El próximo miércoles 9 de noviembre se celebra la festividad de la Virgen de la Almudena, patrona de la ciudad de Madrid. La tradición y lo recogido por los historiadores ponen de manifiesto la bella historia de esta advocación mariana cuyo nombre lleva la catedral de la capital del Reino de España.
La tradición cuenta que a comienzos del siglo VIII ante la llegada inminente de los musulmanes para invadir la entonces pequeña villa, los cristianos intentaron proteger por todos los medios que la imagen de la Virgen que veneraban, a la que entonces llamaban ‘Santa María de la Vega’, y la escondieron un cubo de la muralla para que así no fuera descubierta por los musulmanes.
Más de tres siglos oculta
Sobre este suceso escribió el historiador y cronista de Madrid, Jerónimo de la Quintana (1570-1644) cuando dejó constancia que “es tradición antiquísima que la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Almudena fue la principal que se adoró en Madrid, traída a ella de Jerusalén por el apóstol Santiago. En la perdida de España la escondieron las fieles de esta villa en uno de los cubos de la muralla, donde estuvo 376 años”.
Y es que una leyenda muy extendida afirma que el apóstol trajo consigo la talla de la Virgen y que ésta habría sido pintada por San Lucas y tallada por Nicodemus.
Más de tres siglos después la imagen fue descubierta una vez que los cristianos reconquistaron Magerit (Madrid) apareciendo la Virgen de manera prodigiosa. Tras reconquistar la villa en 1085 el Rey Alfonso VI estaba empeñado en recuperar la talla de María para poder venerarla pues sabía que estaba escondida en la muralla pero nadie recordaba el lugar exacto.
Dibujo que muestra la aparición de la Virgen en la muralla
La aparición de la Virgen en la muralla
Así lo cuenta Jesús Junquera Prats, que fuera secretario y archivero del Cabildo de la Catedral de Madrid:
“El Rey Alfonso VI, en su afán por encontrar la imagen primitiva, organizó una procesión encabezada por su real persona, el clero, la nobleza y el pueblo de Madrid en torno a la muralla, rogando a Dios para que apareciera la Imagen, y al pasar la comitiva ante un cubo de la muralla dedicado a ‘almudith’ (depósito de trigo que los moros llaman ‘almud’, medida), cayeron varias piedras quedando al descubierto el hueco donde se hallaba la imagen de la Virgen, llamada desde entonces de la Almudena, comprobándose con asombro que las dos velas continuaban encendidas, después de tres siglos, por lo que la Imagen tiene la cara morena”.
Aquel día era el 9 de noviembre de 1085 siendo Papa Gregorio VII y todos los fieles allí presentes, monarca incluido, quedaron admirados sobre cómo cayeron las piedras de la muralla y por el hecho de que los cirios siguieran encendidos tras más de 300 años
El lugar exacto contiene una imagen de la Almudena
El lugar exacto en el que la Virgen estuvo oculta durante siglos contiene actualmente una imagen de la Virgen de la Almudena y una inscripción que puede ser vista por todos los viandantes.
Este es lugar exacto en el que estuvo oculta la imagen de la Virgen
Qué pasó con la talla original
La talla original hallada en la muralla no se conserva y se cree que fue víctima de un incendio. La propia catedral de La Almudena informa que la imagen actual “es de madera de pino dorada y policromada, y sostiene al Niño en sus brazos y data seguramente de fines del siglo XV o principios del XVI, fue realizada por un escultor relacionado con el maestro Diego Copín de Toledo o por el mismo tal y como afirmaron José Manuel Azcárate y Francisco Portela; sustituyó a la anterior que aparece citada en algunas crónicas y cuya imagen es probablemente la que aparece pintada en el arcón de San Isidro que se encuentra en la Capilla de la Catedral dedicada a San Isidro, y que podría haber sustituido a una primitiva que se habría quemado en tiempos de Enrique IV (1425-1474)”.