Desde que en 1957 se inauguró el Camp Nou, hoy el estadio con mayor capacidad de toda Europa, la Virgen de Montserrat ha estado siempre en su interior, en una capilla situada en el túnel de vestuarios. Algo que, según anunció el propio Fútbol Club Barcelona el pasado 19 de mayo, cambiará de forma inminente con motivo de la remodelación del estadio.
Por este motivo, el mismo día 19 tuvo lugar una íntima ceremonia de despedida en la capilla presidida por la Moreneta que, según informó el vicepresidente de la agrupación deportiva, Rafael Yuste, «mantendrá su presencia y función de acoger la misa de los ex jugadores y la divulgación de los valores del Club» una vez haya sido remodelado el estadio.
En esta ceremonia, oficiada por Ángel Pérez, estuvieron presentes el mismo Yuste, el directivo Ángel Riudalbas, la Agrupación de Jugadores del FC Barcelona y su presidente, Juan Manuel Asensi. También acudió el ex jugador de balonmano y miembro del departamento de presidencia del Club, Enric Masip, el director del Museo del Barça, Jordi Penas, y los miembros de la junta directiva de la Agrupación de Jugadores del FC Barcelona, Pere Valentí Mora, Rafael Zuviría y Antonio Olmo, entre otros miembros de la agrupación.
La Agrupación de Jugadores del FC Barcelona es la encargada de custodiar este espacio que cada año acoge una misa en recuerdo a los jugadores del Barça difuntos, y que durante muchos años fue escenario de una misa a la que asistía la plantilla cada inicio de temporada. Asimismo, a lo largo de la historia del Spotify Camp Nou, muchos han sido los jugadores que se han dirigido a la imagen de la Virgen de Montserrat antes de cada partido.
La presencia de la capilla en lo alto de las escaleras que van desde los vestuarios al terreno de juego sorprende a los visitantes del Museo y del Spotify Camp Nou, y es un espacio muy fotografiado por los turistas y aficionados que efectúan el Tour Experience del Barça.
Imagen y roca de Montserrat
La capilla del Estadio siempre se ha mantenido en el lugar que proyectó el arquitecto Francesc Mitjans en la construcción del nuevo campo del Barça. La virgen fue modelada por la propia comunidad benedictina de Montserrat y el Club la adquirió por suscripción popular, para que presidiera la ceremonia inaugural del actual Spotify Camp Nou, el 24 de septiembre de 1957.
Dos días antes, la imagen había sido transportada por diferentes personas, entre las que destacaban un buen número de miembros de la Penya Solera. Al término de la jornada, la Moreneta fue llevada a la capilla y situada sobre una roca proveniente de Montserrat, que se convirtió en su pedestal.
El Club cedió la adecuación de la capilla a la Penya Solera, y a inicios de los sesenta ya adquirió un aspecto muy parecido al que ha mantenido en los últimos años, con la custodia de la Agrupación de Jugadores del FC Barcelona y la dependencia del Área Social y del Museo del Barça.
El custodio de «la Moreneta», un veterano católico y barcelonista
Si a día de hoy sigue existiendo la capilla, a la espera de su readaptación, se debe a un veterano barcelonista y católico, Joan Rovira i Andreu, que durante años se ha dedicado de manera altruista a cuidar de esta pequeña capilla.
Tras su inauguración en 1957, la capilla pronto quedó olvidada, pero como cuenta el mismo Rovira, se recuperó su relevancia a raíz de un accidente en el que dos miembros de la Penya Solera resultaron gravemente heridos. Se encomendaron a la Virgen y lograron recuperarse cuando la capilla volvió a resurgir. En agradecimiento, estos peñistas compraron dos candelabros para adornar e iluminar la capilla del Camp Nou.
Al llevarlos a la capilla y descubrir el estado del oratorio, la Penya Solera se ofreció al club para custodiar, ornamentar y cuidar la capilla. Pero el Barça no tenía dinero, por lo que esta peña, hoy ya desaparecida, se ofreció a costear el mantenimiento de la capilla.
Desde ese momento Joan Rovira es custodio de la capilla, primero como miembro de la Penya y después a través de la Agrupació Barça Jugadors , la antigua Agrupación de jugadores veteranos del Barça: “Por la Fiesta de Nuestra Señora de la Merced, cada año la Penya hacía un regalo a la capilla a fin de irla adornando. Ese día se bailaban sardanas y los directivos bajaban a visitar la capilla”.
Desaparecida la Penya Solera, al ser también miembro de la Agrupación de ex jugadores del Barça, Joan se ofreció para continuar como custodio de la capilla, cargo que autorizó por escrito el presidente Josep Lluís Núñez en 1997.
Más de 60 años después, Rovira, ahora con la ayuda de su hijo, ha seguido velando por que la capilla luzca y esté debidamente adornada: “Cuando hay partido cuidamos que las luces estén abiertas, cambiemos las flores según el tiempo litúrgico y procuremos que no falte ningún elemento que una capilla debe tener”.
La Moreneta ha visto cómo la capilla se ha ido completando con el paso de los años. Se colocó el altar con el escudo de la Peña Solera, del Barça y de la ciudad. Llegarían después el sagrario, los bancos y las vidrieras, que dan luz y esconden la pequeña sacristía que hay detrás del altar. Varias pinturas murales adornan las paredes y la hacen aún más acogedora, más culé y más montserratina. Los aficionados católicos del equipo barcelonés y los miembros del mismo tendrán que esperar tres años para recuperar este tesoro, estando previsto el fin de la remodelación para 2026.