoser:

-¿Qué está pasando realmente en Medjugorje? Tres años son suficientes para conocer en detalle el fenómeno de este lugar.

-Vienen peregrinos de todo el mundo, vienen muchos polacos. Hay alrededor de dos millones de peregrinos cada año. Los confesores dicen que cuando alguien se confiesa después de mucho tiempo de no hacerlo, casi siempre sucede por una conversión radical, por ejemplo, se acerca alguien con sesenta años y su última confesión fue para su Primera Comunión y estuvo toda la vida fuera de la Iglesia con una vida descarriada. Estas confesiones son muy agotadoras. Recientemente me han dicho que cada vez hay más problemas bioéticos en la vida de las personas. Toman decisiones de las que se arrepentirán más tarde y al final no saben cómo salir.

Los sacerdotes necesitan ser educados para que sepan qué responder a estas personas. Supongamos que llega una mujer, dice que ha tenido una fecundación in vitro, que ha abortado varias veces después de estas fecundaciones, que todavía quedan 6-9 embriones en el laboratorio que crearon. Estos son problemas y hay que saber qué aconsejar a esos penitentes. Y esto aparece cada vez con más frecuencia, porque las técnicas de fecundación in vitro ya se utilizan en todas partes. Y las personas que participaron en él descubren ex post, [es decir, después del hecho], que no era la vía correcta.

Los pastores prestan mucha atención a las personas adictas a las drogas, el alcohol y las actividades criminales. Después de todo, no son los monaguillos ni ministros del canto de la Iglesia

-Medjugorje parece ser la capital mundial de los hijos pródigos. Pero también me refiero a los jóvenes, por ejemplo los británicos con tres o cuatro hijos que vienen aquí…

-Y aquí descubren una espiritualidad que no tienen ni en casa ni en las Iglesias locales. Vienen a confesarse, ya que ordinariamente no pueden, porque los sacerdotes en Occidente han dejado de confesar. Y lo digo con toda responsabilidad, ya que trabajé siete años en París y tres años en Bruselas. Los sacerdotes ya no confiesan a los fieles porque creen que la confesión es “culpabilizar”, es decir, decirles a las personas que son culpables y eso lo consideran malo para su bienestar, piensan que deberían ir a un psiquiatra y luego ser tratados para que no se sientan culpables. Aquí en Medjugorje la gente reconoce que no todo ha ido bien en su vida, piden perdón y descubren la espiritualidad. Es muy sencillo y al mismo tiempo, gracias a este sacramento, suceden grandes cosas, se dan conversiones espectaculares. Una vez que estaba cruzando el patio frente a la iglesia, un sacerdote se me acerca, de cuarenta años, tal vez cuarenta y cinco. De Australia. Y dice que se convirtió aquí. “Yo era alcohólico y drogadicto. Vine aquí y aquí fui sanado. Y ahora soy un sacerdote feliz y trabajo en casa. Y tenemos muchos de estos casos, lo que significa que hay una tremenda gracia operando aquí, porque no es humano transformar a las personas de esa manera.

El Festival Internacional de la Juventud en Medjugorje, todo un clásico ya de los veranos cristianos en Europa.

Incluso gente del mundo del espectáculo, celebridades… Cuando celebramos el Festival de la Juventud hace unos años en julio, vino de Split una croata, Blanka Vlasić, de 193 cm de altura, campeona mundial de salto alto. Ella, como deportista, se convirtió aquí y recuperó el sentido de la vida, la acción y la oración. Habló de ello frente a miles de personas y causó una gran impresión.

Aquí no se ofrecen maravillas extraordinarias a la gente. Se reza el rosario juntos, se celebra la Eucaristía, es decir, se ofrece el pan de cada día, el que la Iglesia ha dado a los hombres durante siglos. Después de la Eucaristía hay una oración de sanación, pero es una oración ordinaria.

-¿Cuál es el futuro de una Iglesia así?

-Quedarán mechones de hierba. Porque en este momento, la última generación de sacerdotes que trabajan allí están muriendo en Occidente. Y por eso no veo posibilidades. Sí, hay élites, hay comunidades entusiastas, pero son fracciones. Francia es un país especial en este sentido. Pero en Alemania el movimiento de Medjugorje se está desarrollando, y también en España, que está muy secularizado, en Portugal, que también está muy secularizado. Y están empezando a renacer, pero al mismo tiempo tenemos un increíble influjo del Islam.

-¿Cuáles son sus experiencias con los videntes?

-Son adultos. Han creado familias, tienen hijos, algunos tienen nietos. Primero que nada, son personas normales. No tuve la sensación de que tuvieran trastornos mentales, con síntomas psicóticos o neuróticos. Estas personas caminan con los pies en la tierra, tienen su familia, trabajos y otras responsabilidades, y hablan de una manera que no es en absoluto exaltada. Pero hablan con tanta confianza que es difícil negar su experiencia. La primera vez que les hablé, uno de ellos gritó y dijo que habían pasado treinta y siete años desde las apariciones del Podbrdo en 1981, “y siguen acusándonos de ser estafadores, de ser manipuladores”.

Hay varias cosas que hacer aquí, todos han notado que la infraestructura en Medjugorje es modesta, y para tantos peregrinos, la Iglesia de Santiago Apóstol es demasiado pequeña. Demasiado pequeña en verano e invierno. Y las instalaciones para retiro y catequesis son muy débiles, muy pobres. Me ocupo de estos asuntos, pero incluso si la liturgia es apropiada o hay que cambiar algo, aunque creo que la liturgia es generalmente correcta, excepto por algunos detalles menores. Lo que me alegra es que, como sucede con san Luis María Grignion de Montfort, el culto mariano local es cristocéntrico, María siempre se refiere a Jesús, como lo fue en Caná de Galilea. Y aquí es así: en el centro está la Palabra de Dios, está la Eucaristía, está el Vía Crucis, el Rosario, están los misterios de Jesucristo y de Nuestra Señora. Atrae a la gente.

