Con 83 años peregrinaba de noche para dar las gracias a la Virgen y nunca imaginó la protección que recibiría

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La anciana de 83 años recorrió los más de 25 kilómetros apoyada en su bastón

Durante estos días se ha viralizado la bonita historia que sucedió el pasado sábado en Costa Rica y que mezcla el amor de una madre anciana, su devoción a la Virgen María y la gran actitud de un grupo de agentes de Policía.

María Mesén, una mujer anciana de 83 años, había hecho una promesa que tenía que cumplir. Y así fue como el pasado sábado por la noche salió de su casa en el barrio La Pitahaya de San José para recorrer andando los más de 25 kilómetros que la separaban de la Basílica de los Ángeles, en Cártago.

Una peregrinación para dar las gracias a la Virgen

Durante horas anduvo para agradecer la intercesión de la Virgen María en la salud de su hija, a la que habían realizado un análisis médico por un posible cáncer que finalmente dio negativo. Por ello, quería ir personalmente a dar gracias a la Virgen.

Pero entonces sucedió un hecho que está dando la vuelta al mundo. Pasada ya la medianoche cuando en pleno camino hacía el santuario, unos oficiales de la Policía vieron extrañados a la anciana caminando en la oscuridad apoyada en su bastón por la carretera.

Según informa la propia Policía de Cartago, los agentes se percataron de que iba sola por lo que se le acercaron para ver si necesitaba algo.

Tal y como informa Aciprensa, la anciana les contó qué estaba haciendo y por qué lo hacía. Tras conocer su historia, el comandante Steven Trejos dio la orden de escoltar a doña María hasta la Basílica. Desde ese momento se convirtieron en sus “ángeles guardianes”, tal y como los han llamado en las redes sociales.

El detalle de los oficiales de la Policía

Los oficiales se fueron turnando durante toda la noche para acompañar a la mujer en los más de 25 kilómetros de peregrinaje. Finalmente, cerca de las 5 de la madrugada del domingo 23, la anciana pudo llegar a la Basílica de los Ángeles donde saludó a la Virgen, apodada cariñosamente como “la Negrita”, e hizo una oración de agradecimiento.

Posteriormente, los policías la llevaron a las oficinas de la Dirección Regional de la Fuerza Pública, donde descansó y se tomó un café con los oficiales antes de regresar en bus a su casa en San José.

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