Reino Unido devuelve a Argentina, con el Papa como testigo, la Virgen de Luján que estaba en su poder desde la Guerra de las Malvinas

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Los obispos castrenses de Reino Unido y Argentina en el Vaticano durante el intercambio de la imagen de la Virgen

El Papa Francisco ha bendecido y ha sido testigo este miércoles en la plaza de San Pedro de un bonito acto simbólico entre el pueblo argentino y el británico. Se ha tratado la entrega por parte de Reino Unido a Argentina de una estatua de Nuestra Señora de Luján, que perteneció a las tropas argentinas durante la guerra de las Malvinas y que tras el conflicto fue llevada a Inglaterra por lo que volverá así a su país después de 37 años.

El intercambio de esta imagen copia de la original de 1630 se produjo al final de la audiencia general en la Plaza de San Pedro cuando el obispo castrense de Argentina, Santiago Olivera, recibió la imagen de su homólogo en el Reino Unido, Paul Mason. Por su parte, los argentinos han entregado otra imagen de la Virgen a los británicos donde será colocada de nuevo a la catedral católica de San Miguel y San Jorge en Alderhot.

Tal y como señala Vatican News, cuando las tropas argentinas invadieron las Islas Falkland en abril de 1982 llevaron consigo la estatua, una copia del original de 1630, que se encuentra en la Basílica de Luján en Argentina. La estatua fue dejada por las tropas argentinas en la iglesia de Port Stanley. Los británicos la tomaron, la llevaron en un transporte militar al Reino Unido y le encontraron un hogar en la Catedral Militar Católica de San Miguel y San Jorge en Aldershot. Desde entonces ha permanecido allí como lugar de oración ofrecido a los caídos de ambos lados.

Inmediatamente después de haber comenzado sus funciones como obispo de las Fuerzas Armadas inglesas, Monseñor Paul Mason fue contactado por su homólogo argentino, Monseñor Santiago Olivera, quien solicitó la devolución de la estatua, ya que un grupo de fieles devotos de Nuestra Señora de Luján estaban ansiosos por verla regresar. También ofreció donar una copia para la catedral de Aldershot a cambio. El obispo inglés Mason aceptó «con gratitud».

«Fue una historia intrigante que me involucró tan pronto como me convertí en obispo de las fuerzas armadas. Inmediatamente comprendí que era una buena oportunidad, no sólo para el regreso de la estatua, sino también para demostrar una comunión de fe entre dos países que han experimentado divisiones políticas. Me reuní con Mons. Santiago para hablar del regreso de la estatua -explica Monseñor Mason- y espero volver a encontrarme con él en Roma en octubre para el intercambio cuando el Santo Padre bendiga ambas estatuas».

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