Las apariciones comenzaron el 24 de junio de 1981

-Respetando los secretos del Vaticano: ¿cuál es la posibilidad de que la Iglesia hable oficialmente de las apariciones? La posición hasta ahora era y sigue siendo escéptica. Usted ha dicho que la atmósfera alrededor de Medjugorje es al menos favorable y que esto tiene un efecto positivo en el número de peregrinos que vienen aquí. ¿Puede usted revelar algo del secreto Vaticano?

-Al evaluar las apariciones, es importante conocer su contenido. Este fue examinado íntegramente por una comisión nombrada por el Papa Benedicto XVI presidida por el Cardenal Camilo Ruini. Estuvo trabajando hasta 2014 y presentó todos los documentos, lo hicieron con gran detalle, y también vinieron aquí para la investigación. Ya habían venido muchos equipos médicos que examinaron a los videntes durante las apariciones y no encontraron ninguna patología.

La profesora Alina Midro, miembro del equipo de bioética de la Conferencia Episcopal de Polonia, tiene una amiga, profesora de medicina, no muy lejos de aquí en Mostar. Y dijo que en una ocasión llevaron a estos jóvenes al hospital de Mostar para investigarlos y no encontraron ninguna patología, ni física ni mental. Y eso fue durante la época comunista. Y aquí el comunismo fue muy duro, mucho más que en Polonia.

Esta profesora de Mostar era atea, aunque estaba bautizada, pertenecía a la juventud comunista, era activista. Y por curiosidad, vino a Medjugorje durante las apariciones en el Podbrdo, y allí estaba Vicka, una de las videntes. Y le pregunta a Vicka si puede acercarse. Entonces Vicka le preguntó a la Madre de Dios, y la Madre de Dios le dijo que la profesora se podía acercar, y cuando se acercó, preguntó si podía tocar a la Madre de Dios Y nuevamente Vicka dijo que le preguntaría a la Virgen y la respuesta fue sí. La profesora estiró los brazos: no sintió un cuerpo, pero sintió que había cambiado por completo. A partir de ese momento, se convirtió en creyente. Escuché esta historia en Białystok, durante un seminario de bioética con la participación de la profesora de Mostar.

Monseñor Hoser ha sido nombrado por Francisco visitador apostólico de la parroquia de Medjugorje

-Hace unos años se hizo un documental polaco de Leszek Dokowicz y Maciej Bodasiński: The Last Challenge. La película termina con una escena en la que Vicka durante la Santa Misa lee un extracto del Apocalipsis y durante el filme se habla de diez secretos que la Virgen confió a Mirjana, y hubo declaraciones de un sacerdote que debe anunciar de antemano el contenido de estos secretos al mundo. Creer en la veracidad de estas revelaciones no es necesariamente necesario para la salvación, pero están sucediendo hechos extraordinarios aquí, ¿cómo debemos abordarlo?

Las apariciones marianas del siglo XX son apocalípticas. Esto es Fátima y Kibeho en Ruanda. En ambas hubo una visión del Infierno. Incluso en Ruanda, los niños vieron el infierno. Esta es una especie de llamada de atención debido a la mala condición en la que se encuentra la humanidad. En cuanto al Apocalipsis, no es que vaya a tener lugar solo en el fin del mundo, porque ya se ha estado produciendo en varios episodios. Durante el siglo XX, dos guerras mundiales: fueron experiencias apocalípticas, millones de inocentes murieron, se han producido crímenes inauditos e increíbles. [Esto] sucede y continúa [sucediendo incluso hoy]. Veo estas revelaciones desde una perspectiva escatológica. Nuestra Señora nos llama, ante todo, a la conversión a Dios. En este momento, la situación en el mundo está empeorando. La Tercera Guerra Mundial aún no ha llegado, porque no vale la pena, porque no habrá vencedores, ellos mismos serán derrotados, habrá un desierto. Las potencias no quieren usar armas nucleares, pero están empezando a pensar en ello de nuevo. Y así la paz pende de un hilo.

Y la decadencia, la degradación de las relaciones humanas, también está empeorando. Por ejemplo, matrimonios se están desmoronando. Después del final del Festival de la Juventud, se me acercó una chica española de unos 20 años de Barcelona. Habló de una nueva categoría de jóvenes y de personas marcadas de por vida, estigmatizadas por el divorcio de sus padres. Les duele tan profundamente, les trastorna tanto sus perspectivas de vida que ya no pueden establecer familias permanentes porque no creen en ello. Y dijo que era hora de que la Iglesia cuidara de estos niños, porque solo Dios podía sanarlos. La Madre de Dios es nuestra madre; el nombre más antiguo para ella en la Iglesia es Mater Ecclesiae – Madre de la Iglesia. Pero hoy tenemos un ambiente, simbolizado por la película ” Kler” (Clero), que muestra que toda la Iglesia es delincuente, completamente degenerada, y esta es la imagen de la Iglesia que se vende, y la gente lo cree. Toda esta situación huele a Apocalipsis.

Pero la esperanza no se pierde. Dios es más grande, este es mi lema episcopal. Dios es más grande y tiene todo bajo control. Estamos esperando la iniciativa de Dios. Ahora, varias profecías se están multiplicando, se supone que hay muchas de ellas sobre tres días de oscuridad que van a abrazar la tierra. Santa Faustina tuvo una revelación así. Para nosotros los creyentes significa movilización, no podemos observar el mal pasivamente, debemos reaccionar.

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