El pasado jueves 18 de julio la Junta de Castilla y León aprobó en Consejo de Gobierno la declaración del Santuario de la Virgen del Camino (https://virgendelcamino.dominicos.es) como Monumento y Bien de Interés Cultural.
El santuario da nombre a la población en la que se encuentra, a 6 kilómetros de León, en pleno camino de Santiago, una localidad de 5.000 habitantes que se llama, precisamente, Virgen del Camino.
La población nació a causa del santuario, que nació a causa de una aparición de la Virgen, el 2 de julio de 1505, gobernando Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
Historia de la aparición
En esa época, el lugar era solo una colina despoblada, llena de tomillo, dentro del término de un pueblo llamado Fresno. Después de la aparición pasaría a llamarse Fresno y la Ermita.
Al pastor Alvar Simón Gómez Fernández, vecino y natural de Velilla de la Reina, se le apareció la Virgen, rodeada de singular luz y claros resplandores.
Dice la tradición que la Virgen pidió al pastor que fuese a la ciudad (a León) y avisase al obispo para que fuese a ese sitio y colocase su imagen en lugar decente, para beneficio de toda la tierra. Pero temiendo aquél que nadie le creyese, respondió a la Virgen: «¿Señora, cómo me creerán si no llevo alguna señal de que vos sois la que me enviáis?».
La Virgen, entonces, le pidió la honda que el pastor llevaba en la mano, y tomándola en la suya, arrojó con ella una pequeña piedra, y dijo: «Di al obispo que venga y encontrará esa piedra tan grande, que será la señal que yo te envío, y en el mismo (sitio) que estuviese, es voluntad de mi Hijo y mía, que se coloque mi imagen».
En esto desapareció la visión, y partiendo el pastor a León a obedecer lo que se le había mandado, dio cuenta de lo sucedido al obispo. Cuando el prelado se acercó al lugar indicado por el pastor, acompañado por muchas personas, vio la imagen de la Virgen en el mismo lugar de la aparición, postrándose ante ella —lugar en el que se edificó una humilde ermita llamada del ‘Cristo del Humilladero’ (la primitiva ermita fue derribada en 1961), donde los peregrinos solían humillarse camino del santuario.
Romería en el año 1900 a la Virgen del Camino, al templo anterior
Romerías con la imagen
Recordaba el cronista leonés Victoriano Crémer (1906-2009), que era sorprendente el arraigo y la devoción que se tenía hacia esta imagen que representa a María teniendo entre sus brazos a Jesucristo muerto. Es una Piedad, una María, sentada, que sostiene sobre su regazo el cuerpo sin vida de su hijo, ladeado, vuelto el rostro hacia abajo con los brazos caídos. El grito de «¡Carro a la Virgen!», que sin cesar gritaban los carreteros al frente de sus carros o carretas, ponía en marcha a todos los romeros con rumbo al santuario (‘Tabla de varones ilustres, indinos y malbaratados de la ciudad de León y su circunstancia’, 1983).
Tres santuarios precedentes
Tres santuarios han precedido al actual. El primer santuario o ermita se construyo entre los años 1514 y 1516, se abrió al culto y duro hasta 1644, tras derribarse en 1644 comienza a construirse el segundo santuario terminándose la capilla y el retablo en 1652, pero antes de quedar terminado, en 1662 se derrumba, para construir el tercer santuario que permaneció en pie hasta 1958, año en el que comienzan las obras del actual santuario.
El templo que ahora se reconoce como Monumento y Bien de Interés Cultural tuvo por arquitecto a un fraile y sacerdote dominico: Francisco Coello de Portugal (su nombre completo es Francisco de Paula Coello de Portugal y Acuña Goicorrotea y Gómez de La Torre).
Francisco Coello de Portugal nació en Jaén en 1926; en 1934 estudió con los agustinos de León. En 1953 obtiene el título de arquitecto, pero al año siguiente entra en los dominicos. El padre Aniceto Fernández le propuso que, una vez terminado el noviciado, se encargase de esa obra, que debía ser un seminario menor y un convento para los Padres Dominicos. La construyó entre 1955 y 1966.
La basílica de la Virgen del Camino, como señaló su propio autor, buscaba ser algo “verdaderamente moderno, una caja donde guardar el antiguo retablo, un templo para un retablo”. Fray Coello cuenta que cuando vieron la obra le aconsejaron poner mármoles ya que el templo estaba quedando “algo pobre”. Pero no hizo caso y el resultado se considera «arriesgado y moderno»: planta libre, campanil exento de 52 metros de alto con un altar al aire libre, cubierta plana, estructura metálica en la pérgola que urbaniza el conjunto y una marcada racionalidad. Fray Coello haría más obras: colegios, parroquias y en el 2000 la catedral de Taipei, en Taiwán.
Los colosos esculturales
La portada del templo cuenta con trece ‘colosos’ que el escultor catalán Subirachs labró. Seguidor de la estética de Gaudí, Subirachs forjó las famosas figuras de los apóstoles y la Virgen de la fachada, las cuatro gigantescas puertas en bronce —incluida la de San Froilán, cuya nariz tocan miles de peregrinos porque se ha extendido la leyenda de que da buena suerte—, además de un altar exterior y diversos elementos como el sagrario, crucifijos, candelabros o la pila bautismal. El mecenas de 73 años Pablo Díez, ex-alumno de los dominicos, fue quien eligió a Subirachs de entre 12 escultores de prestigio, prefiriendo su estilo moderno.
La luz es un elemento esencial del edificio, donde juega un papel crucial la gran vidriera que conforma y estructura la fachada principal, diseñada por Ràfols-Casamada en colaboración con su amigo Subirachs.
Camino de Santiago, fuente de arte
En 2015 España consiguió que la Unesco ‘ampliara’ el Camino de Santiago, de forma que desde entonces son Patrimonio de la Humanidad los ‘Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España’. Para ello el Gobierno remitió como documentación un inventario de elementos asociados a esta ruta milenaria; con el número 1.683 figura el Santuario de Nuestra Señora del Camino.
Benedicto XVI elevó el santuario a la categoría de basílica menor en 2009.