7 niños vieron a la Virgen en Pontmain hace 150 años: la Iglesia reconoce a los 4 mayores como videntes

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Recreación de los niños y la Virgen en el museo de las apariciones en Pontmain
Recreación de los niños y la Virgen en el museo de las apariciones en Pontmain

Se celebra este 17 de enero de 2021 el 150 Aniversario de las apariciones de la Virgen María en Pontmain (Francia), reconocidas por la Iglesia a través del obispo Wicart, de la diócesis de Laval, y con mención litúrgica. La Virgen se apareció a 7 niños, de los cuales 4 fueron oficialmente reconocidos como videntes por el obispo el 2 de febrero de 1872, un año después de las apariciones de Pontmain.

El coronavirus ha limitado muchas de las actividades y peregrinaciones que se habían anunciado hace un año, pero el Santuario de Pontmain y la Diócesis de Laval siguen difundiendo la devoción a estas apariciones y las gracias de su Jubileo, que se celebrará del 17 de enero de 2021 hasta el 16 de enero de 2022.

Siendo una aparición protagonizada por varios niños, se habían planificado muchas actividades para pequeños, con juegos como un geocatching (buscar cosas con el geolocalizador del móvil), animaciones y teatros, etc… Todo se ha reducido por el coronavirus. En la misa en la basílica se permitirán solo 373 asistentes. La misa de inicio del jubileo mariano se retransmite por la telecadena católica KTO y por las radios locales Radio Fidélité Mayenne y Radio Espérance.

Son cinco los espacios en Pontmain que enlazan con esta aparición: la parroquia en sí, la basílica, la granja de la familia, la columna de la aparición y el «calvario» (monumento de cruz de piedra representando la Pasión).

Por YouTube se retransmitirán conferencias en francés sobre estas apariciones:

– Anne BERNET hablará sobre el cura de las apariciones, Michel Guérin
– Bruno-Marie de CACQUERAY, hablará sobre la teología de Pontmain
– Michel SANTIER, obispo emérito de Créteil, hablará sobre «La paz de Cristo en Pontmain»

Los niños que vieron a la Virgen

El 17 de enero de 1871 siete niños de Pontmain declararon haber visto a una «hermosa Señora», en el cielo nocturno y estrellado.

Los 4 niños que la Iglesia reconoce como videntes de la Virgen en Pontmain
Los 4 niños que la Iglesia reconoce como videntes de la Virgen en Pontmain

Eugène Barbedette, de 12 años, y su hermano Joseph, de 10; y las niñas Françoise Richer, de 11, y Jeanne-Marie Lebossé, de 9, contemplaron a la Virgen durante tres horas, mientras que otros aldeanos miraban donde ellos señalaban sin verla. Ni siquiera el padre Michel Guérin, ni las monjas de la escuela del pueblo, sor Vitaline y sor Marie-Edouard, vieron a la Virgen. Augustine Mouton, de 12 años, que llegó al lugar con sus amiguitos, miró y miró con ellos sin verla, como admitió con tristeza. En Aletheia en francés Mathilde de Robien da algunos datos sobre cada uno de los 4 niños reconocidos como videntes.

Eugene, se haría sacerdote; Joseph, misionero oblato

Eugene Bardette, de 12 años en el momento de la aparición, estaba en el granero familiar con su padre preparando comida para la yegua cuando fue el primero en ver a la Hermosa Señora sobre el techo de la casa vecina. A los 25 años sería ordenado sacerdote y fue párroco en varias iglesias de la diócesis de Laval. Se le recuerda como un sacerdote recto, celoso y ferviente. Murió a los 69 años y está enterrado en el cementerio de Châtillon-sur-Colmont.

Joseph Barbedette, hermano de Eugene, tenía 10 años y estaba también en el graneo. Se acercó a su hermano, en el umbral de la puerta, y vio a la Virgen, mientras que sus padres no veía nada. Ingresó en los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y fue ordenado sacerdote a la edad de 24 años. A petición de sus superiores, escribió un relato muy completo de la aparición de la Virgen en Pontmain. Murió el 3 de noviembre de 1930, a la edad de 70 años y está enterrado en el cementerio de Pontmain.

Françoise Richer tenía 11 años cuando vio a la Virgen en Pontmain. Fue criada y más adelante maestra en varias escuelas pequeñas del país. Siempre fue una cristiana devota que buscaba «agradar a Dios y a la Virgen». Murió el 28 de marzo de 1915, a la edad de 54 años y también fue enterrada en el cementerio de Châtillon-sur-Colmont.

Jeanne-Marie Lebossé tenía 9 años y era, como Françoise, alumna interna en la escuela del pueblo. Huérfana de padre y con su madre paralizada, fue acogida por su tía, la hermana Timothée, directora de la escuela. A los 20 años Jeanne-Marie entró en las Hermanas de la Sagrada Familia en Burdeos. Pasó diez años paralizada y cada vez con menos movilidad. Murió a los 72 años y está enterrada en el cementerio central de Burdeos, en la bóveda de su comunidad.

Los otros 3 niños, muy pequeños

Otros tres niños, todos menores de 6 años, declararon haber contemplado también a la Bella Dama: Eugène Friteau, de 6 años, Auguste Avice, de 4 años y Augustine Boitin, de 2 años, que en brazos de su madre habría extendió las manos hacia el cielo mientras decía “¡Zesús! ¡El Zesús!» Pero la Iglesia no quiso confirmar oficialmente la fiabilidad de los testimonios de estos cuatro niñs tan pequeños.

El mensaje de la paz

Eran las 6 de la tarde, ya oscuro, cuando los niños vieron sobre el granero, en la plaza de la iglesia, a una Dama que sonreía con dulzura. Se congregaron hasta 50 paisanos, incluidos el párroco y las dos religiosas, pero sólo los niños veían a la Señora y su sonrisa.

La describieron así: “Con un vestido azul salpicado de estrellas, con un velo negro en la cabeza y una corona de oro con un borde rojo, en los pies zapatillas de color azul con una hebilla de oro. Tiene las manos hacia adelante y sonríe”.

La rodeaba un óvalo, coronada por tres grandes estrellas brillantes que forman un triángulo en el cielo. Brillaba además un concentración de estrellitas bajo sus pies. En sus hombros, dos cruces blancas pequeñas. Ese nivel de detalle en una descripción infantil convenció a muchos entonces y también hoy.

Oración por la paz

La gente pidió al cura que pidiese algo a la Virgen. “¡Pero si no la veo! ¿Qué voy a decirle? Recemos…“, respondió el sacerdote. La Hermosa Señora entonces dijo a los niños: “Rezad, hijos míos. Dios os lo concederá pronto. Mi Hijo se deja conmover”.

El pueblo pidió que acabara la guerra con Prusia, que iba muy mal para Francia. Y efectivamente, 3 días después los prusianos detuvieron su avance y se retiraron. La paz se firmó a los once días. Todos los soldados del pueblo que habían ido a la guerra volvieron sanos y salvos. Por eso, y por las palabras de la Virgen a favor de la paz, se considera una aparición muy ligada al tema de la paz.

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