Israel celebra la fiesta de la reina Ester… la «bella y humilde» judía que prefigura a la Virgen María

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Los judíos celebran la fiesta de Purim, que conmemora el momento en el que se libran del exterminio del siglo IV a.C gracias a la reina Ester: ‘Ha derribado del trono a los poderosos, ha enaltecido a los humildes’.

Juan CadarsoDice la Biblia que Jesús solía subir a Jerusalén para las principales festividades del calendario judío. Una de las más apreciadas, y que lo es hasta el día de hoy, es la fiesta de Purim, también llamada de las suertes o el carnaval judío. Celebración muy importante en todo Israel, que esconde interesantes resonancias cristianas.

La festividad de Purim se celebra cada año el 14 del mes de Adar (en el calendario gregoriano suele caer en el mes de marzo, en 2023 ha sido el pasado día 7). Los judíos celebran en esta fiesta que el rey Amán fracasó en su intento de exterminarlos allá por el siglo IV a.C. Una ‘suerte’ que tuvieron gracias a una gran mujer, la reina Ester, que era judía en secreto.

Ester consiguió frustrar el plan de Amán, el traidor consejero del rey de Persia, que había decidido exterminar al pueblo judío de todo el imperio. Ante el inminente peligro, Ester decidió presentarse ante el rey, a coste de su propia vida. El rey no sólo le perdonó la vida sino que le ofreció hasta la mitad de su reino.

Ella lo rechazó pero le notificó el grave peligro que corría su pueblo. El rey dijo a Ester que no podía transgredir el edicto que permitía la aniquilación del pueblo judío, pero sí que les permitiría defenderse. Los judíos lograron vencer al ataque y sobrevivir. Este hecho es el que se conmemora en las fiestas de Purim.

Pero la fiesta de la reina Ester ha evolucionado y ahora tiene tradiciones asociadas muy particulares. Una de ellas son los característicos disfraces, para que «no se distinga entre buenos y malos, entre el perverso Amán y el santo Mardoqueo», ya que la bondad está en el corazón. Este segundo era primo de la reina Ester, judío también, y al que Amán quiso matar colgándolo de un madero. El vino, y el alcohol en general, que «también buscan confundir», son frecuentes en esta festividad, el único día del año en el que el pueblo judío «tiene todo permitido».

Una de ellas son los característicos disfraces, para que "no se distinga entre buenos y malos, entre el perverso Amán y el santo Mardoqueo".
Una de ellas son los característicos disfraces, para que «no se distinga entre buenos y malos, entre el perverso Amán y el santo Mardoqueo».

En Purim es costumbre que en las sinagogas se lea el libro de Ester, y se abuchee o se accionen carracas cada vez que se menciona el nombre de Amán. Pero, ¿qué vinculación puede tener esta fiesta con el cristianismo? A parte de que pertenezca al Antiguo Testamento, parte de la Biblia en la que todos los cristianos creen. El sacerdote Francesco Voltaggio, en su libro «Las fiestas judías y el Mesías», ofrece algunas claves muy interesantes.

Abogada y Mediadora

«Gracias a esta ‘pequeña fuente’, que es Ester, reaparece el sol en la oscuridad de la angustia del peligro mortal: la ‘pequeña fuente’ se convierte así en un gran río. El poderoso y malvado Amán es derribado del trono, la humilde Ester y el humilde Mardoqueo son ensalzados y con ellos el pueblo de los humildes», comienza diciendo Voltaggio.

En este punto, el sacerdote señala que Ester prefigura a una mujer más grande todavía que ella. «También María, mujer humilde de Nazaret, ‘encuentra gracia’ ante Dios y se convierte en esposa y reina. En su cántico de alabanza resume la obra que Dios ha realizado en la historia de la salvación y sobre todo en la historia de Ester: ‘Ha puesto sus ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamaran bienaventurada’«, apunta el sacerdote.

«Así como todas las generaciones, según el libro de Ester, tienen que recordar la obra salvadora realizada por su medio, con mayor razón la madre del Mesías es llamada bienaventurada para siempre. En ella se ha cumplido la realidad prefigurada en tiempos de Ester: ‘Ha derribado del trono a los poderosos, ha enaltecido a los humildes’«, añade.

Para Voltaggio, el Antiguo Testamento se cumple con Jesucristo. «Ester es, por tanto, la figura de la Virgen María, reina de espléndida belleza mediante la cual la salvación ha llegado a todos los hombres. Así como gracias a Ester y a la salvación obrada por Dios ‘hubo entre los judíos alegría triunfal, banquetes y días de fiesta’ y ‘muchos habitantes del país se hicieron judíos’, así también la ‘gran alegría’ del nacimiento del Mesías, el Cristo Señor, engendrado por María, ‘será para todo el pueblo’«, explica el sacerdote italiano.

«Él es ‘la salvación preparada para todos los pueblos’, y al mismo tiempo, la ‘luz para iluminar’ a los paganos y la ‘gloria de Israel’. María es la Abogada y la Mediadora de todas las gracias, ella es la que intercede por el pueblo cristiano, verdadera esposa del Gran Rey y verdadera Reina. Como Ester, ‘ha arriesgado la vida’ por nuestra salvación, mujer sola en la angustia de su corazón, como Ester, y, sin embargo, llena de belleza y de majestad, como ella y más que ella», añade.

El sacerdote vincula también elementos de la Pasión de Cristo. «Así como gracias a la intercesión de Ester se dio la vuelta a las ‘suertes’, gracias a María estas lo fueron para toda la humanidad, por obra de su Hijo. Paradójicamente, sobre el vestido de este Hijo se ha echado la suerte y Él no ha rechazado asumir para nosotros la ignominiosa muerte sobre el madero de la cruz«, explica Voltaggio.

«No hay que excluir que algunos, conociendo bien la historia del libro de Ester, se esperaran, en el momento crucial de la Pasión, un imprevisto cambio de la situación, sabiendo que al final Dios lo habría liberado del ‘madero’ de la cruz destinado para Él, como sucedió con Mardoqueo. Sobre ese ‘madero’, al contrario, Cristo ha permanecido. Esta es la gran novedad que trae Cristo: asumir la injusticia de la cruz y la muerte, destruyéndolas para siempre», comenta.

Purim y el Apocalipsis

Para Voltaggio, la lucha contra el malvado Amán se vincula con el Apocalipsis. «Hemos visto como, la lucha entre Mardoqueo y Amán está prefigurada por su sueño premonitorio. En el libro del Apocalipsis, un enorme dragón rojo, identificado con Satanás, hace la guerra contra la mujer vestida del sol y su descendencia. Esta mujer, que es reina (coronada con doce estrellas) sintetiza en sí a todo el pueblo de Dios del Antiguo y Nuevo Testamento. Para los cristianos Amán es imagen del anticristo y del demonio, el verdadero malvado y enemigo contra el que tienen que luchar», dice el sacerdote.

«La fiesta de Purim está unida a los últimos días en los cuales Dios, a través de su Mesías, conseguirá la victoria final en el combate escatológico contra los enemigos. El triunfo definitivo abrirá un banquete escatologico. En el versículo 15 se declara que Él ‘pisará el lagar del vino de la furiosa cólera de Dios’, hay que recalcar aquí la mención al vino, elemento importante en Purim», añade Voltaggio.

«Los paganos harán la guerra contra el pueblo de Dios, de forma análoga a la historia de Ester. Así mismo, el exterminio del pueblo se había decidido porque Mardoqueo no se había postrado ante Amán. Por último, todo concluye con la victoria del Mesías y el castigo a los enemigos, que han caído ‘en la fosa que han hecho’, como Amán, que acaba colgado del madero que había preparado para el justo«, concluye.

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